Baile del Toro Huaco.
Texto de
Mario Tapia
Miembro de la Academia de
Geografía e Historia de Nicaragua (AGHN).
Artículo publicado en Octubre del Año 2004
El nombre de Diriamba es de la lengua chorotega y significa “grandes cerros o colinas” (diri cerros mba grande). Sus orígenes se remontan y se pierden en la historia precolombina de hace centenares de años.
Los pobladores más recientes de toda la meseta de la hoy Carazo, fueron los Dirianes que habitaron todas las zonas altas del Pacífico de Nicaragua.
Diriamba es el municipio más poblado del Departamento de Carazo con una extensión de 341 kilómetros cuadrados y está ubicada a 42 kilómetros de Managua.
Tiene una densidad poblacional de 145 habitantes por kilómetro cuadrado y una población de 57 mil 512 habitantes y está a 580.13 metros sobre el nivel del mar.
Algunos historiadores estiman que el primer asentamiento de Diriamba estuvo en el Valle de Apompuá, en donde se han encontrado algunos vestigios, restos humanos y enseres domésticos.
La pequeña Villa de Diriamba fue elevada a ciudad el seis de Octubre de 1894 mediante un decreto del Poder Legislativo durante el gobierno del General José Santos Zelaya y que entró en vigencia cuatro días después.
En 1888 el alcalde José Esteban González inició el alumbrado por medio de gas kerosén. En 1895 el Semanario de Carazo, fundado por el masayés Alejandro Miranda. En 1897 llegó el primer fotógrafo a Diriamba y el primer automóvil comprado por don José Esteban González.
Baile el Güegüense.
Primer censo de Diriamba en 1663
Antes de todo cabe recordar que la población de Nicaragua fue estimada por los mismos españoles en 600 mil habitantes. Sin embargo, el latrocinio, el crimen y la barbarie de los españoles redujo a partir de 1523 hasta la realización del gran primer censo de 1538 a la mínima cantidad de once mil 137 indígenas. Tal reducción fue producto de la sobre explotación de trabajo, tráfico y venta de los indígenas como esclavos a Sudamérica y el uso de la carne humana para alimentar a los perros de los encomenderos españoles.
A lo anterior habría que sumarle las enfermedades llegadas de la Europa medieval y transmitidas a los aborígenes.
Muchos pueblos fueron exterminados y los niños y jóvenes fueron arrancados de los hogares y familia para ser exportados como animales a los mercados de esclavos de Panamá. Los pueblos del Pacífico de Nicaragua fueron el principal blanco de ese genocidio.
Por un mandato especial de la corona española se realizó el primer censo en el pueblo de Diriamba en 1663 arrojando como resultado la cantidad de 217 aborígenes, que es de suponer que tomaban los nombres y apellidos de sus patrones o encomenderos.
La lista la componían Diego de León, su esposa Felipa, Lorenzo Gutiérrez, su esposa Juana y sus hijos Tomasina y Pedro, Antonio de Cárdenas, su esposa Isabel y sus hijos Magdalena y Juana, Juan Martín y su esposa Micaela, Pablo Ortiz, y su esposa Micaela, Diego Alonso, su esposa Juana y su hija Marina, Juan de Cárdenas, su esposa Petronila, su hijo Diego y de otro matrimonio Pedro y Felipe.
La lista continúa con Juliana Cárdenas, Lucas Romero su esposa Sebastiana y sus hijos Juan y Sebastián, Juan Amador, su esposa Catalina y sus hijos Petronila, Gaspar, María, Mateo y Diego, Pedro Gutiérrez, su esposa Catalina y su hija Catalina, Gaspar Gutiérrez y su esposa Juliana, Andrés Ximenez, su esposa Catalina y su hija María, Francisca Amador, su marido Sebastián Méndez, Mateo Martín y su esposa María, Pascual López, su esposa María y sus hijos Elena y Petronila, Francisco Gutiérrez y su esposa Agustina y sus hijos María , Pascual y Felicita.
Continua con Sebastián González, su esposa Sebastiana, sus hijos Juan, Matías y María, Elvira Hernández, su esposo Miguel Carrillo, Mateo Ximenes, su esposa Petronila y sus hijos Bernardo y José, Lorenzo Romero, su esposa Pascuala y su hijo Sebastián, Andrés Martín, su esposa Ana y su hijo Sebastián, José Amador, su esposa Isabel, Diego Ximenez, y su esposa Lucía, Pedro López, su esposa Sebastián y su hijo Lázaro, Gaspar Ortiz, su esposa María y sus hijos Francisca, Tomás y Pascual, Luis Ortiz, su esposa Elena y su hijo Lázaro, Esteban Ortiz, su esposa Petronila y sus hijos Isabel, Miguel y Francisca, Baltazar de Ávila, su esposa Ana y su hija Inés, Juliana de Ávila, Pedro Valerio, su esposa Ana y su hija María, Pedro Matías y su esposa Ana, sus hijos Mateo, Pedro, Magdalena y María, Diego Matías, su esposa María y su hija Sebastiana, Andrés de Salinas, su esposa Beatriz y sus hijos Gaspar y Melchor, Sebastián Álvarez, su esposa Juan y sus hijos Gasear y Pedro.
Sigue con Francisco de Ávila y su esposa Pascuala, Diego Muñoz, su esposa Luisa y sus hijos Pascual y Catalina, Francisco Hernández y su esposa Micaela, Baltazar González y su esposa Beatriz, Lucas Hernández, Pablo González y sus hijos Gaspar y Diego, Sebastián Ximenez y su esposa Pascuala, Tomasina López y sus hijos Andrés y Martha, Catalina Mercado, Ana Hernández y su esposo Gabriel Perado, Ana Ximena viuda de Diego González, María Ximenez, López, su esposo Baltazar Gómez Laborío, Matías López, su esposa Pascuala y sus hijos Ximenes y María, Sebastiana, su esposo Martí y su hijo Nicolás, Sebastián López, su esposa Magdalena y sus hijos Martín y María, Pascuala Hernández, y su esposo Gaspar Flores, Juana López y su esposo Gaspar Flores, Juana López, su esposo Tomás Ramos Laborío, Elena Ximenez, su esposo Pedro de Rodas Laborío.
Continúa con Agustín Hernández, su esposa Juana y sus hijos Agustín y Magdalena, Juana Ortiz y su esposo Juan de la Cruz, Magdalena Ximenez, Magdalena González, su esposo Diego Hernández Laborío, María Martín, María de Ávila, María Martín, Diego Pastrana, Gaspar Amador, su esposa Petronila y sus hijos Juan y Polonia, Francisco Ximenez y su esposa Luisa de Santa María Laborío y sus hijos Juana, Sebastián, Diego y Mateo, Juan Guerrero y su esposa Luisa y sus hijos Pascuala y Petronila, Petronila y su esposo Martín y su hijo Matías Mercado, Sebastián Romero y su esposo Diego Mercado, Gregorio Ximenez, su esposa Pascuala y sus hijas Francisca y Beatriz, Antonio Gutiérrez, su esposa Lucia y sus hijos Petronila, Pedro y Sebastiana, Francisca Martín Laborío, su esposo Sebastián Martín y su hija Antonia, Mateo Ortiz, su esposa Juana y sus hijos Diego, Tomás y Juan y termina el primer censo de Diriamba de 1663 con los nombres de los tres huérfanos de padre y madre Lorenzo, Juana y Miguel González.
Apellidos que aún perduran
Cabe destacar que los apellidos que aún subsisten en la ciudad de Diriamba de este primer censo de 1663 son los Gutiérrez, González, López, Amador y Hernández. No habían llegado al pueblo de Diriamba todavía los Baltodano, Mendieta, Espinoza, Silva, Parrales y Arévalo.
Los Rapacciolli
Juan Rapacciolli era un hombre de origen italiano que llegó a Diriamba alrededor de 1840 y tuvo dos hijos con doña Macedonia Gutiérrez Rocha, diriambina de padre masatepino y nunca se casó con ella. Un día de tantos se fue para nunca volver. Uno de los hijos se llamó Vicente y el otro Buenaventura, hombre inteligente, escritor y músico, quien aumentó el capital de su madre Macedonia Gutiérrez y aunque eran hijos naturales adoptaron el apellido de Juan Rapacciolli.
David Lacayo era un granadino que había logrado hacer varias propiedades en Diriamba entre ellas La Moca, El Paraíso y San Ramiro, las cuales vendió a don Buenaventura Rapacciolli quien murió muy joven, dejando a su hijo muy tierno y sus propiedades, al cuido de don Vicente. Don Vicente tuvo varios hijos entre ellos Buenaventura, Horacio y Roberto Rapacciolli y varias mujeres, entre ellas doña Emilia y Lila quienes se casaron con los granadinos Octavio Lacayo, Edmundo Chamorro, Reynaldo Lacayo, el marine norteamericano Roberto Conti y Stanley Hagari, solamente doña Haydeé Rapacciolli se casó con un diriambino don Ramón Ernesto González.
Muchos diriambinos aseguran que las hermanas Rapacciolli no sólo eran las mujeres más bellas de su época, sino las más adineradas de Diriamba. La mayoría de ellas fueron casadas con granadinos.
Los primeros diez mestizos llegaron a Diriamba en 1778, según datos históricos. Los Gutiérrez de Diriamba llegaron por dos vías la mayoría de Masatepe y otros de San Rafael del Sur a comienzos del siglo XIX. Cabe recordar que las primeras familias españolas que llegaron a la meseta de Carazo se fincaron según el Obispo Pedro Agustín de Morel de Santa Cruz en la ciudad de Masatepe. De aquí muchas familias se expandieron hacia La Concepción, San Marcos, Jinotepe y Diriamba. Entre ellos: López, Quintero, Robleto, García, Luna, Gutiérrez, Tapia y Sánchez.
Mujeres jefes de familia
También es de hacer notar que muchas mujeres aparecen según el primer censo de 1663 como cabezas de familia como fue el caso de doña Francisca Martín Laborío, Francisca Amador, Elvira Hernández, Tomasina López, Ana Hernández, Sebastiana, esposa de Martín, Pascuala Hernández, Juana López de Gaspar Flores, Juana López Tomás Ramos Laborío, Elena Ximenez de Pedro de Rodas Laborío, Juana Ortiz de Juan de la Cruz, Magdalena González de Diego Hernández Laborío y Petronila de Martín.
Visita a Diriamba del obispo Pedro Agustín Morel de santa cruz en 1751
En el documento antiguo de la visita Apostólica, Topográfica, Histórica y Estadística de todos los pueblos de Nicaragua y Costa Rica realizada por el Obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, después de visitar Nandaime y Jinotepe, pueblo que en esa época estaba bajo la jurisdicción nandaimeña, llega a Diriamba de la que escribió lo siguiente:
“Una legua más adelante está el pueblo de Diriamba anexo al antecedente. Su titular SAN SEBASTIAN, cuya efigie es de proporcionadas estatura, muy pulida y milagrosa. La iglesia y la sacristía son de teja y estrechas: hay tres altares con poca decencia: la casa del doctrinero y vecinos, que se reducen a indios, son de paja y llegan a cuarenta y nueve y las familias a ciento diecinueve y las personas a trescientas treinta y cinco, con su Alcalde, Alguacil Mayor, tres regidores y Fiscal. Pagan de tributo ciento setenta y seis pesos, ocúpanse en las cortas labores de sus cementeras y en beneficiar el hilo de algodón con tinte de caracol en las costas del Mar del Sur. El clima de estos dos pueblos (Jinotepe y Diriamba) es frío y húmedo. En el verano se secan los ojos de agua de que se proveen y tienen el trabajo de acudir por ella a un río distante dos leguas y media. Son administrados por el mismo párroco, que es franciscano. Su renta, sin el servicio personal y ración, excederá de quinientos pesos.
Tres días permanecí en el primero (Jinotepe) y uno en el segundo (Diriamba): en ellos confesé, prediqué seis sermones: hubo dos procesiones de penitencia, en que irían más de seiscientas personas y las confirmaciones llegaron a seiscientas setenta y siete”, termina diciendo en el Obispo Santa Cruz en su informe elevado a su Majestad el Rey Femando VI el ocho de Septiembre de 1752.
Segundo censo en 1778
En un segundo censo realizado en 1778, la población de Diriamba era de 487, divididos de la siguiente manera: 205 indios e indias casadas, 94 viudos y viudas, 178 solteros y solteras y 10 mestizos llegados de Granada, Masatepe y Jinotepe, a quienes se atribuye el primer impulso de desarrollo de la hoy ciudad de Diriamba.
Diriamba el más poblado de los municipios de Carazo
Diriamba, según estimaciones de las autoridades municipales, en el 2004 tiene una población de 63 mil habitantes. 33 mil en el casco urbano y 30 mil en la zona rural. La ciudad tiene 40 barrios en el municipio y 61 comarca, siendo las zonas más pobladas San Gregorio, Los Ángeles, Buena Vista del Norte, La Trinidad, La Boquita y Casares.
Al Municipio de Diriamba pertenecen el 90% de las costas de Pacífico del Departamento de Carazo, las playas de La Boquita y Casares son de los más visitados de Nicaragua y tienen gran futuro turístico del país.
Rigoberto Tapia Mercado con mundo dibujado en huevo de raza.
En busca de un desarrollo integral
“Como alcaldía nuestra visión es tener una Diriamba soñada, donde halla un desarrollo integral para todo el municipio. Hemos logrado recaudar este último año cuatro millones de córdobas, y con tan poco no podemos dar respuesta a todos los problemas del municipio Imposible”, señala Manuel Cruz Campos.
Ingeniero Manuel Cruz, alcalde de Diríamba.
Las luchas internas de toda la vida han llevado al pueblo de Nicaragua a la ruina, desastre que pareciera nunca desaparecer de nuestro horizonte todavía hoy en día 500 años después de la conquista española.
Primeros arboles de café
El Diriamba de hoy no es el mismo que encontró don Seferino Parrales Guerra a mediados del siglo XIX, cuando sembró los primeros árboles de café en su finca “La Parraleña”. Hoy los cafetales no son fuente de riqueza del pueblo, fruto que llevó a engrandecer y a desarrollar a Diriamba en los años de 1940 y 50, haciendo sobresalir a muchos de sus ciudadanos como los hombres más ricos y poderosos del país entre ellos los: González, Baltodano y Rappacciolli.
“Habían haciendas de café en Diriamba que tenían su propia moneda como La Palmera, las mismas eran instrumento de canje en el Banco Central. En esos años Diriamba era una capital económica. Con el triunfo de la revolución sandinista muchos capitales fueron confiscados y otros se fueron para no volver. Hoy el grave problema de Diriamba es el desempleo y la faja de pobreza formada por los inmigrantes llegados de todas parte del país”, afirma Miguel López Baldizón, diriambino y Primer Secretario de la Asamblea Nacional.
Hoy la población está desempleada, tiene escasez de agua potable y la falta de trabajo ha originado problemas sociales y delincuenciales, consumo de droga y prostitución. En buena escala “aquí se ha visto un incremento del consumo de droga, especialmente cocaína. Hay focos mínimos de prostitución pero hay”, afirma el Alcalde Manuel Cruz.
Antes de la llegada del café a Diriamba la mayor parte de sus pobladores se dedicaban al cultivo de la caña de azúcar para la fabricación del dulce de rapadura, el cual era comprado por comerciantes que lo vendían en León, Granada y Rivas a lomo de mula.
Los primeros trapiches de hierro los usaron en Diriamba don Irineo y Enrique Baltodano, Julián Bendaña, Reyes Mendieta y Salvador Arévalo a finales del siglo XIX.
Problema eterno: El agua
“El problema del agua es serio. Aquí tenemos 80 metros de base de piedra cantera y para perforar un pozo aquí tenes que entrar a 300 pies de profundidad. Si queremos promover el turismo, zonas francas o empresas industriales, lo menos que podemos ofrecerles es un buen servicio de agua potable. El estudio de factibilidad para el agua de Diriamba cuesta 400 mil dólares, pero ya tenemos la oferta del 50 por ciento para el mismo”, afirma Miguel López Baldizón.
A comienzos del siglo pasado la empresa aguadora de Masatepe le vendía agua a San Marcos, Jinotepe y Diriamba.
Hoy a pesar que existen pozos en todas estas poblaciones, la demanda es mayor y en Diriamba es serio el problema.
“Hay pobreza, hay droga, prostitución, pero los encargados de combatir esto están trabajando, pero pudiéramos hacer más si los diriambinos quisiéramos. Uno de los problemas más sentidos es el del agua, desgraciadamente los mantos acuíferos en Diriamba están lejos, mi esperanza es que supere. San Sebastián es milagroso y sus fiestas no hay que politizarlas”, nos expresa don Freddy González, quien ha sido dos veces mayordomo de las Fiestas de San Sebastián y espera serlo otras veces más mientras Dios le de vida.
Don Freddy González.
Más unión
“Veo una Diriamba igual a como la dejé hace 35 años. Me gustaría que fuera una ciudad más próspera, sin diferencias ideológicas, como nicaragüense uno desde el exterior añora a su patria a su pueblo a sus amigos y sus tradiciones, incluso añoro hasta el reloj, la basílica y por su puesto a San Sebastián”, afirma el cantautor Sergio Tapia.
Cantautor, Sergio Tapia.
Celebración de San Sebastián antigua
Según el padre Zúñiga párroco de la iglesia de San Sebastián desde hace ocho años, afirma que cuenta la leyenda que aparecieron unas cajas flotando en mar de un barco que naufragó, y en ellas venían las imágenes de San Sebastián y Santiago. Luego se unió a las festividades la imagen de San Marcos, es una tradición que se remonta a siglos”.
Pedro Gustavo Zuñiga, párroco de la basílica de San Sebastian.
“Comida, guaro, fervor religioso, había una mezcla de todo, entre paganismo y fervor religioso y es una expresión muy autóctona del mestizaje entre los indígenas y los españoles y que se ha logrado mantener durante 300 años. En mi niñez, a una cuadra de mi casa, vivía doña Inesita Chow donde practicaban los promesantes del Macho Ratón, El Güegüense, El Gigante y pasaba horas elaborando todo lo necesario para los bailes”, recuerda el Dr. Miguel López Baldizón.
San Sebastián.
“Fui mayordomo de las Fiestas de San Sebastián en un momento difícil con el fin de recobrar la tradición del baile del Güegüense, El Gigante, El Macho Ratón, Las Inditas y darle atención a los prioste que son doce y que necesitaban apoyo en ese momento, y la tradición no se perdiera, y por supuesto por el aprecio al pueblo de Diriamba por su sencillez, humildad y la amistad que les tengo a mis amigos diriambinos”, afirma Marlón Montano quien fue Jefe Policial de Diriamba y Mayordomo en 1998 Actualmente, Montano es el Jefe de Relaciones Públicas de la Policía Nacional.
Las festividades de Diriamba son de las más coloridas de Nicaragua. Regalar comida a los pobres y promesantes durante toda la festividad es parte esencial de las festividades de San Sebastián.
San Sebastián.
Diriamba una ciudad que tuvo
En los años de 1940 a 1960, Diriamba vivió su mejor época de desarrollo en todos los ámbitos. Tenía los mejores colegios de Nicaragua: El Instituto Pedagógico y la Inmaculada. En ambos centros estudiaron y se educaron gran cantidad de nicaragüenses de todos los rincones de Nicaragua y Centroamérica. Muchos de sus egresados llegaron a ser sobresalientes ciudadanos del país.
El instituto pedagógico de Diriamba fue uno de los centros educativos más grandes que ha tenido Nicaragua.
El Instituto Pedagógico en 1979, fue ocupado como base militar y finalmente fue saqueado por sectores empobrecidos.
Es una lástima que semejante centro de enseñanza no recibiera la protección merecida.
“El 90% de los estudiantes que asistían al pedagógico eran de los sectores más pudientes de Nicaragua y de Centroamérica, aunque el colegio fue un icono los sectores populares y pobres de Diriamba no tuvieron acceso al colegio.
Sin embargo, es una lástima que no se le dio la protección debida. Yo añoro la época boyante de movimiento económico y de trabajo, cuando mi abuela decía que en Diriamba se amarraban los perros con chorizo”, afirma el Dr. Wálmaro Gutiérrez Mercado.
Diputado Wálmaro Gutiérrez Mercado.
16 mil estudiantes tiene Diriamba
El Diriamba de hoy tiene 16 mil estudiantes que significa más del 30 por ciento de su población en edad escolar.
Además, tiene 76 centros educativos en diferentes niveles educativos y 543 maestros en todo el municipio. La primera escuela de Diriamba se construyó durante el gobierno de Pedro Joaquín Chamorro (1883-1887) y fueron don Domingo Tomé, de Masatepe, Andrés Romero, de nacionalidad hondureña y los granadinos
Francisco Tercero, Gregorio Arsenio de la Rocha y el diriambino Ceferino Parrales Guerra los primeros maestros.
Arquitectónicamente Diriamba en esos años se nutrió de nuevas y hermosas casas y se vanagloriaba su ciudadanía de la misma. Su clima era envidiable. Había que abrigarse fuertemente. Hoy… hay calor y mucha pobreza.
“Cuando se sembraron las primeras plantas de café por las familias Baltodano, Gutiérrez, Bendaña y Arévalo en 1848, el pueblo tomó un auge hasta 1900. Con la llegada de los beneficios de café Diriamba se convirtió en la ciudad más rica de Nicaragua, cuando los precios del café alcanzaron los 350 dólares el quintal. Cuando se caen los precios en 1960, los capitales se fueron de la ciudad y se fundaron bancos, empresas, hoteles y cines con dinero diriambino, entre ellos los cines González, Banco Nicaragüense, El Café Soluble, la Victoria, la Pepsi Cola, INDESA y el Gran Hotel. Fue dinero diriambino el que desarrolló a Managua y nuestra ciudad quedó anulada. Con el terremoto llegó a la ciudad mucha población, pero desgraciadamente con poca preparación cultural lo que más bien empobreció más a Diriamba. La falta de empleo promovió la delincuencia. Yo añoro la Diriamba del año 1900 a 1960, cuando era la ciudad más bella de Nicaragua”, afirma don Livio Bendaña, todo un personaje de la vida y el deporte diriambino, quien en 1995 fue alcalde por cinco meses.
Decadencia
“Diriamba está en decadencia económica, cultural e intelectualmente. Yo quisiera que el tiempo retrocediera a los años 50 del siglo pasado. Aunque la historia dice que retroceder es malo. Hoy igual que todo Nicaragua estamos quedando como “chatarra” de los países industrializados y de esa manera no podremos salir adelante. Las zonas francas no son para desarrollar a los pueblos. Sin oportunidades y educación los valores no se pueden proyectar”, señala la diriambina Licda. Blanquita Rojas.
Lic. Blanquita Rojas.
Diriamba siempre ha sido pobre
“Históricamente el capital de Diriamba estuvo en tres personas. Pero hoy la ciudad es más pobre que antes. Antes los pobres aquí vivían en cuartería, ahora los pobres de los 80 son dueños de su propia pobreza, antes los pobres no eran dueño ni de su pobreza ni de sus ilusiones. Las 22 mil manzanas que destruyó Sebastián González en el plan CONARCA empobrecieron al pueblo más”, afirma el ex dirigente obrero Ramón Quintanilla.
Ramón Quintanilla.
“Hay zonas pobres como San Vicente, Paso Real, Las Mercedes, El Aguacate, San Juan de la Sierra. Pero donde hay más pobreza es en los Baltodano, Río Limón y Sontoya”, señala el Alcalde de Diriamba. “En Diriamba hay miseria no pobreza”, afirma el Dr. Sigfrido Herrera.
“La falta de trabajo y la muerte de los cafetales ha provocado unos índices altísimos de desempleo que ha degenerado en pobreza y pobreza extrema a los alrededores de Diriamba. Algunos pueblos que parecen fantasma”, señala Wálmaro Gutiérrez.
“Me duele mucho la pobreza extrema de la niñez, hay muchos ancianos que andan en la indigencia porque no tienen ni un plástico negro de techo en Diriamba”, afirma Ronald Abud Vivas.
Ronald Abud Vivas.
Muchos añoran su pasado
La mayoría de los diriambinos añoran el pasado de su pueblo de los años 40,50, 60 y 70 del siglo pasado, su rico clima, sus colegios, su pujanza estructural y económica, la cortesía de sus habitantes y el trabajo generado por sus cafetales. Así como sus apetecidos licores y sus famosos jugadores y equipos de fútbol: EL Santa Cecilia y El Diriangen.
Y es que el fútbol, llegado a comienzos del siglo XX, ha sido para los diriambinos pasión y grito de combate de muchas décadas: “Viva El Diriangén” ha hecho historia, y aunque el Cacique Diriangén era del pueblo Diriá, su nombre lo han hecho propio. El Diriangén ha sido campeón muchísimas veces, campeón nacional del fútbol y semillero de los mejores jugadores que han formado la selección nacional de dicho deporte.
“Nosotros nos dábamos a conocer el nivel cultural que tenía Diriamba, con sus colegios privados y nacionales, por el deporte y hoy es lo menos que estamos haciendo. Diriamba tiene que cambiar? Tengo tantos sueños con Diriamba y por eso sigo aquí, aunque la mayor parte de la gente con la que crecí ya se fue, me parece que tiene que haber más apertura en la participación del pueblo”, señala el Dr. Sigfrido Herrera.
Dr. Sigfrido Herrera.
Los valores estan invertidos
“Yo quisiera una Diriamba como la del pasado que se respetaba a las personas y a la propiedad. Hoy los valores están invertidos. Los ladrones son los inteligente, listos y más vivos y los honrados los tontos. Existe mucha indolencia y la gente que no tiene interés personal de salir adelante. Hay quienes se pasan todo el día sentados en una acera bebiendo guaro y criticando al gobierno porque no les da trabajo, así nunca podremos salir adelante”, señala don Leonel Gutiérrez Luna.
Don Leonel Gutiérrez Luna.
Setenta por ciento desempleado
“La economía de Diriamba se basó en el café, lo cual generaba gran movimiento económico en la población aunque fuese en cierta época, pero el resto del año también había trabajo con el mantenimiento y preparación, a la falta y muerte del café hoy tenemos al 70 por ciento de la población sin trabajo. Además los capitales que se formaron en Diriamba se fueron para Granada y Managua”, afirma el Alcalde Ing. Manuel Cruz Campos.
Las zonas francas
“Diriamba igual que toda la meseta de Carazo tiene todo el potencial y lo necesario para ser una área de fábricas de zona francas. Hay carretera, luz, clima y una gran cantidad de fuerza laboral desempleada por la caída del café. Estoy seguro que con la firma del CAFTA llegarán cantidades de empresas que ayudarán a mitigar el desempleo en Diriamba y la meseta de Carazo”, afirma el Lic. Joel Gutiérrez, director de Comunicación Social de la Presidencia.
El gueguense patrimonio de la humanidad
El gobierno de Nicaragua presentó el proyecto del GUEGUENSE para que sea declarado por la UNESCO como patrimonio Cultural de la Humanidad el año pasado y muchos esperan que sea aprobado entre ellos muchos diriambinos.
Baile del Viejo y la Vieja en las fiestas de San Sebastián, Diriamba.
“El Güegüense es una pieza folclórica de toda América Latina. La cultura ha sido abandonada por todos los gobiernos.
Si la UNESCO proclama al Güegüense patrimonio cultural de la Humanidad sería importantísimo para Diriamba”, afirma el Dr. Miguel López.
Diputado Miguel López Baldizón.
“Todas esas cosas para mí no tienen mayor relevancia, ni para resolver los problemas políticos, ni económicos, ni sociales. Esto es un slogan turístico y no motivan nada para mí. Lo que me preocupa es la educación de la juventud y rescate de sus valores artísticos y autóctonos como el folclore”, afirma Ronald Abud Vivas.
Sus personajes
Moros y cristianos de Diriamba coinciden en que el hombre más destacado de la historia reciente de la ciudad es el Dr. Salvador Mendieta, hombre brillante y visionario que luchó hasta su muerte por la Unidad Centroamericana.
“El Doctor Salvador Mendieta fundador de mi partido no sólo es un personaje de Diriamba, sino de todo Centro América, el pensamiento político e ideológico de Mendieta fue de futuro de un gran contexto.
Hasta hoy los nuevos dirigentes están viendo la necesidad de querer unir a nuestros pueblos como respuesta, la globalización la vio Mendieta desde hace mucho tiempo, escribió cantidad de libros sociológicos y jurídicos, que la juventud de ahora desconoce y debe leerlos”, afirma doña Blanquita Rojas.
“El Doctor Salvador Mendieta se destacó en Guatemala como unionista centroamericano, en ese país existe un parque con su nombre. Como diriambino cuando llegué a Tegucigalpa exiliado en la época de Somoza, me alegró encontrarme con que una de las más grandes avenidas llevaba el nombre de Salvador Mendieta”, afirma don Livio Bendaña.
Ingeniero Livio Bendaña.
Al ilustre doctor Mendieta le siguen gran cantidad de hijos ilustres como Ramón Ernesto González, uno de los mejores alcaldes que tuvo la ciudad y fundador del Instituto Pedagógico de Diriamba.
Don Napoleón Parrales a quien se le atribuye la llegada del fútbol a la ciudad y quien fundó el primer equipo que tuvo como nombre San Sebastián y que más tarde se convertiría en el famoso e histórico Diriangén. Algunos afirman que el primer partido de fútbol se realizó entre un equipo de Jinotepe y el de Diriamba. Otros destacados hijos de Diriamba fueron Ricardo Morales Avilés intelectual e ideólogo del Frente Sandinista de Liberación Nacional Asesinado en Nandaime en los años 70.
Edmundo “El negro” Chamorro, Ronald Abud Vivas director del Ballet Folklórico Nicaragüense con 30 años de existencia. El bailarín Heriberto Mercado, el futbolista Manuel González, conocido como “catarro cuadra”, Eduardo Siero, don Enrique Baltodano Gutiérrez, los hermanos Salinas, músicos destacados, el compositor Arturo Tapia y el poeta Ramón Romero, don Marcio Aguerrí, el bailarín del Güegüense y Macho Ratón, don Teyo Reyes, doña Blanquita Rojas, doña Dinorah Parrales, Ignacio “nacho” González, el artista y compositor Sergio Tapia quien tiene 35 años de radicar en San Francisco y ha grabado más de 22 disco de 45 y 20 CD, su arte lo ha heredado a sus hijos Harold quien es pintor y Sergio Jr. es guitarrista de un grupo de rock en los Estados Unidos, el fondista William Aguirre, Mauricio Cruz, el Cantinflas nica, los políticos Wálmaro Gutiérrez y Miguel López Baldizón, don Salvador Conejo, el dirigente deportivo Julio Rocha, El capi Miguel Urtecho, Inés Chow, Paco Cordero, Octavio Argüello, los galleros Roberto “el chocoyo” Lanzas, Ramón y Antonio Quintanilla, don Chano Cruz y don Benjamín “mincho” Gutiérrez, Julio Rocha, el escritor don Juan M. Mendoza y quien escribiera historia de Diriamba en 1920.
Don Benjamín “mincho” Gutiérrez un personaje de la afición gallera de Diriamba y descendientes de una las familias fundadoras de la ciudad de grata recordación.
Bueno, si Diriamba tuvo un gran auge es porque pudo. Hoy sus ciudadanos y líderes deben luchar juntos para sacar adelante a todos sus pobladores sobre todo a los más necesitados y pobres que son la mayoría. Ellos lo necesitan y como seres humanos lo merecen.
Fuentes: Historia de Diriamba de don Juan M. Mendoza, AMUNIC, INIFON, Informe del Obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, Monografía de Carazo de Julián N. Guerrero. AGRADECIMIENTO especial a don Livio Bendaña, quien nos brindó valiosa información, al Dr. Andrés Montenegro Porras y su esposa Gioconda Mendieta, al Lic. Róger Matus, al Lic. Jorge Eduardo Arellano, así como al Lic. Joel Gutiérrez, al Dr. Miguel López Baldizón y a Roberto Lanzas Jr., a Favio Sánchez y al arquitecto Jaime Serrano, así como al interés mostrado por esta edición del amigo gallero Jaime Murillo.
Jorge Eduardo.