Dr. Francisco Urcuyo Maleaño Presidente Constitucional por un día de Nicaragua.
Un gran gallero, poeta y un buen Médico.
Texto de
Mario Tapia
Todos los gobernantes de Nicaragua, desde el primer Jefe de Estado, don Juan Argüello en 1823, hasta el 19 de Julio de 1979, han sido galleros.
Francisco Urcuyo Maliaño no fue la excepción. Antes de ser tildado por el líder cubano Fidel Castro Ruiz, como «Un tal Urcuyo», el Dr. Urcuyo ya era un personaje de Rivas y un gran gallero de Nicaragua.
El Dr. Francisco Urcuyo Maliaño, no sólo fue Presidente Constitucional durante CUARENTA Y TRES HORAS en la agonía del gobierno de Anastasio Somoza, sino que ha sido un personaje de la vida cultural, política, social y tradicional de Nicaragua.
Francisco Urcuyo nació el 30 de Julio de 1915, dentro de una familia apasionada por la afición a los gallos de combate, médico de profesión, escritor, poeta y uno de los más entusiastas galleros de Nicaragua. Como poeta escribió uno de los versos nicaragüenses más bellos dedicado a los gladiadores emplumados:
Canto a los Gallos
Tarde que anuncia emociones,
bandera roja que prende
del sitio donde se enciende
la sangre en los corazones.
Juego de la gran resonancia
que de España lo trajeron,
y en cada casta pusieron
el valor y la arrogancia.
Juego de lucha y cuidado,
que hace honor a la victoria,
cuando un gallo ennavajado,
en un potente «parado»
busca la muerte o la gloria.
Los domingos la gallera,
abre sus puertas temprano,
y en casillas de madera,
el gallo canta y espera
el momento soberano.
Allí hay pollos encastados
de los patios extranjeros,
otros puros, enrazados,
y el criollito «pinolero».
Se ven caras conocidas
discutiendo en el palenque,
allí están los de Managua
masayas y de occidente,
desde todo Nicaragua
llegan gallos a montón,
Rivas tiene de «tapada»
las fieras de Chú Pelón.
No falta en esas galleras
el mentado Papa Bucho,
desde mi palco lo escucho,
con su voz campechañera
tiene una cría altanera,
del as negro y del Coludo,
Papa Bucho es un escudo
con sus gallos de bandera.
Apuestas y discusiones,
inquietud y esperanza,
principian las emociones,
hay «casada» en la balanza.
En un sombreado rincón,
alejados del ambiente,
ponen la «curva caliente»
en la espuela del crestón.
Después de un corto careo,
se fijan las condiciones,
vá a comenzar la pelea,
palpitan los corazones.
Se oyen cantos desafiantes,
vienen «barridos», «parados»
picotazos encastados,
«batidas» impresionantes
caen las aves tambaleantes
prendidas de las golillas,
las apartan vacilantes
entre gritos de alegría.
Los gallos siguen peleando,
tienen las patas heridas,
y con sus alas sangrando,
buscan la muerte o la vida.
El juez toca un campanazo,
clavó un gallo el pico al suelo,
y el que mató al medio vuelo
sale cantando en los brazos.
Hubo en la tarde emociones,
la bandera se desprende,
del sitio donde se enciende
la sangre en los corazones.
El anterior verso salió publicado en el libro del Dr. Francisco Urcuyo Maliaño el 17 de mayo de 1988, titulado CANTOS Y CANTARES ÍNTIMOS.
Ernesto «Che” Guevara: Lo felicitó
«¿Dios mío y qué estoy haciendo en este quirófano? Me pregunte, y luego dije. Diosito lindo, sólo te pido que me ayudes para que no se me muera este hombre ahora», recuerda haber exclamado al Creador, Francisco Urcuyo, luego que un joven uruguayo se estrellara contra un árbol cuando conducía su moto a la orilla de una caravana custodiada y militarizada de los Ministros de Salud de América, reunidos en Punta del Este, Uruguay en 1961.
Horas antes Urcuyo, se había bajado de su limosina en donde iba en compañía de Guillermo Sevilla Sacasa, para acudir al joven accidentado y gravemente herido en su cabeza y rostro. La seguridad era muy estricta por la presencia del Comandante Ernesto Che Guevara delegado de Cuba a la cumbre 1961. Un policía le había pedido a Urcuyo, si lo podía auxiliar mientras lo llevaban al hospital, en donde terminó operándolo satisfactoriamente, la operación duró 6 horas.
Dr. Francisco Urcuyo Maliaño.
Haberle salvado la vida al joven, le mereció el reconocimiento de la prensa y el pueblo uruguayo y la condecoración de parte de las Autoridades Municipales con la «Medalla Maldonado», durante la condecoración el «Che» Guevara estuvo presente en el acto y le expresó: «Su gesto y obra es de un hombre bueno y noble, luego me abrazo», recuerda el Dr. Urcuyo.
43 horas como Presidente Constitucional
El Dr. Francisco Urcuyo tuvo una acelerada vida política, en 1960, luego de las inundaciones de San Juan del Sur, fue nombrado «Médico del Año» por el Ministerio de Salud, al año siguiente Luis Somoza lo nombra Vice Ministro del mismo y un año más tarde es nombrado Ministro. De 1963 a 66 fue embajador en Guatemala. En 1967 tomo posición del cargo a Vicepresidente de la República y Ministro de Salud. Fue Diputado Constituyente y luego Diputado Nacional por Rivas para el gobierno de Anastasio Somoza, y más tarde Presidente de la Cámara de Diputados.
Al salir huyendo el dictador Anastasio Somoza de las fuerzas sandinistas el 17 Julio de 1979, el día anterior 16 de julio a las 10 de noche el Francisco Urcuyo había sido nombrado Presidente Constitucional de Nicaragua por el Congreso Nacional, en el Salón Rubén Darío, del Hotel Intercontinental Managua.
El acta original expresa:
ACTA NO. 23
En la ciudad de Managua, Distrito Nacional, a las 10 de noche del dieciséis de Julio de mil novecientos setenta y nueve, el Congreso Nacional de Nicaragua en Cámaras Unidas procede a dar posesión de la Presidencia de la República al doctor Francisco Urcuyo Maliaño, quien reúne las calidades constitucionales del caso y fue designado en esta misma fecha, en aplicación del Arto. 187, párrafo último de la Constitución Política, para concluir el período de su Excelencia el General Anastasio Somoza Debayle, a quien le fue aceptada su renuncia irrevocable.
El Presidente en ejercicio del Congreso Nacional, Ing. Luis H. Palláis Debayle procedió a tomarle la promesa constitucional en la forma siguiente. «¿Os comprometéis solemnemente por vuestro honor a desempeñar lealmente el cargo de Presidente de la República que el Congreso Nacional os ha confiado, a defender la integridad e independencia de la Nación y a cumplir y hacer cumplir la Constitución y Leyes de la República?» A lo que el doctor Francisco Urcuyo Maliaño respondió: «Me comprometo solemnemente por mi honor a desempeñar lealmente el cargo de Presidente de la República que el Congreso me ha confiado, a defender la integridad e independencia de la Nación y a cumplir y hacer cumplir la Constitución y Leyes de la República». Luego el Presidente del Congreso le reprodujo: «Si así lo hiciereis, la República os premie, y si no, ella os haga responsable». Con lo que se concluyó el acto, quedando el doctor Francisco Urcuyo Maliaño en posesión de su alta investidura. Leída que fue la presente acta, se aprueba, se ratifica y firman el Señor Presidente del Congreso, el Presidente de la República y los Secretarios que autorizan.
Firman:
Luis H. Palláis Debayle (Presidente del Congreso Nacional), Francisco Urcuyo Maliaño (Presidente Constitucional Electo), Alí Mahmud Mora (electo Secretario del Congreso Nacional y Diputado de Masatepe por el Partido Conservador) y Alceo Tablada Solís (Secretario de la Cámara del Senado) y miembro del Partido Liberal Naciónalista.
Nombrado por aclamación
«Fui electo Presidente por aclamación por los miembros de la Cámara del Senado y Diputados de los dos partidos históricos de Nicaragua (Conservador y Liberal). Y fui el último Presidente por el Partido Liberal Nacionalista», recalca con mucho orgullo Don Francisco.
«Me fui a despedir de Somoza al Bunker, estaban con él: El Coronel Jerónimo Linarte, El Tigre Midence, el hijo del Coronel Delgadillo, Pablo Renner, Luis Palláis, María Elena Porras y su esposo el Coronel Porras.
Otros que no recuerdo. Bueno, vos quedas mandando, me dijo Somoza, todo está arreglado para seas el nuevo Presidente y termines tu período», recuerda Urcuyo.
«Fueron los momentos muy difíciles de mi vida, sin embargo te quiero decir Mario, que si yo no hubiese tenido carácter y sentimientos de gallero, no hubiese podido nunca enfrentarlos. Como buen gallero yo quise y mande a luchar a la tropa, le di orden de pelear al General Federico Mejía. Pero ni modo, mis gallos salieron en desbandada. El agregado militar y Laurence Pezullo de la embajada norteamericana fueron los encargados de desbandarlos y sacarlos corridos a los oficiales y guardias nacionales, diciéndoles que Chico Urcuyo ya se había ido, y era falso. Lo anterior tuvo un punto de partida el Presidente Jimmy Cárter nos traicionó. Yo tuve que salir al exilio para que no me mataran, me fui en uno de los tres aviones que me envió el Presidente de Guatemala, Romeo Lucas, al despegar del aeropuerto los Sandinistas nos lanzaron una lluvia de balas. El piloto se encamino sobre el lago de Managua», asevera Urcuyo.
Acta Presidencial.
«El norteamericano Laurence Pezullo, me llegó a increpar para que entregara el poder, porque que si no lo entregaba, iba a correr la sangre, a lo que yo le conteste ¡váyase a los infiernos! Ud. no es nadie en este país, ni siquiera ha presentado sus credenciales como Embajador de Estados Unidos en Nicaragua. Horas antes Pezullo, me había manifestado en la Presidencial que yo estaría en el gobierno los últimos 7 meses del período Presidencial de Somoza. Conociendo lo anterior hice una lista inconsulta e inédita de nombres para mi gabinete con liberales, conservadores y dos sandinistas entre ellos: Dr. Roberto Argüello Hurtado, Emilio Álvarez Montalván y otros», recuerda el Dr. Urcuyo.
«Después que fui electo Presidente de Nicaragua, me fui a dormir a la casa Presidencial con mi esposa doña María Luisa Muñoz, quien me acompañó siempre en todos los momentos difíciles, a la Loma de Tiscapa. Cuando me fui al aeropuerto el chofer presidencial se apoderó de un maletín creyendo que tenía dinero y realmente no tenía, lo que sí tenía era mi título de médico profesional, el cual se perdió y me ha dolido siempre no haberlo podido recuperar», recuerda.
Durante sus largos años y días en el exilio la familia Urcuyo Muñoz, tuvo que pasar duros momentos. Durante muchos años doña María Luisa cuidó cuatro niños para poder sobrevivir en Miami. «Francisco me ayudo a cuidar esos niños también para poder enfrentar la vida», señala doña María Luisa.
Su vida de gallero
«La primera vez que recuerdo que salí de Rivas a jugar gallos fue a Nandaime, tendría unos 14 o 15 años e iba en compañía de Isidoro López, nos fuimos en un coche, el viaje fue de muchas horas. Mi casa y mi familia eran de galleros, mi tío Indalesio y mi padre Francisco Urcuyo Hurtado eran galleros apasionados que importaban gallos de los Estados Unidos», recuerda Urcuyo.
Entre emociones, alegría y pasiones de gallero Francisco Urcuyo en sus largos 85 años vida, no sólo le ha tocado soltar un gallo, ennavajarlo, curarlo, entrenarlo, escribir versos, sino también asistir y ser testigo de trágicos sucesos entre sus amigos galleros, de ellos tiene dos que nunca olvida.
«En la época del gallo de navaja larga, de 10 a 15 centímetros de cuchilla, un gallo bravo y de mucho coraje se volteó y batió él estomago de mi amigo Isidoro López, el gallo le acuchillo el hígado, salté la valla para atenderlo y llevarlo al hospital y salvarle la vida, fue aquí en Rivas», recuerda Urcuyo.
El recuerdo más presente del Dr. Urcuyo, fue cuando sus dos amigos Julio Pataky y Carlos Arguello Montiel, se vieron envueltos en una tragedia. Pataky, era un gallero a muerte avasallador y en muchas ocasiones se había visto envuelto en problemas por la pasión provocada por la adrenalina humana.
«Estaban dos gallos luchando, uno de Carlos Arguello Montiel y otro que soltaba el mismo Julio Pataky. Julio hizo un ademán durante soltaba su gallo y tuvo una fuerte discusión con Carlos Argüello Montiel quien sacó una pistola 22 y le disparó cinco balazos, tres de ellos le dieron en el brazo derecho, uno atravesó el techo de la gallera y el otro balazo se le introdujo en la vértebra No. 12 de la columna», señala Urcuyo.
«Me tocó irme sosteniendo desde Rivas hasta Managua la bolsa de sangre, pues la ambulancia no tenía en donde colocar él depositó de sangre que lo mantenía con vida. Recuerdo que lo llevamos al hospital Bautista.
A la mañana siguiente su hermano Laslo Pataky se apareció con una orden de Somoza para llevarlo en un avión a Miami.
Nunca lo operaron, la bala incrustada en su columna la llevo hasta su muerte. Sin embargo quiero decirte Mario, que a pesar de la tragedia anterior los mejores amigos de mi vida son y fueron galleros», recalca Urcuyo.
Una carta enviada el 20 de octubre del 2000, a nuestro Director de «Gente de Gallos», el Dr. Francisco Urcuyo Maliaño en dos párrafos expresa su pasión y sentimientos más profundos por el deporte galleríl, ellos dicen:
Muy estimado amigo Mario:
Con sincera amistad y el simbólico afecto del Gallero que une nuestros corazones, me dirijo a ti para saludarte y al mismo tiempo expresarte mis fervientes felicitaciones por tu Revista «Gente de Gallos» que es un potencial de estímulo para los que apreciamos sus páginas llenas de recuerdos pasados y presentes en la historia de este evento que es de lucha, cuidado y valor sobre un redondel de emociones.
No quiero extenderme mucho, porque una sola palabra brota de mi pensamiento gallístico envejecido por los años los y vaivenes de la vida. Y es que sigas adelante dándole vigor a nuestra juventud con los artículos de tu revista que es un rayo de esperanza para los nuevos galleros y un despertar de memorias para los que apreciamos en el ocaso de la vida, los momentos de una PELEA DE GALLOS.
Afectuosamente tu amigo
Francisco Urcuyo Maliaño
“Gente de Gallos” agradece su carta.