Cartas al director

Ernesto Aburto M

Managua, 9 de Octubre del 2000.

Apreciado Mario Tapia:

Estoy sorprendido por la exitosa sobrevivencia de tu revista «Hombre de Gallos» en el mercado periodístico nacional, así como por la creciente calidad de sus materiales informativos, recreativos y educativos sobre el arte de la gallería de lidia en relación con la historia y la geografía de Nicaragua.

Yo creí que el primer número era lo más que se podía conseguir en términos de contenido, apoyo publicitario y circulación.

Que después iban a salir dos o tres números más con interés decreciente y apoyo publicitario en declive hasta la extensión total… ¡Pero qué poco te conocía y qué poco sabía yo de gallos!

Ahora veo que tu olfato de veterano periodista, tu sabiduría de gallero experimentado y tu entusiasmo de hombre emprendedor, han sabido descubrir nuevos filones periodísticos en la vieja veta de los palenques (galleras), lo mismo que nuevos anunciantes, e interesantes figuras de abordamiento expresivo, titulación y diseño.

En «Hombre de Gallos», como en muchas otras empresas, el éxito está reservado para los seres humanos que acometen aventuras con amor y vocación; con pleno conocimiento de causa, y sobre todo, con entusiasmo indeclinable y mucha intransigencia por la calidad.

Ahora estoy seguro de que disfrutaremos de tu revista por muchos años más, y que la misma será siempre un valioso instrumento de cultura, de recreación, de educación y de unidad nacional «en la pata de los gallos».

Adelante amigo, que vas por buen camino.
Ernesto Aburto M.
Periodista

Nota: Los trabajadores del periodismo nicaragüense y del mundo sabemos que nadie sabe valorar nuestro trabajo más que nuestros lectores y dentro de ellos nadie mejor que nuestros amigos colegas.

Recibir una carta como la anterior del colega Ernesto Aburto (uno de los mejores de Nicaragua) es un aliento inmenso, sobre todo en este país en donde las revistas nacen en el primer número, se reproducen en el segundo y mueren en el tercero.

Muchas veces en estos tres años hemos estado a punto de empeñar nuestras pertenencias para seguir adelante.

Sin embargo, sabemos que ésta carta, igual que las que nos han enviado de todo los rincones de Nicaragua así como de España, Italia, Bélgica, Filipinas, Argentina, México, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Estados Unidos o de Suecia, son los mejores abonos y fertilizantes para que nuestro espíritu y aliento de superación continúe.

Gracias Ernesto por tus sentimientos expresados en tu preciosa carta.