Historia de El Crucero

Texto y fotos de Mario Tapia
Miembro de la Academia de
Geografìa e Historia de Nicaragua (AGHN).

La construcción de la carretera Panamericana en los años cuarenta atravesó la comarca de El Crucero de Norte a Sur, y comunicó a algunos de sus asentamientos. También creó nuevas referencias de paradas para el transporte colectivo en sus haciendas cafetaleras, como El Cardón, Los Placeres, Los Alpes, Montecristo, La Danta, La Chona, El Tizate, La Casa Embrujada y El Cañón, entre otras. La nueva vía también despertó en los terratenientes el interés de construir casas-haciendas en sus fincas y quintas de descanso como fue el caso del Hotel Casa Colorada.

Municipio desde el 11 de enero del 2000

El Crucero, desde el 11 de enero del año 2000 se convirtió en un nuevo municipio del Departamento de Managua, por decreto de Ley No. 329. es un nuevo municipio del Departamento de Managua. El municipio de El Crucero está ubicado a 26 kilómetros al Sur de Managua. Tiene una extensión de 975.3 kilómetros cuadrados y una densidad poblacional de 135 habitantes por kilómetro cuadrado. El Crucero limita al Norte con Managua; al Sur con los municipios de San Marcos, Carazo y San Rafael del Sur; al Este con los municipios de Ticuantepe y La Concepción, y al Oeste con el municipio de Villa El Carmen. El Crucero se encuentra a 860 metros sobre el nivel del mar.


Las Nubes es cuna de gran parte de las antenas de radios y televisión de Nicaragua.

“Las Sierras de Managua”, Hoy El Crucero

El embajador norteamericano y escritor George E. Squier, afirma en su libro sobre Nicaragua: “…Las laderas de la sierra que separa el lago del Océano Pacífico son muy apropiadas para el cultivo del café, y la calidad del que se cosecha en las pocas haciendas que hay allí es considerado tan bueno como el de Costa Rica, el que solo es inferior al de Mocha de Yemen en Arabia.”

Históricamente, el nombre original de El Crucero fue “Las Sierras de Managua”. Según el doctor Emilio Álvarez Montalván, en su prólogo al libro de Eddy Kühl, “Nicaragua y su café”, afirma lo siguiente: “…Y fue casualmente la dedicación y creatividad de los nuevos empresarios cafetaleros, lo que fortaleció la paz y estabilidad del Estado-Nación fundado, al hacer las paces en 1856, por las empobrecidas élites granadinas y leonesas, agotadas por sangrientas guerras. Más aún, debido al café, la oligarquía oriental, más inclinada al comercio, pudo fundar el capitalismo nacional. No obstante ese impulso renovador no se detuvo ahí, sino que desplazó a la misma clase social que lo había iniciado.

“Así surgió en Managua un nuevo centro de poder político, `la aristocracia del café` y una pléyade de destacados intelectuales de clase media, impulsadores de la reforma institucional… Por otra parte, como dijo Darío: `el progreso es erupción`, y sin duda el efecto modernizador del cultivo y comercialización del café sacudió y modificó el esquema colonial del patriarcado. Surgió un nuevo tipo de empresario, agresivo e innovador (administradores, copiadores, habilitadores, exportadores, etc.), modificando incluso la manera de financiamiento, vinculada a la agro exportación. Se desencadenó así una onda expansiva de modernización extendida como una mancha de aceite a todo el país, a partir de Las Sierras de Managua, para cubrir Carazo, Masaya, Granada, Matagalpa, Boaco, Estelí, Nueva Segovia, y en menor escala León y Chinandega, despertándolos del letargo en que habían vivido.

“Por otra parte, el rendimiento del `grano de oro` atrajo a Nicaragua a una valiosa emigración europea (ingleses, alemanes, italianos, suecos etc.), quienes dieron ejemplo de entrega al trabajo, fundando además hogares honorables, como los Vogl, Potter, Kühl, Hayn, Vaughan, Bolt, Eger, McEwan, Frauenberger, Mierisch, Pellas, Palazio, Wheelock, Knoespffler, Caligaris y tantos más, pronto integradas sin reservas a la sociedad nicaragüense, donde han figurado con prestigio, aportando educación y disciplina, virtudes continuadas por sus descendientes.”

El café y el estado de nicaragua

El historiador Eddy Kühl, en el mismo libro, también afirma: “La historia del café está muy ligada a la formación de Nicaragua como Estado moderno. Al momento de la Independencia los principales productos de exportación de Nicaragua eran añil, cacao, ganado, queso, madera y pieles… la declaración como República por el gobierno de Fruto Chamorro se dio en 1856, después de la relativa estabilidad política que siguió a las guerras civiles y las guerras federales. No fue si no hasta la proclamación de la Constitución de 1858, coincidiendo con el inicio de las exportaciones cafetaleras, que empezó el desarrollo de Nicaragua como nación, tal como lo había hecho Guatemala en 1847, Costa Rica en 1848, posteriormente El Salvador en 1859, y finalmente Honduras en 1865…

Durante el período conocido como los Treinta Años, el cultivo del café recibió impulso de los gobiernos de Tomás Martínez, Pedro Joaquín Chamorro, Adán Cárdenas y Evaristo Carazo, tanto por leyes de fomento a su producción exportación como la construcción de caminos y del Ferrocarril del Pacífico. El gobierno de Zelaya continuó con ese esfuerzo.

Los caraceños y los Managua, que habían sido los primeros productores de café, fueron la fuerza que contribuyó a que Managua llegara constituir en la segunda mitad del Siglo XIX, un nuevo polo de poder, el que habría de expresarse en la toma del gobierno central en 1893; por lo tanto, el café es responsable de que Managua se fortaleciera como la nueva Capital”, afirma Eddy Kühl.

Primeras menciones del café en Nicaragua fue producido en Las Sierra de Managua «El Crucero»

Según Eddy Kühl, se estima y hay evidencias de que los primeros plantíos de café en Nicaragua en 1804, se dieron en Las Sierras de Managua (hoy El Crucero) o en las faldas de los volcanes de León o Chinandega. Después se extendió por el resto de las zonas cafetaleras de Nicaragua.

Eddy Kuühl, afirma: “Hay evidencias de que antes de la independencia de España, 1744 en Guatemala, y luego en los otros países de Centroamérica, miembros del clero usaban el café como brebaje exótico y medicinal que compartían con algunos peninsulares y criollos. Lo cultivaron para su propio uso en tiempos de la Colonia, eso continuó después de la Independencia, pues vemos al Padre Policarpo Irigoyen, invitando a tomar café al inglés Orlando Roberts, en los años 1820. Un hijo de Policarpo con Francisca Zelaya, Leandro Zelaya, fue según el historiador José Dolores Gámez, uno de los primeros que sembró café en Las Sierras de Managua en 1845…

“Otra persona que menciona Gámez entre los primeros sembradores, también en Las Sierras de Managua, es al presbítero Gordiano Zelaya. A los presbíteros Policarpo y Gordiano los encontramos años después en Matagalpa; el primero como Cura y Vicario en 1809, y el segundo como Cura Párroco en 1860, por lo que consideramos que ellos hayan fomentado el cultivo del café en esta región del norte del país.

“El inglés Orlando Roberts, fue apresado por las autoridades españolas creyéndole un espía, en San Juan del Norte, luego viajó a Granada y León pasando por Managua –con una escolta compuesta por negros de la isla de Santo Domingo que hablaban francés- en tiempos en que según sus mismas palabras: La provincia de Nicaragua está supuesta a tener una población de 164,000 habitantes… Matagalpa está poblada por indios que no se han convertido al cristianismo. En su libro publicado en Londres en 1827, Roberts refiere que le fue ofrecido café tanto en Managua como en León.”

Primeros sembradores de café

Por otro lado, el español Dionisio Martínez Sánz, en su libro “Ríos de Oro Torrentes de Lava”, afirma que según información familiar, el primer cultivador de café en 1824-25 fue el médico Manuel Matus Torres, quien sembró café en la finca “La Ceiba”, a orillas de Jinotepe. También hay quienes afirman que fue don Ramón Gutiérrez, el primer sembrador de café en Las Sierras de Managua. Por otra parte, el historiador José Dolores Gámez, en su libro Historia de Nicaragua (1888), afirma que fue su padre don José D. Gámez, originario de Granada, quien plantó los primeros árboles de café en Las Sierras de Managua, por los años de 1845 a 1846. El aumento del cultivo del café provocó que se promulgaran leyes de protección, incentivos, promoción y beneficios económicos, libres de impuestos, a los cultivadores del café en 1847.

Historia y producción del café de El Crucero

Eddy Kühl, señala: “En 1866 la producción de las Sierras de Managua fue de 4,000 quintales. Lanuza, en su estudio cita a La Gaceta Nacional del 7 de septiembre de 1867 (pp. 287-88) donde aparece que habían en Managua 149 haciendas de café, con un número de cafetos sembrados de 1, 148,800 y habían 600,000 matas en almácigo.

Las haciendas más grandes en ese año eran las de Leandro Zelaya, Presbítero Gordiano Zelaya, José María Zelaya, Dolores Rodríguez, Dolores Martínez, Salvador Gutiérrez, Eliodoro Rivas, Justo Díaz, Perfecto Portocarrero, Miguel Espinoza, Pedro Arce, Indalecio Bravo, Francisco Rocha, Testamentaria de Ramírez A., Francisco y S. Bermúdez, Ramón Alegría y F. Fitoria, Bernabé Portocarrero, Francisco Avilés, Francisco Reñazco, Napoleón Reñazco, Testamentaria de Salas P., Presbítero Abelardo Obregón, Bruno Bone, Miguel Vélez y Manuela Moreira.


La población pobre sufre de agua y empleo en El Crucero, en la gráfica se aprecia la carretera que conduce a la hacienda El Chile de Arnoldo Alemán.

Otra descripción histórica de las fincas de café en Las Sierras o Chuchillas de Managua, nombradas por la revista Café de Nicaragua en 1945, señala: “Por el año 1860 el cultivo del café en el departamento de Managua se desarrolló, formando fincas como la de Abelino Picado, Andrés Murillo, José del Carmen Bengochea, Heliodoro Moreira padre, José María Zelaya (padre del General José Santos Zelaya), Leandro Zelaya, quien obtuvo en tiempos del general Martínez una concesión de tierras nacionales para el cultivo del café.

Por los años 1856 a 1857, se formaron en Las Sierras de Managua, además de las anteriormente mencionadas, las valiosas haciendas de San Vicente, El Cardón, Las Mercedes, El Tizate (fue fundada con posterioridad), La Luz de Alejandro Eva (antes había sido de Salvador Chamorro), Corinto de Carlos A. Wheelock, El Cañón de Sucesores de Jacobo R. E. Téfel, La Esperanza de los sucesores de Rafael Cabrera, La Prusia de Bernardino Giusto, Los Penachos y otras pertenecientes a Sucesores de Ángel Caligaris, La Florida de Ramón Solís…


Casa Hacienda La Prusia.

Al oeste de El crucero

Otras fincas que están al Oeste de El Crucero son San Fernando, de Fernando Robleto; Esperanza, San Luis, San Buenaventura, de Roberto Harding; Santa Cruz, La Muralla, de los Peters; La Paz, San Juan, La Burra, El Chile, de Pérez Marín, después de los Alemán; El Cañón, La Unión, de Edmundo Téfel; el Carrizal, de los Alemán; El Abandono (David Campari, después de Rodríguez Blen), una finca de café del médico Vigil Tardón y San Clemente.

Mis primeros recuerdos de El Crucero

El primer recuerdo que tengo de mi niñez al pasar por El Crucero es el frío, la niebla y el silbido del viento durante la travesía por Pacaya. Y en diciembre los centenares de cortadores de café. Otro recuerdo es del rostro de mi abuela Filena y de todos los pasajeros del bus de Humberto Tapia arropados, con la cabeza cubierta y los oídos protegidos por lo inclemente del clima por la madrugada, hace más de cincuenta años.

Cómo recuerdan a El Crucero

Casimira Mercado Muñoz, tiene 81 años y no sabe leer; sin embargo, recuerda y nos cuenta: “Yo nací en San José de la Montaña, comarca de El Crucero, hace 81 años; tuve diez hermanos, tres por parte de madre. Ella murió durante mi parto; me crié con un tío y una hermana. Mi padre fue también el partero de mi madre y de todos sus hijos. También tuve unos hermanos en San Marcos por parte de padre. Él era Mercado, de Masatepe. Bueno, le voy a decir que no me crié en este Crucero, yo venía a vender a El Crucero desde cuando tenía 13 años.
Ese pueblecito era de unas cuantas casitas. ¿Sabe dónde era la iglesia católica? Era allá en la planchita, allá donde ahora es el mercadito. La iglesia era la punta de plancha que está allí, y el Comando era donde es la iglesia ahorita. La mayoría de los dueños de las haciendas tenían nombres extranjeros como Jorge del Carmen que era turco y Julio Balker, era de Alemania. Cuando llegué a El Crucero ya había luz eléctrica. Había agua, pero costaba conseguirla. Había bastantitas casas-haciendas, y las quintas que surgieron a la orilla de la nueva carretera; sólo de quintas se componía. Era helado, aquí solo lloviendo pasaba verano e invierno. La neblina era horrible y las casas tenían lama. La mejor época era cuando terminaban los cortes de café; luego venían los cortes de algodón, y llegaban los camiones al parque a traer a la gente para llevarla a Chinandega. Había mucha montaña y oía decir que había leones, y una vez que estábamos cortando en Las Delicias nos dimos cuenta que a un venado se lo comió un león; que después lo espiaron para ver si lo mataban, pero se fue el león.


Casimira Mercado.

Algunos administradores de haciendas eran galleros como don Nicolás Linarte; él tenía un montón de gallos y le gustaba jugar los gallos. En esos años el transporte era difícil, costaba que pasara, eran pocos los vehículos que habían; no era como ahora que hay de sobra. Usábamos mucho el caballo para movilizarnos; fíjese que nosotros salíamos para Masatepe de San José de la Montaña a caballo y dilatábamos dos días, porque dormíamos allá. Íbamos a Masatepe a traer guineos, naranjas, para llevarlas a San José de la Montaña. Hoy mucho ha cambiado en El Crucero; hoy es caliente, ahora no es tan helado como antes, aquí la gente solo andaba con chaqueta. Mis diez hijos nacieron en El Crucero, y mi partero fue mi marido Lino Rubí, pues yo volaba el chavalo y él le cortaba el ombligo, después todo lo hacía yo.”

Arnoldo Alemán Lacayo, nació en el barrio San Antonio de Managua, y recuerda su infancia en El Crucero de la siguiente manera: “Bueno, mis recuerdos de infancia son en El Crucero; salíamos de la escuela, en el inicio de febrero, y en cuanto salíamos de clase llegábamos al Barrio San Antonio y mis padres nos llevaban a la casa-hacienda o a la casa de ellos o la Quinta Alemán en El Crucero, donde viví mucho tiempo para pasar (allá) los tres meses más calurosos que tiene Managua: marzo, abril y mayo, porque las clases comenzaban el 15 de mayo. Nosotros nos íbamos desde el inicio de febrero a vivir a El Crucero y gozábamos del rocío, en ese tiempo no había despale en los que se llaman los Pueblos Blancos: San Marcos, Diriamba, Jinotepe, Masatepe, en todos esos habían árboles frondosos de Guanacaste, Pochote y eran pueblos verdaderamente frescos. Todas las mañanas caía el rocío que se mantenía en El Crucero, que era considerado zona turística para los enamorados, porque era un clima ideal todo el tiempo. Mi hermana Amelia y yo fuimos padrinos de más de 500 muchachos; uno de ellos, hijo de don Nicolás Linarte, quien era uno de los fundadores de El Crucero. Mi tata Carlos Alemán, era casado con Justa Casco, de donde nace mi abuelo Agustín Alemán Casco, padre de Agustín Alemán Sandoval. Mi tata Carlos era propietario de finca cafetalera. Comienza a ser administrador de fincas de unos señores Morales, de Granada, que tenían fincas aquí, en El Crucero. Él era mandador, un hombre campesino que no sabía ni leer ni escribir, pero sí conocía de agricultura, igual que mi abuela, mi mamita Justa Casco; se vinieron a las agrestes tierras de El Crucero a ser mandadores de la finca que hoy por casualidad la dueña es la hija de Brenes y Jarquín, esposa de Fernando Robleto, de Olga de Brenes. Allí mi bisabuelo era el mandador; después más abajo, había unas haciendas La Providencia y El Cairo o El Embudo, y el viejito con su esfuerzo y sacrificio compró allí; y su hijo mayor, a quien mandaron a estudiar hasta sexto grado de primaria; mi abuelo Agustín, se le separó, se fue fuera de El Crucero, se independizó de ellos y regresó con unos bollitos, compró una finca pegada a la de sus padres y que se llama Santa Isabel, en los años 1903-1904. Mi padre nace en El Crucero en 1911, un 11 de noviembre de 1911. Yo nací enfrente del Cine Victoria en el Barrio San Antonio, pero con mi espíritu y ombligo dejado en El Crucero, pues eso lo llevaban a enterrar a El Crucero, porque allí nació mi padre y mi madre; los dos son de la comarca de Acoto.”

Doña Eudelia Marchena Sánchez, tiene 71 años, y llegó de San Rafael del Sur a vivir a El Crucero hace 46 años; ella recuerda a El Crucero de la siguiente manera: “El clima era delicioso, casas no habían muchas y los habitantes eran unos pocos, entre ellos: los Navarrete, donde es el hotel Capri; don Lolo Maltez, quien tenía una gran distribuidora que se llamaba La Agencia; y los Santamaría. A los 10 años de estar allí, compré la “Panadería Alemana”, a doña Helga Allers. Era pura neblina, bonito, bien bonito, ahora es que todo eso cambió. Yo creo que entre todos no pasábamos de 50 casas; mi marido, Rafael Barreto, era el dueño de la Quinta Las Conchitas. En esos años existía una iglesia más humilde. En El Crucero no vivíamos ni 500 personas. Para venir a Managua se tenía que alistar en la madrugada para venir a esperar el único bus que pasaba. Mi tía Melania Marchena, vivía también en El Crucero, contiguo al Comando de la guardia, con Chico Ruiz, su marido. Mi tía Melania tenía cuatro hijos: Francisco, Mario, Alma Nubia y Rosa. Hoy, donde era el Comando, es la iglesia. Mucha gente vivía en sus haciendas como los Frixione. En la Quinta Alemán vivía doña María Antonieta, la mamá de don Arnoldo. Eran los riquitos del pueblo, los que tenían más que comer que nadie; tenían un gran corral atrás donde ordeñaban las vacas y un montón de venados. Esa hacienda, la Quinta Alemán, era bien alegre. Hoy, El Crucero es un desastre, porque antes teníamos agua y sabíamos que íbamos a tener agua un día en la semana, de una presita que había en Las Nubes. Si quiere saberlo, ahorita, toda esta Semana Santa, no tuvimos una gota de agua en El Crucero, ahora vivimos en una decadencia muy grande.”


Eudelia Marchena.

No quiso ponerse los zapatos

Orlando Flores Gutiérrez, “El Coime”, nació en El Crucero, en la hacienda La Prusia, y se dice que en el pueblo fue “escautiado” por Jonathan González Robinson, para jugar en la liga profesional de béisbol, y lo rechazó por no aceptar ponerse zapatos. Hoy, muchas lunas después, nos cuenta:

“Yo nací en la hacienda que se llama La Prusia, aquí al lado de Las Nubes, del parque para arriba, a dos kilómetros de aquí. Mi papá se llamaba Rosendo Gutiérrez, originario de Darío; mi mamá era Alejandra Flores Barahona. Fuimos tres hermanos, la mayor que se llamaba Isolina Solis, ya murió. Yo recuerdo que cuando tenía 10 años, yo vivía en La Prusia, allí caminaba uno a pie, era una carretera de tierra. El clima era el doble de hoy. Ahorita han venido a quitar el clima helado con tanto despale que han venido a hacer en las haciendas; antes usted venía aquí a La Prusia, y a esta hora se mantenía todavía pura neblina y uno tenía que andar con abrigo. El dueño de la Prusia, donde yo me crié, era Bernardino Giusto, era italiano, y la esposa se llamaba Dolores Bonilla, nicaragüense. Eran 300 manzanas de café, toda la hacienda era de café. Mi papá era trabajador de allí. Los dueños de las haciendas de El Crucero eran unos pocos, entre ellos José Frixione, de “Las Nubes; en ese tiempo él estaba de ministro de Fomento de Somoza. Él pavimentó la carretera desde el parque hasta su hacienda, adelante de La Prusia. Don Alfredo Palacios era dueño de la hacienda “La Estrella”. Había una hacienda llamada El Jardín, no me acuerdo el nombre de los dueños. David Stadthagen, era dueño de aquí El Crucero; y de Las Mercedes, de El Boquete para abajo, era de Navas.


Orlando Flores.

Hoy, realmente, hay mucha pobreza; en aquellos tiempos en las temporadas había mucho movimiento económico; si usted venía en temporada de corte, usted no podía pasar por este parque, porque la gente se atropellaba entre sí. Venía gente hasta del Norte, de Estelí, a cortar café; de San Rafael, de los pueblos, de donde quiera venían. En Las Nubes había una represa para el agua, es la que mantenía aquí el agua. Hoy el problema del agua es muy serio. La traen de Masaya por tubería. Hay mucho desempleo. Tengo 3 hijas mujeres, tres varones y uno que está en Costa Rica. El cumiche se llama Miguel Ángel.

Yo fui buen pícher, pero tenía poco peso. Yo era campesino, trabajaba al machete; yo pitcheaba a la zurda, pero cuando trabajaba, trabajaba a la derecha; yo no fregaba mi brazo, yo con este pitcheaba y no me rendía. Jugábamos en un cuadro cuyo dueño era Arturo Harding, que se lo quitaron para poner un tanque de agua. Eso de los zapatos es puro cuento, aunque yo jugaba descalzo. Me gustaría que El Crucero fuera como antes, con mucho trabajo. Hoy todo es muy difícil y estamos muy pobres, unos cuantos son los que tienen dinero. El apodo El Coime viene porque mi papá tenía una jugadera de dados, y había un señor que se llamaba Marcos Pérez, ese señor fue el que me encajó “El coime” desde chiquito, “El Coime” porque yo llegaba a la jugadera de dados a pequeña edad”.

El doctor Mauricio Casco Gutiérrez, tiene 67 años y 37 de ellos los ha pasado trabajado en El Crucero. Masatepino de nacimiento, viaja diario a su humilde clínica de El Crucero a dar consulta médica dental. El nos cuenta su historia en el pueblo:

“Vine a El Crucero porque me mandaron a trabajar acá cuando comencé a laborar para el Seguro Social; trabajé como reemplazo en el Seguro y trabajaba para la Alcaldía de Managua. Después de la guerra, me dieron solamente la plaza de El Crucero. El Crucero, a mediodía, tenía una neblina tremenda; para poderme meter donde estaba la clínica con mi carro tenía que ir a dar la vuelta hasta el parque de El Crucero, porque no se miraba del todo. Las primeras familias que conocí fue la de los Castellón, un señor que era destazador. Fui el primer dentista trabajando en el Crucero, en el centro de las monjas. Eran pocas las viviendas, y la población hoy se estima que hay más de 12 mil habitantes en El Crucero. Dando atención médica visite Las Pilas 1 y 2; el barrio René Gómez, El Tigre, Casa de Tejas, Los Chocoyos. El problema más grande que ha habido en El Crucero es el del abastecimiento del agua, pasa días sin venir. Hoy, después de 37 años, seguiré aquí en El Crucero hasta que ya no pueda trabajar, y me lo permita mi mujer, porque ella es la que está apurada para que deje de trabajar aquí”.


Doctor Mauricio Casco.

Jerónimo Linarte, nació en Masatepe hace 80 años un treinta de septiembre de 1933, y desde muy niño visitó El Crucero, nos cuenta sus recuerdos:

“Me llevaron recién nacido a El Crucero, mi papá trabajaba en las haciendas de David Stadthagen. Eran varias haciendas juntas: San Pedro, El Crucero, La Trinidad, San Félix Pedro; eran como cinco o seis haciendas y estaban unidas todas. Muchos tenían haciendas. ¿Quién no tenía hacienda en El Crucero?, sería la pregunta, pero los conocidos era Francisco Frixione, Los Téfel tenían varias haciendas; los Alonso, Ricardo Reyes. Las hacienda de Daniel Cardón, Los Placeres, El Encanto. Todas esas haciendas eran de personas adineradas que tenían capitales invertidos en eso. En el poblado había unas 50 casas. Estaba el hotel Casa Colorada; después comenzó a construir casas de verano la gente pudiente; eran quintas, y sí había sus 50-60 casas. Había una pequeña iglesia, una escuela de primeras letras. La carretera Panamericana mejoró lo escabroso del camino. Era muy frío, era un lugar selvático y había un frío tremendo. En época de corte era una cosa grandiosa, porque en realidad, era un lugar cerca de la capital y a ese lugar asistían miles de gente a trabajar en las haciendas. El problema más serio ha sido el agua todo el tiempo; la gente se abastecía en la hacienda Las Nubes, de don Francisco Frixione; allí había una especie de ojo de agua que con su fuente alimentaba a la mayor parte de las casas de El Crucero. Había muchos personajes que vivían ahí, eran personajes, porque los administradores, los mandadores de haciendas todos eran gente de mucho respeto.

“Me gustaría un Crucero como ha sido, lo que pasa es que se ha destruido El Crucero; primero, el cerro ha sido prácticamente el enemigo de El Crucero; desde que comenzó la situación del cerro, todas las casas que eran de la gente pudiente se fueron destruyendo y a las que no les dieron debido mantenimiento desaparecieron. Los Somoza tenían una casa frente de donde fue el Hotel Casa Colorada; se llamaba Mislo la casa de Tacho, y la que estaba al lado era la de Luis Somoza, pero la que se logró habilitar, y que creo que ahora es de los Baltodano es Mislo, que era la casa de Tacho Somoza Debayle.”

La gallera de Tomas Bravo 

Continúa Linarte: “Entre esos personajes de El Crucero estaba Tomás Bravo, donde estaba la principal gallera, esa gallera estaba detrás de la casa de Arnoldo Alemán; al lado izquierdo todavía está la casita que era la de Tomás Bravo. Otros galleros eran don Juan Vega y Enrique Harding.

“En esa casa tenía su gallera, allí se reunía la gente todos los domingos. Después estaba mi papá Nicolás Linarte, don Toño Úbeda, que creo que era chinandegano, y él tenía muy buenos gallos, era de los fanáticos en ese aspecto. Julio Pataky tenía su casa veraniega en El Crucero; llegó chavalón de 17 años, y entonces él se hizo amigo de mi papá y prácticamente se mantenía donde mi papá haciendo lo uno y lo otro. A medida que pasó el tiempo Julio Pataky, salió experto gallero, de primera y desde aquel tiempo, como era tan amigo de mi papá, él mismo le abastecía de gallos importados; siempre fueron muy buenos amigos.

“El clima y las haciendas eran apropiadas para la cría de gallos. Mi papá tenía una crianza de gallos especial, eran 100-150 gallos que tenía en un bajarete y que eran sagrados, no podías ni coger el huevo de la gallina para comértelo. Eran gallos ya enrazados y preparados. Nosotros no tuvimos mucha cercanía con el hobbie de mi papá, porque él era muy estricto en eso; él decía cada cosa en su casa, pero sí gustaba ver el entusiasmo de su cuido y esmero con que manejaba en sus animales. Añoro esos años. Sinceramente, que con la misma paz que había en ese tiempo, porque la realidad es que todas esas cosas, en medio de todas las atribulaciones del juego, de los tragos y las cosas, siempre hubo una cordialidad entre la gente.

Los amigos se respetaban y se querían mucho; ver la grandiosidad de las personas, cómo se respetaban en sus apuestas; la palabra de gallero era una cosa muy interesante y, hasta el momento, uno de los sostenes del juego de gallos es el valor de la palabra.”

Añoran los años 60

Mario Ruiz Marchena, nació en San Rafael del Sur, tiene 62 años y llegó a vivir a comienzos de los años cincuenta a El Crucero. Hoy nos cuenta algo de esos años:

“Mis padres llegaron a vivir a El Crucero, eso anda ya por los años 50. El Crucero era bien alegre, era más frío, tan frío era y la neblina era tan espesa, que a uno dos o tres metros, no se distinguía nada, de tan espesa que era la neblina. Eran pocas las familias que vivían, entre ellas eran famosos los Cupido que tenían una panadería; don Lolo Maltez, de la famosa agencia que estaba ahí, por el parque, con su famosa esposa Martina Rivas, quienes son los padres de uno de los magistrados del Tribunal de Apelaciones de Managua, Denis Maltez. También la familia Alemán Lacayo, y entre otros me acuerdo de los Corea en el Barrio Nuevo, en el empalme que va para San Rafael y Carazo; además de los Linarte, en la hacienda El Crucero. Se me escapaban los dueños del Hotel Capri, los Navarrete. El Noruego don Engel Oyeli, llegó allí en el 70 y comenzó a trabajar con los Laboratorios Panzyma. En esos años había mucho auge económico; en aquel tiempo en los años 60, era una maravilla cómo llegaba gente de toda Nicaragua; de Centroamérica llegaban a cortar café. Las haciendas de los Linarte, los del Carmen Guerra, los Stadthagen, los Frixione –con la hacienda Las Nubes—; los Palacios, los Baltodano que todavía están allí: era un hormiguero de trabajadores.


Mario Ruiz Marchena.

“Añoro el trabajo que había en esa época, fue lo que me gustó siempre ver, porque no era solo el campesinado el que llegaba, sino los comerciantes que llegaban de Managua a vender ropa, perfumes, zapatos; era una maravilla ver el auge económico que había. Me gustaría hoy que El Crucero fuese como esa época de los años 60. Como antes, como antes, aunque no había hospital, ni cruz roja, pero si había telégrafo y teléfono”.

El crucero tiene que construir su identidad

Carlos Cuadra tiene 24 años de vivir en El Crucero y nos cuenta de esa su experiencia:

“Tengo incidencia en el municipio de El Crucero desde 1989. Los problemas siguen siendo la falta de trabajo, desarrollo, servicios públicos, pero el más importante es la falta de identidad; acordate que esta era una comarca satélite de Managua, y hasta hace poco tiempo pasó a ser municipio; entonces, todo giraba alrededor de las fiestas de Managua, y ahora El Crucero y su población tiene que construir su propio eje de identidad y eso cuesta mucho ver para dentro cuál es la flor local, cuál es su potencialidad local de desarrollo, aparte del café, etc. Todo eso llevará un proceso, no es que no exista una cultura popular, porque existe, pero el asunto es cómo nosotros reconocemos esa cultura; ese proceso se lleva ahora aceleradamente, me parece que con éxito, pero sigue siendo todavía un problema y un reto. Estoy seguro de que en pocos años El Crucero será el primer municipio del departamento de Managua”.

Sus problemas y sus retos

Arnoldo Alemán Lacayo, señala: “Con la creación del municipio de El Crucero, ya tenemos a quién reclamarle los caminos, la iluminación, todo lo concerniente a los servicios públicos que se da a la comunidad; hoy, El Crucero tiene cementerio, ya no es que se entierran como se hacía antes en los caminos. Hemos ganado enormemente en El Crucero desde que ha sido municipio. El principal reto es la educación y no solo en El Crucero, sino en todas partes del país, por eso mi obsesión cuando fui presidente era que la única forma de superar la brecha odiosa entre ricos y pobres no son los juegos de azar, no es hacerse millonario en un casino o una gallera con una apuesta, no es jugando la Lotería, ni el ser amante de la filosofía de la lucha de clases que te proclaman los marxistas leninistas, de que la evolución de los pueblos es a través de que los pobres asciendan al poder, aplasten a los ricos y desaparezcan, no. Yo creo que la manera de que un país surja es a través de la educación.

“Tengo cariño y arraigo en El Crucero, porque yo he nacido allí, me he criado allí. Tanto que han hablado de mí y, sin embargo, vivo en la finca de mis abuelos, de mis padres, mía, y ojalá que mis hijos las logren conservar. Yo tengo un principio muy cierto, Mario, vale más conservar que comprar, porque si vos compras una cosa, no le tenés amor. Quiero mis propiedades y allí están los títulos, yo no las tengo en mente, pero sí tengo una buena cantidad y no de Arnoldo Alemán de ahora, sino de la familia Alemán, Alemán Casco, Alemán Sandoval, Alemán Lacayo, Alemán Cardenal y Alemán Flores que son mis hijos, y ojalá la sepan conservar como yo he conservado con mucho amor y cariño lo que mis viejos supieron conservar y nos dejaron como muestra de esfuerzo y trabajo a la familia.”

Doctor Alemán, dice la Alcaldesa que su principal reto es que los hacendados paguen sus impuestos; ¿usted paga sus impuestos?

En Nicaragua entera le echan la culpa a los alcaldes y le dicen ladrones, sinvergüenzas, etcétera. Nosotros como no exportamos directamente nos retienen nuestro impuesto de producción, y el que va cubierto en los bienes inmuebles. Yo pago mis impuestos. Y si no los pago yo, los tiene que pagar a quien le vendo, CISA, Comercial Internacional Sociedad Anónima, de los señores Baltodano.”

El peor enemigo de El Crucero: El volcán Masaya

Doña Juana Yolanda Mejía, tiene 73 años y llegó a vivir con sus siete hijos a La Danta en 1970, en los linderos de San Marcos, Carazo y la nueva demarcación del municipio de El Crucero. Doña Juana nos dice:

“Vivir aquí es difícil, el peor enemigo es el Volcán Masaya, la ceniza no deja nada, aquí no puede haber árboles porque los quema, solo que sea así de leche, chilamate, pero otro palo en la casa no. Las casas tienen que ser de nicalit, porque nosotros a la primera le pusimos zinc de lata, al año estaba zarandeado como un pazcón, entonces compramos de este zinc (nicalit). Se come los alambres. Esos pernos hay que estarlos cambiando cada dos años. Hoy, lo mejor que tenemos es el transporte; el tráfico ha cambiado una barbaridad; cuando estuvo malo fue cuando la guerra. Aquí tenemos agua desde hace 8 años. Antes se traía de Diriamba, de El Crucero en carretón o en vehículo, pasaba una pipa y uno compraba el agua. Otro problema que hay es que los niños van a la escuela a la orilla de la carretera, me gustaría que tuvieran un andencito.”


Volcán Masaya

Julio Guillermo Calero Dávila, tiene 53 años de vivir en El Crucero, es carpintero y también trabaja como albañil; él nos cuenta:

“El Crucero era despoblado, todo era monte aquí, pero no hacía daño el ácido, desde 1975 para acá es que ha comenzado a hacer más daño el cerro. El daño se ve en todo lo que es material metálico, hierro, zinc, alambre, todo eso se lo lleva, lo desbarata. En la agricultura, solo el repollo lo soporta; pero no la pitahaya, el ayote ni el tomate. Mi familia llegó de La Concepción, éramos seis hermanos, hoy somos cuatro. El problema del agua es que a veces viene a los 9-10 días, es un problema serio con el agua y solo de noche viene. Hoy está muy poblado con gente de todas partes; hay de Managua, del lado de Carazo. A casi la mayoría le dieron los terrenos, pero algunos compraron, porque la gente agarró y agarró terrenos, y han revendido.”


El volcán Masaya hace destrozos en las viviendas de gran parte de El Crucero.

El padre Jacinto Carbajal, tiene 41 años de vida, 16 de ser sacerdote y dos años de ser el párroco de El Crucero; su versión es esta: “La población de El Crucero es de aproximadamente unos 10 mil habitantes, todo lo que es el área y las comunidades; yo atiendo la parte de arriba del municipio, pero también hay comunidades que pertenecen a la parroquia de Monte Tabor. Hay dos parroquias, pero yo atiendo 12 comunidades, entre ellas, San José de la Montaña, San José de los Chocoyos, San Antonio de los Chocoyos, San Jerónimo, Las Pilas, San José Las Pilas, Nueva York, Candelaria, la entrada del Boquerón y unas que se me escapan ahorita. Hay pobreza y tenemos limitación en una comunidad y que se llama Santa Julia, comunidad de pocas familias, talvez de unos 300 habitantes. También hay problemas de atención social, porque mucha gente que vino de Managua, y se ubicó años atrás por el kilómetro 27-28, buscando la carretera a Diriamba; se está poblando rápidamente y hay como unos cuatro barrios grandes y es gente de otros los departamentos. La mayoría de la población es gente pobre, humilde, aquí casi no hay fuentes de trabajo, no hay empresas, excepto los Laboratorios Panzyma, que tiene años aquí. La gente vive del campo, de la siembra, otros van a trabajar a Managua, otros a Diriamba, a Carazo y hay mucha gente que trabaja en diciembre. Para la gente, diciembre es un mes alegre, porque salen a cortar café y es una entrada fuerte que tienen. Hay varias haciendas, tenemos la del doctor Alemán que es de café y es una de las más fuertes, y tiene también ganado. Tenemos otra hacienda que se llama Las Delicias camino a la comunidad Candelaria; la hacienda que se llama El Pescado, camino al Boquerón y que es bastante fuerte; tenemos una hacienda del señor Arturo Harding, bien fuerte, de café en la comunidad de Nueva York, y la mayoría de la gente le trabaja a él. Hay muchas haciendas, tenemos otra que oigo decir es de unos señores que trabajan en la Asamblea, no sé si son diputados en la comunidad El Desenredo, y que es una comunidad que atiendo, también es una hacienda bien grande. Hay hacendados fuertes, la gente trabaja en su tierrita, pero también les trabajan a ellos. Sin embargo, hay falta de trabajo. Hay escuelas, centros de salud, pero no dan abasto, es bien limitado; creo que todavía tenemos muchos niños sin estudiar en el municipio por falta de escuelas.”


El Padre Jacinto Carbajal en la iglesia de nuestra Señora de Las Victorias en El Crucero.

Nosotros, como iglesia católica, tenemos tres escuelas; la parroquia tiene una escuela parroquial que se llama Escuela Concepción de María, donde albergamos aproximadamente a 500 alumnos. Tenemos otra que se llama Nuestra Señora de las Victorias, que es de las Hermanas Josefinas, y albergan a unos 800 alumnos. Y tenemos una escuela primaria de la Casa del Hogar del Niño del Divino Rostro, que también son Hermanas y que tiene pocos alumnos, son unos 200 alumnos.

Uno de los problemas que golpea es el alcoholismo tanto en adultos como en jóvenes, es un problema porque hay muchos expendios clandestinos de venta de licor, ellos saben dónde ir a comprarlo y provoca que haya alcoholismo.

Parroquia desde 1931

La parroquia está desde 1931, fue la primera construcción que se hizo. Siempre ha sido con ese título Nuestra Señora de las Victorias, nunca se le ha cambiado el nombre y su fiesta se celebra el 7 de octubre, que es el día de de la Virgen del Rosario; entonces, el día de la Virgen de las Victorias y de la Virgen del Rosario.

La primera iglesia fue construida en los años 30. Donde está actualmente, era el cuartel de la Guardia; entonces, parece que hubo un cambalache, porque a la Guardia le gustaba más la esquina, pues decían que era un punto estratégico, y cedieron el terreno que es donde estamos actualmente. Entonces, aquella iglesia quedó allí, se fue cayendo con el tiempo y después se fue haciendo esta iglesia allá por los años 60.”

Las fiestas de nuestra señora de las victorias

“El 7 de octubre es el día de las Fiestas Patronales de Nuestra Señora de Las Victorias, la actividad religiosa comienza nueve días antes con la actividad de la virgen. Cuando ella sale a los barrios, se hace un rezo, se comparte un brindis. El propio día se comienza con una alegre diana a las cinco de la mañana, se le reza su Rosario. Por la tarde sale la procesión y después la solemne eucaristía solemne en honor a ella. Tradicionalmente viene el Obispo, hay confirmaciones, primeras comuniones, bautizos que es lo propio de las fiestas.”

Fuerte presencia de las sectas protestantes

“Hay bastante presencia de hermanos separados, pero hay que hacer la aclaración que son sectas protestantes, no son iglesias evangélicas que nosotros, por los estudios, sabemos que son otra cosa, son sectas protestantes y sí han minado bastante, sobre todo en las comunidades, aprovechándose de las limitaciones de la gente. Yo creo que el porcentaje de católicos es la mitad de la población, el 50%, talvez los evangélicos, como les decimos nosotros, andarán por un 30%, y hay un 20% que no son nada.”

“Me gustaría que la actual municipalidad coordine las ayudas con el Gobierno central, porque ese fue uno de los pegones de las alcaldías anteriores, porque la alcaldía era de determinada corriente ideológica o partido y no coincidió con la ideología del Gobierno; como que habían un pegón, no venía la ayuda fluida al municipio de parte de las instituciones del Gobierno. Ahora la Alcaldía está bajo el Gobierno, y fue el Frente que ganó y se cree que tiene que mejorar, se tiene que mejorar por lo que están hablando el mismo idioma Alcaldía-Gobierno.”

Un rostro turístico

“Me gustaría que tuviese un rostro turístico El Crucero, porque sí tenemos ubicación geográfica turística, recursos naturales que favorece al turismo. Creo que tiene un rostro que tiene que representar a El Crucero por el clima, por la ubicación geográfica, donde se pueda pasar a descansar un momento y donde se pueda disfrutar de la belleza que sí la posee, es un tesoro en bruto que tiene el municipio y que no se ha podido explotar y aprovechar”, termino expresando el padre Jacinto Carbajal.

72 delitos mensuales

El Comisionado Francisco Vanegas, Segundo Jefe de la Sección Tres de Policía, nos informa de lo suyo: “La delegación policial de El Crucero es un apéndice del Distrito Tres de Policía de Managua; lo que tenemos en perspectiva en el futuro es la conformación de una unidad municipal, de un distrito municipal. En la actualidad funciona como municipio, pero es dirigido desde el Distrito Tres de la Policía, donde garantizamos un jefe, un segundo jefe, y la fuerza suficiente para resolver los problemas del municipio que tiene un promedio mensual de 72 delitos.


Francisco Vanegas.

El delito que más se da es el abigeato, le sigue el hurto en las haciendas cafetaleras, ya sea de granos o de otro tipo de actividad, los perecederos. En tercer lugar, tenemos las lesiones, producto del alcohol.

La Policía tiene un trabajo de prevención, hacemos patrullajes en el lugar, mantenemos retén permanente en determinados lugares, y en el momento que tenemos la zafra del café, desde ahí estamos en conjunto con el Ejército, dando cobertura a la jornada del café.

El corte de café, que es de unos cuatro meses; comenzamos en noviembre y terminamos en los primeros días de febrero. Este año se dieron solo cuatro casos de hurto de café, y garantizamos la cosecha cafetalera con éxito sin mayor incidencia. No tenemos hechos relevantes –homicidios, asesinatos—, solo delitos menores; por lo general, estos delitos ocurren el propio casco urbano del municipio; estamos hablando de El Crucero y Las Nubes; los otros delitos ocurren en comarcas largas, lejos de donde está la delegación. La violencia intrafamiliar en el municipio es poca, podrían andar entre 4 y 5 denuncias. Con la ayuda de todos nuestros hermanos cooperantes se hizo la Policía de El Crucero. Tenemos unos tres años, estamos estrenando local; anteriormente pagábamos, rentábamos donde estaba la Policia. Tenemos un jefe, un subjefe, un oficial de Comisaría, un oficial de Detective, y el personal suficiente para garantizar la prevención y seguridad en el sector.”

Como nace El Crucero

Antes de todo, tenemos que decir que la historia de El Crucero es la misma historia política del departamento de Managua, ya que El Crucero era hasta 11 de enero del 2000 una comarca de Managua. Su creación durante una contienda política levantó suspicacia entre los candidatos.

La historia oculta y pendiente de El Crucero

La historia oculta de El Crucero ha tenido incidencia en la vida política económica y social de la nación. Las principales conspiraciones de todos los tiempos salen de El Crucero. La toma del El Palacio Nacional se planificó en El Crucero y sus miembros y comandos zarparon de la finca Las Delicias de la familia Hueso. La hacienda El Vesubio, de Francisco León Rodríguez, fue casa de seguridad de Oscar Turcios, en 1968. Esta propiedad queda en la comarca Las Pilas. La conspiración de Báez Bone, sale de El Crucero y su miembros son capturados en Las Conchitas. En Utila vivió Rubén Darío.

Pedro José Solórzano Castillo, ex Ministro de la Construcción durante el Gobierno del Ing. Enrique Bolaños, quien fue aspirante a Alcalde de Managua, nos cuenta su historia y sobre la creación del municipio de El Crucero:

“Mario, ando en 52 años, pero la verdad es que tengo 40, le digo a la gente, y los amigos dicen, ¿cómo que tenés 40? Ideay, les digo, tengo 40 de vivir en Managua y 12 en El Crucero. Yo en ningún momento me siento impulsador del municipio de El Crucero, porque no lo hice yo, me pasaron una raya y esa raya fue producto de la política que no aceptaba que yo fuera candidato a Alcalde por Managua, En 1999 fue que comenzó todo esto, casi al llegar al año 2000, cuando yo iba de candidato por Managua y tenía una preferencia absoluta de la gente. Todo mundo quería que yo fuera alcalde pero hicieron un municipio a la medida mía para inhibirme. Pero nadie podía pensar que se podía dar, porque en la legislatura y todo lo que son las leyes en Nicaragua, estaba claro que todo candidato tenía que tener dos años al menos de vivir en el municipio por el cual iba a correr.”


Pedro Solórzano.

“Para ser gráfico, yo vivo en El Crucero y creo que mis perros todavía orinan en Managua, porque es a 40 metros que quedó la raya. Efectivamente, si vos agarrás un GPS te das cuenta de que la raya está a 40 metros de mi casa está Managua. Arnoldo y el PLC hicieron toda esa artimaña. Primeramente, ellos pensaron que yo vivía al lado de la carretera, hicieron la raya mal hecha; yo todavía quedaba en Managua; después hicieron nuevamente la raya como un embarazo, porque vieron los recibos de agua, luz y teléfono, porque yo vivía 3 kilómetros adentro, en el kilómetro 13.8 carretera sur. Esa fue una orden que dio en ese entonces Arnoldo Alemán a Claudio Gutiérrez, del Ineter, la que Gutiérrez no quería cumplir, porque no había razón de crear un municipio, y se hizo materia política. Yo creo que hasta quedó de dicho popular: «cuidado te paso la raya», le decían a la gente. Siempre tengo la añoranza de que un movimiento telúrico fuerte se dé para quedar otra vez en Managua, porque estoy tan cerca, en realidad, Mario, que yo me siento Managua totalmente. No tengo porqué identificarme y decir soy de El Crucero, sino que siempre he dicho que soy de Managua y siempre voy a mantenerlo; he estado en esa misma casa durante 25 años. Arnoldo Alemán hizo un municipio para él. Un traje a la medida, completo para verse; él quiso atraparme a mí para que yo fuera su candidato, pero a la negativa mía, él dijo que iba a dividir Managua en cinco para inhibirme, pero después lo hizo en tres. El asunto es que así nació Ciudad Sandino, El Crucero y quedó Managua, pero la intención era hacer cinco municipios, producto de la negativa mía de ser candidato a alcalde por el Partido Liberal Constitucionalista de Arnoldo Alemán.”

Arnoldo Aleman: Yo no inhibí a Pedro Solórzano

El doctor Arnoldo Alemán Lacayo, aunque hoy está reducido y arrinconado junto a su partido a la mínima expresión, es uno de los hombres más hábiles de nuestra política y dentro de todas sus adversidades ha sabido arreglárselas para flotar como el caucho en el inmenso mar. El doctor Alemán, nos cuenta su versión sobre la creación de El Crucero como municipio.Y hablándome de su “República Independiente de El Crucero” como un viejos conocidos, me dijo:

“Mario, yo soy un fiel creyente del municipalismo, mi primer cargo público que me hizo entrar a la política fue el candidaturarme hacia la Alcaldía de Managua… Arnoldo Alemán en 1989 acaba de pasar la tragedia de la pérdida de su esposa María Dolores Cardenal Vargas, muerta de cáncer, y decide participar en política y participó en la Unión Nacional Opositora, y el PLC me lanza como uno de sus candidatos a concejal entre los 14 partidos que formamos la UNO… Salgo de tercer concejal dentro de la UNO, el primer concejal es Agustín Jarquín Anaya, el segundo es Adolfo Evertz, el tercero es este servidor Arnoldo Alemán y después viene Yamileth Bonilla, y así sucesivamente hasta la conformación de los 14. Agustín Jarquín se consideraba ya el candidato electo, creía que por ser el primer escogido como concejal ya era o debería ser candidato a alcalde. Sin embargo, la sencillez y los liderazgos se hacen trabajando, yendo a las manifestaciones que hizo la UNO y que en ese entonces era un terror salir a las calles, y encontraron mis hermanos concejales que Arnoldo Alemán, que venía de ser recién confiscado de sus propiedades, de pasar el dolor profundo por la muerte de su esposa, y que por ser el presidente de los cafetaleros de Nicaragua tenía el carisma y el liderazgo empresarial. Vieron mi actitud valiente de enfrentarnos en las manifestaciones, que eran un río, un mar de gente, que le decíamos Sí a Nicaragua; y escogieron a este amigo y servidor, como candidato a alcalde.


Nuestro director Mario Tapia entrevistando al doctor Arnoldo Alemán en su oficina en Managua.

Y desde allí, Mario, soy un amante de la descentralización… pero estábamos ante dos poblados que se hicieron enormes, con población más grande que el municipio de Masaya, cabecera del departamento de Masaya. Como Ciudad Sandino, con una población de 150 mil personas en esa época; yo creo que hoy anda arriba de las 200 mil personas Ciudad Sandino… Al ser yo alcalde de Managua, y al solicitarnos que al lado de Occidente llegábamos hasta Nagarote como departamento de Managua, solicitaron la creación de lo que la gente antes le denominaba Open 3, y solicitando que se denominara Ciudad Sandino. Otros querían ser autónomos con su gobierno Municipal pque abarcara los poblados de Mateare y Los Brasiles, y por el lado Sur venía El Crucero. Entonces, ¿cuál fue la idea de hacer una especie perimetral de 12 kilómetros en contorno de lo que es el municipio de Managua coo tal cabecera del departamento de Managua? Te lo vuelvo a repetir: 12 Carretera Norte, 12 Carretera a Masaya, 8 Carretera hacia León y 12 Carretera Sur, en donde inicia el municipio de El Crucero.


Hacienda El Chile de Arnoldo Alemán.

Nos quisieron decir que yo le crucé la raya a don Pedro Solórzano, y don Pedro no vive ni siquiera cerca del 12, Pedro vive por La Muela, casi llegando al Incae, dos kilómetros más adelante. Ese fue un estudio bien hecho de parte del muchacho de Ineter, Claudio Gutiérrez, quien hizo una presentación. No era porque yo le tuviera a Pedro Solórzano la intención de inhibirlo, no, si hubiera querido ser alcalde de Managua se lanza como se lanzó, y él juraba ser candidato a alcalde; sin embargo, Roberto Cedeño, en 1996, lo derrota limpiamente…”.

Los retos de la alcaldesa

Solieth Marenco Ramos, es la Alcaldesa de El Crucero a partir del presente años. Tiene 51 años de vida y tiene 23 años de vivir en El Crucero, su padre es originario de Masaya y su madre de Diriomo; ella nos cuenta acerca de su municipio:

“Nuestro gobierno tiene una radiografía de El Crucero desde la visita casa a casa que hicimos en la campaña electoral; hay una situación lamentable de pobreza y de atraso y un nivel socioeconómico muy sentido en todo el municipio. En El Crucero viven más de 12 mil 900 personas en 17 comarcas: Chichigualtepe, Berlín, Marcio Morazán, Callao, Santa Julia, Las Pilas, El Cañón como comarca, El Chocoyo, entre otras. Hay comunidades muy olvidadas como Chichigualtepe. Para nosotros, el principal problema es el agua en el municipio, toda la Semana Santa no hubo agua. En la parte urbana tenemos grandes problemas, por cuanto el agua viene por un rebombeo desde Ticuantepe.


Solieth Marenco.

“Juan Solís, delegado de Enacal, dice que el agua no tiene frontera, y entonces la gente ha ido pegando su tubería, y ya casi va llegando a La Concha y también al lado de San Marcos. Eso es porque no tenemos un pozo propio en El Crucero, la presa que teníamos en los 80, que se había rehabilitado, ya no existe y rehabilitarla de nuevo cuesta casi 20 millones de dólares.

“Hicimos una modificación al presupuesto y al Plan de Inversión. Para este año, estamos destinando 2 millones de córdobas para el agua, para sufragar un poco, pero sabemos que desde la Alcaldía no lo vamos a poder hacer, y entonces estamos trabajando en alianza con Enacal. Tenemos caracterizado a El Crucero como un lugar para dormir, la mayor parte de la población sale a trabajar a Managua como guardas de seguridad, la otra parte que se queda en las labores agrícolas, en las haciendas. Pero hay un problema serio de empleo en el municipio.

“En materia escolar, gracias al Gobierno del Comandante Daniel, hemos rehabilitado varias escuelas, hemos inaugurado también otras como la escuela Simón Bolívar que no existía y que ahora atiende Primaria, Secundaria y Preescolar. Sí, tenemos el problema de que toda la población no puede acceder a la educación, debido a que las comunidades están muy distantes para acceder a los servicios de educación.

“En materia de Educación, asignamos el 5% de nuestro presupuesto, que anda alrededor de 854 mil córdobas, para mejorar los ambientes escolares, en conjunto con el Ministerio de Educación y con el esfuerzo del Gobierno.”

“Hoy estamos inaugurando una escuela en Alfa y Omega, en Los Chocoyos. La semana pasada lo hicimos en el Simón Bolívar, y también en conjunto con el Movimiento de Empresarios Sandinistas se entregaron 200 pupitres a algunas escuelas. Estamos en la rehabilitación de los ambientes escolares.”

“Necesitamos elevar la recaudación de impuestos, estamos registrando en Catastro el número de propiedades y haciendas para que los propietarios paguen. El ex Presidente Arnoldo Alemán, es uno de los primeros que no paga sus impuestos en El Crucero. Aquí los pobres tienen problemas hasta de sus propias propiedades, y nosotros vamos hacia la legalización de sus terrenos para darles seguridad, porque en nuestra estrategia de vivir bonito es garantizar a la población que tenga su propiedad segura para que la pueda heredar.

“Hay desempleo, hay falta de seguridad, más alcoholismo que prostitución, y hay muchos jóvenes que al no acceder a empleos en Managua caen en los vicios, porque para un poblador en Managua se mueve a pie a su trabajo o gasta 2.50. Para nosotros significa 30 córdobas ir a Managua ida y vuelta, y si se tiene que desplazarse allá en el casco urbano, estamos hablando de 35 córdobas. Eso es mucho para el nivel de vida que tiene aquí la gente pobre.”

Proteger el medio ambiente

Otro tema es el medioambiente, por cuanto el municipio da la mayor recarga hídrica a Managua y a los municipios que tiene alrededor; él abastece de agua, y por lo tanto, tenemos que proteger al medioambiente. Queremos al municipio de cara al turismo, vamos a hacer unos miradores, unos paradores con estética, con gusto, que le permita al transeúnte quedarse en el municipio. Tenemos un presupuesto destinado, con los fondos de transferencias, más de 16 millones de córdobas. Encontramos caminos que no se les daba mantenimiento, y entonces vemos caminos como en la época del general Zelaya y en eso hay que reinvertir bastante. La carretera que construyó el doctor Arnoldo Alemán, ha sido prácticamente para beneficio de él. Tenemos muchos retos y nuestra alcaldía está trabajando de cara a la población.

“Cuatro años tenemos para cimentar lo que tiene que ser un municipio, porque carecemos de una gasolinera, no hay banco, no un supermercado. Esperamos que muy pronto todas las instituciones del Estado tengan sus propias oficinas que no las hay en este momento. Todas tienen su oficina en una moto y en una mochila. Al no tener gasolinera no hay transporte local. Es un riesgo también que en una casa se esté vendiendo combustible, entonces es algo que nosotros tenemos que apresurar.

“Insisto, si nosotros le hubiéramos dado la importancia que tiene un municipio, si las autoridades que me antecedieron hubieran valorado lo que es tener un municipio y hubieran sembrado los cimientos y lo hubieran desarrollado, este fuera otro municipio. Nuestro municipio comienza desde el kilómetro 12.7 en Serranías, y termina en el kilómetro 27.”

Foto de portada: El hotel Capri toda una referencia hoy en el municipio de El Crucero.

Fuentes: Nicaragua y su café, de Eddy Kühl; Caracterización de El Crucero y Alcaldía Municipal de El Crucero.

Articulo publicado en la edición Mayo – Junio 2013