Historia de San juan de Oriente

Texto de
Mario Tapia
Miembro de la Academia de
Geografìa e Historia de Nicaragua (AGHN).

Los pies sucios aceleran la rueda del torno, mientras sus manos y dedos se deslizan con delicadeza, suavemente, sobre el barro, como dibujando y acariciando las curvas sensuales de una bella mujer. Son manos creadoras por donde corre todavía mucha sangre indígena. Son las manos del artesano José Ortiz Bracamonte, quien nos dice: “El barro es mi amigo, la pintura es mi esposa y la música mi querida”.
El Obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, en su informe elevado al rey en 1751, afirmaba que: “Estos son Niquinohomo y otros dos, sus anexos: ambos tienen un mismo nombre, es a saber: NAMOTIVA, son de indios con sus respectivos Alcaldes Alguaciles Mayores, Regidores y Fiscales. Adminístralos un eclesiástico de vida ejemplar y acertada conducta. Manteniénlos bajo una perfecta subordinación política y cristiana: para la consecución de tan loable fin, ha practicado siempre la máxima de no permitir que ladino alguno se establezca sobre su territorio”.

Namotica: Nombre Chorotega

Según el ingeniero Alfonso Valle, estudioso e intérprete de los nombres geográficos indígenas de Nicaragua, NAMOTIVA, es una palabra Chorotera, de Etimología desconocida. Lo que sí se puede afirmar es que NAMOTIVA es un nombre geográfico precolombino que se pierde en el tiempo y la historia.

Las tres tasaciones

Tres tasaciones se realizaron en Nicaragua durante la época colonial. La primera de Alonso López e Cerrato, en 1548; la segunda del Gobernador Artieda Cherino, en 1581 y la tercera la del licenciado Bolaño Navia, en 1685. Sesenta y cuatro pueblos fueron reportados en esas tasaciones como “encomiendas” –tres de esos pueblos no fueron ubicados-. Los pueblos Namotiva, de San Juan y Santa Catherina en el año 1685, tenían 319,3 habitantes, de ellos, 103 indios eran tributarios.

En las tres tasaciones aparecen mencionados los pueblos de la MESETA, entre ellos: Masatepeque (Masatepe), Xinotepe (Jinotepe), Diriomo, Diriá, Diriamba, Niquinohomo y Namotiva, la cual, –aparece escrito como NOMATIVA. No aparecen mencionados los pueblos de: Dolores, Santa Teresa, San Marcos, ni La Concepción, porque no existían.

Las tasaciones tuvieron el objetivo de saber cuánta población indígena quedaba en la Provincia de Nicaragua, pues de los casi 700 mil habitantes que habían en Nicaragua al momento de conquista, los “encomenderos” casi los exterminan en 1545 con sus matanzas, sobreexplotación, exportación y el uso de los indios como alimento para sus perros. Las enfermedades también hicieron lo suyo.
Después de la primera tasación, se reflejó en algunos pueblos indígenas el incremento de la población en la Meseta. Algunos pueblos desaparecieron en el transcurso de la primera tasación a la tercera de 1685.

En el informe elevado al Rey de España, elaborado por el Obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, en 1751, aparece mencionado el pueblo de NAMOTIVA.

Morel de Santa Cruz visitó Nomativa (San Juan de Oriente en 1751)

El Obispo Morel de Santa Cruz, de su visita a Namotiva (San Juan de Oriente), informó que: “El otro Namotiva tiene por titular a San Juan: iglesia pequeña de una nave con sacristía de teja, altar mayor, retablo y frontal dorado: sesenta y una casa de paja, incluyéndose en éstas la del cura; componen la plaza con dos calles, una de Oriente a Poniente con tres cuadras; y la otra de Norte a Sur, con una media; notándose la misma imperfección que en la de los dos anteriores; familias cincuenta y ocho, y personas doscientas veintinueve; pagan de tributo ciento cuarenta y dos pesos un real y cuatro maravedices. La renta que goza el cura por la administración de estos tres pueblos, exclusive el servicio personal y ración, llegara a doscientos pesos; en todo el referido territorio no hay hacienda alguna considerable, sino tan solo cinco trapiches muy pequeños de los mismos indios. Estos se ejercitan en sus labores de maíz y frijoles, que son los únicos frutos que cogen. Seis días demoré en el pueblo principal (Niquinohomo), donde concurrieron los vecinos de los otros dos (pueblos Namotiva, Catarina y San Juan de Oriente).

Creación del departamento de Masaya

El 16 de marzo de 1870, mediante una Ley, fue “restablecida la Sub-Prefectura Política de Masaya”, nombrándose Sub-Prefecto a don José Dolores César, bajo el gobierno del General Fernando Guzmán.

Una Ley Legislativa emitida el 10 de marzo de 1883, bajo el Gobierno del doctor Adán Cárdenas, erigió el Departamento en el Distrito Judicial de Masaya, con la extensión comprendida por la ciudad y municipios de Masaya y la ciudad de Masatepe y los pueblos de Nandasmo, Nindirí y el Cantón de Tisma y Tismita.

En el artículo segundo de la Ley del 10 de marzo de 1883, se expresa textualmente: “La ciudad de Masatepe y el pueblo de Nandasmo quedan reincorporados al nuevo departamento.

Curiosamente, los pueblos que pertenecían a Granada antes de la formación del departamento de Masaya, eran: Catarina, San Juan de Oriente, Niquinohomo, Nandasmo y Masatepe. No aparecían mencionados las poblaciones de Masaya, Tisma y Tismita. Tampoco aparecían mencionados los pueblos de Managua y Tipitapa.

¿Dónde queda San Juan de Oriente?

San Juan de Oriente, está ubicado entre las coordenadas 11º 54´latitud Norte 86º 04 longitud Oeste y su altura aproximada sobre el nivel del mar es de 495.16 metros. Limita al Norte, con Catarina; al Sur, con el Diriá; al Este, con la Laguna de Apoyo y al Oeste con Niquinohomo. Tiene un extensión territorial de 9.2 Km2. San Juan de Oriente, está localizado a 45 kilómetros de la ciudad capital.

Su población

En las “encomiendas” que fueron reportadas en la tasación de 1548, 1581 y 1685, aparecen reportados los pueblos Nomativa, con una población de 319.3, que sumaban Santa Catharina y San Juan. La historia de su población comienza con la tercera tasación de Bolaño Navia, en 1685, cuando San Juan, de Namotiva, tenía una población de 114.7 indios Chorotegas. El Obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, contabilizó 229 indios en 1751.

En el Siglo XX, en 1965, San Juan de Oriente tenía una población de 891 habitantes; 621 persona en la zona urbana y 270 en área rural. Hoy, el pueblo tiene 5,757 personas, según un censo que las autoridades municipales realizaron en el 2008.

La población de San Juan de Oriente, es indígena y de origen Chorotega. La mayoría de sus pobladores son de baja estatura –tanto mujeres como varones-, de piel canela y facciones parecidas.

Actualmente, su población está divida en cuatro zonas urbanas y seis comarcas rurales: El Castillo 1 y 2; Tempisque 1 y 2; Saratoga; Buena Vista; Plan de la Laguna; Sector Los López y El Mamey; además de los Repartos David Salazar; Luis Fernando Carballo y El Corozo.

Fiestas a San Juan Bautista

Sus fiestas patronales en honor a San Juan Bautista, se celebran a partir del 23 de junio, cuando se realiza la tradicional bajada del Santo de su trono; la fiesta que se prolonga hasta el 26 del mismo mes. Todos los días se quema gran cantidad de pólvora. La celebración a San Juan Bautista se remonta al Siglo XVII, un “asetre” de la iglesia testimonia su festividad desde 1683, siendo, por supuesto, una reliquia nacional. Igual que una campana de 1770. El Padre Rodríguez, afirma: “Hace nueve años yo inicié el novenario a San Juan Bautista. No existía, sólo celebraban el 23 la bajada del santo de su trono; el 24 la misa pontifical y la procesión; el 25 la “demanda”, que es cuando la imagen anda de casa en casa y los promesantes ofrecen chicha, nacatamales, refrescos y comida. Y el 26 que es la “corrida de gallos” o el “degollé de los gallos”.


El padre Gerardo Rodríguez sostiene un asetre de 1683 de la iglesia de San Juan de Oriente.

Son dos estilos de fiestas de los gallos: una es que entierran los gallos dejando solamente la cabeza afuera y vendan los ojos de alguien que con un machete, el vendado empieza buscar el gallo hasta decapitarlo; y la otra forma es que cruzan un mecate de un extremo a otro de la calle; guindan los gallos y luego pasan los montados jalándole el pescuezo al gallo o al pato, frente a la imagen de San Juan. La gente aquí le llama a San Juan, el “chimbaron”, “caitudo” o “el viejo”.


Ofrendas a San Juan Bautista

Este año no hubo mayordomo oficial para dichas actividades; sin embargo, las autoridades municipales, encabezadas por el Alcalde Miguel Ángel Calero, asumieron la mayor responsabilidad, y quienes junto a la población se ocuparon de construir la enramada, en donde tradicionalmente se cuelgan las ofrendas que el pueblo promesante lleva. Por otra parte, el pueblo creyente ofrece comida y chicha a la población visitante como una tradición cultural. La población de San Juan de Oriente es muy supersticiosa, según el padre Rodríguez, ellos creen: “En la carreta nagua, el caballo de la medianoche, el cadejo, los duendes y la mica; creen en los hechizos. Son muy dados a eso, a la brujería, piensan mucho en eso. Yo les digo que el mal surte efecto cuando se le pone fe”.


Muchas promesas cumplió el pueblo de San Juan Bautista con sus ofrendas y comidas para los creyentes.

Este año, el Obispo de la diócesis de Managua, Monseñor Leopoldo José Brenes, concelebró la Santa Misa en honor a San Juan Bautista en compañía de los sacerdotes de Catarina, Los Rincones, Masatepe, Nindirí y el párroco de San Antonio de Jinotepe. La iglesia se vio arrotada de feligreses sanjuaneños y de otras comunidades.

Doña Petrona Marcelina Potosme Bracamonte, recuerda que las fiestas de San Juan: “No eran como son ahora. Antes, eran más íntimas al Señor, más religiosas, más respeto más todo lo que usted quiera. Ay, ahora esto no sirve. Tenemos que aceptar calladitos. Esto no era así. Nunca era así. Era más religiosa. Hay mucho consumo de guaro”. Doña Petrona, es una de las matronas de San Juan de Oriente, tiene varios hijos que trabajan el barro, otros son profesionales y otros viven fuera del país, en donde han formado familia: una vive en Republica Dominicana, Rosa Anita vive en España, y Haydeé está casada y vive en Alemania”.

Petrona Potosme
Petrona Potosme

Su iglesia colonial hermosamente reconstruida

El jueves siete de julio de 2000, un terremoto destruyó parte de la iglesia de San Juan Bautista, de San Juan de Oriente. El padre Rodríguez recuerda que: “Después de la misa de la mañana se puso el santísimo; cuando a eso de mediodía se comenzaron a sentir los temblores fuertes, y a partir del primero comenzaron los enjambres. Las paredes de la iglesia se cuartearon en forma de equis… se cayó el repello. Se desplomó parte del cielo raso y el altar mayor se deterioró. Las tejas se vinieron todas escurridas, fue un desastre. Comenzó un calvario para mí. Se me cerraron muchas puertas pero otras se abrieron. Algo que tengo que agradecer al gobierno del doctor Alemán, es el Decreto Presidencial que establecía que algunas empresas no pagaran directamente a la DGI, sino que apadrinaran la reconstrucción de alguna iglesia de Masaya, y a nosotros nos tocó en suerte, Café Soluble, con los señores Baltodano. Y comenzaron a trabajar, ellos se encargaron de todo. Ellos buscaron a COPERCO, la compañía que hizo la restauración. Ellos pagaban todo, nosotros no tocábamos dinero, pero al final nos pasaron el reporte, porque lógicamente tenía que tener la DGI una copia, la curia otra y ellos una. El gasto total de la reparación fue de 43,253 dólares”.


Monseñor Brenes concelebró la misa de San Juan.

Hoy, la iglesia se ve hermosamente reconstruida, y muchos expresan que hay cura en el pueblo. Por otra parte, el padre Rodríguez afirma que: “Actualmente el Instituto Nicaragüense de Cultura ha estado muy atento a apoyarnos en el mantenimiento de la iglesia; el año pasado, el Director Luis Morales Alonso y el gobierno nos apoyó para pintarla”.

El reto


Dos promesantes se retan frente a la imagen de San Juan Bautista.

La imagen de San Juan Bautista, durante los cuatro días de fiesta popular, recorre las calles del pueblo en los hombros de los “custodios de San Juan Bautista”; todos los días su imagen es sacada de la iglesia desde horas de la mañana, hasta que retorna en horas de la noche. Mientras la imagen recorre las calles, jóvenes y adultos se RETAN, armados de un “chilillo” hecho de una “verga de toro”. El RETO comienza con un “rito”, en el cual ambos “retadores”, dando saltos verticales blandiendo el arma en la mano, y al son de la música de chicheros, comienzan a flagelarse sin piedad por todo el cuerpo, mientras con una mano forrada con un trapo tratan de amortiguar los golpes. El pueblo los rodea, los azuza y, finalmente, califica al ganador o abuchea al que no acepto el RETO. Termina un RETO y comienza el otro. La mayoría de las veces, tienen de testigo a la imagen de San Juan Bautista. Con la chicha y el calor de los tragos, los RETOS se tornan más violentos. José Ortiz, afirma: “Hoy se ha perdido mucho en el RETO, antes era golpe a golpe. Hoy no”. Son muy pocos los sanjuaneños que no han aceptado un RETO en su vida y que no guardan una seña del mismo en su cuerpo. Realmente, es un acto de demostración de hombría.


Decenas de sanjuaneños se retaron durante las fiestas patronales de San Juan de Oriente.

Degolle de los gallos


El degolle del gallo estuvo concurrido durante todo el día del 26 de junio.

El veinte y seis fue el DEGOLLE DE LOS GALLOS, el cual se realizó en la calle principal, donde una veintena de sanjuaneños montados en bestias corrían en sus caballos y pasaban jalando del cuello a los gallos que colgaban de una cuerda con el cuello guindado hasta “degollar a los gallos”. El montado que logra arrancar la cabeza a algún gallo, se gana el derecho de bailar con la novia de dicha actividad. El “degolle de los gallos” es una tradición que nació y se mantiene desde la colonia en los pueblos que celebran fiestas a San Juan Bautista y San Pedro y Pablo. Además de realizarse el “degollé de los gallos”, en San Juan de Oriente, se celebra en Nindirí y en el Diriá.

¿Cómo recuerdan a San Juan de Oriente?

José Aníbal Gallegos Borgen (87), es todo un personaje de San Juan de Oriente, y recuerda que: “En 1940, no había luz; el agua la traíamos de una pila pública y la mayoría de las casas eran ranchos de paja. La única que tenía una casa de adobe y colonial era mi abuela Matías Gallegos; ella tenía vacas, bueyes y carretas. La casa de ella era la mejor del pueblo cuando yo crecí. De once años me mandaron a estudiar a Granada y allí me bachilleré en 1946, junto con Mario Cajina Vega, Noel Sánchez Cuadra y el ingeniero Enrique Bolaños Gayer. Ingresé a la Universidad de Oriente y Mediodía, y sólo pude estudiar un año de historia. Este pueblo ha tenido cuatro nombres: el primero, fue Valle de la Motigua; el segundo, San Juan de la Motigua; el tercero San Juan de los Platos; y ahora San Juan de Oriente. En el Centroamérica, a mi me decían: ¨Oye, San Juan de los Platos¨. Recuerdo que yo anduve vendiendo platos con mi mamá en Diriá, Diriomo, Niquinohomo, Jinotepe y Nandasmo”.

Don Gregorio Bracamonte Nicoya, dice que: “Mi pueblo era un pueblo pobre y humilde; cuando yo comencé a crecer, lo que aquí había eran unas cuantas chozas, distanciadas; ahora, hasta casas de dos pisos hay. Sus familias más sobresalientes eran los Gutiérrez, los Gallegos, los Bracamontes y Potosme; eran quienes dominaban el pueblo. Yo estudié hasta el cuarto grado; al mirar la miseria de mi casa, tuve que buscar en qué trabajar. Mi madre era una indígena pura, de apellido Nicoya. Recuerdo las calles; en invierno eran lodosas, con mucho trabajo entraba un vehículo, pues se quedaban pegados en su suelo arcillo y barroso. Recuerdo las jugaderas de canicas, los botones, chonetes, las pelotitas de vidrio y los trompos en sus calles. Lo que más añoro es la sencillez de su gente, el respeto y su humildad”.

Gregorio Bracamonte
Gregorio Bracamonte

Doña Petrona Marcelina Potosme Bracamonte, nació en San Juan de Oriente, en 1926; tuvo once hijos, cinco varones y tres mujeres (todos vivos); 45 nietos y 18 bisnietos. Ella recuerda que: “En 1935, San Juan de Oriente, era un pueblito muy chiquito, chiquito; las calles montosas, todas sus casitas eran de paja. ¿Usted sabe lo que es de paja? Y el que tenía más billetitos la hacía de adobe. Las familias más sobresalientes eran los Gutiérrez, Bracamonte, López y los Gallegos, cada quien trabajaba su parcelita de tierra y también el barro. Los primeros profesores que vinieron al pueblo eran de Masaya; mis padres me enseñaron a trabajar la tierra al machete, tapiscar maíz, arrancar frijoles, limpiar el arroz y hacer la comida para los mozos. Aún guardo la piedra de moler que mi madre me dejó y donde me enseñó a moler el pinol. Iba a lavar la ropa a la laguna. El tren pasaba a las siete de la mañana, y me iba a vender todo lo que producía la huerta: guayaba, nancite, pipián, ayote, granadilla; a las dos de la tarde estaba de vuelta. El guineo chancho no lo comíamos. Se maduraba y mi madre lo regalaba o se le daba a los cerdos. Añoro a la gente de esos tiempos, era más honesta, más amiga, más respetuosa, más sincera. Ahora no. Ahora le saludan y por detrás… por eso añoro esos tiempos”.

Sus problemas

El Presbítero Gerardo Rodríguez, quien sus nueve años de vida sacerdotal se los ha dado al pueblo de San Juan de Oriente, afirma que: “Hoy mucha gente está sin trabajo. Un buen artesano tenía diez mozos como le llaman ellos-, ahora con la crisis económica tendrán dos o tres; los otros siete están en el desempleo; algunos se han ido a trabajar a las maquilas, pero también algunas maquilas están cerrando. Entonces, uno de los problemas es la fuente de trabajo estable, porque el sanjuanéense tiene una cultura interesante: poco le gusta ahorrar. Vive el presente. Si hoy le cayó dinero, hoy le quedó ganancia, hoy lo consumió y no le importa si mañana hay o no hay. Por otro lado, muy poco se cultiva aquí. A la gente ya no le gusta la agricultura. Son dos o tres los que trabajan la tierra. Dicen que es más el esfuerzo que la ganancia y el beneficio. Sería diferente si aquí se produjera su arroz, sus frijoles. Hoy a los jóvenes les gusta andar bien vestidos, perfumados y no ensuciarse en el barro o arando. Hay serios problemas de alcoholismo. Tengo información de los directores, que muchísimos alumnos de colegios y escuelas de Niquinohomo, Catarina y San Juan no van a la escuela y se van a la laguna, a Masaya o Granada a consumir licor. Tenemos programas de rehabilitación con Alcohólicos Anónimos”.


El padre Gerardo Rodríguez y Monseñor Leopoldo Brenes.

Para el Sub-Oficial de la Policía Nacional y jefe del sector de San Juan de Oriente, Henry Antonio López Vega, el principal problema que la gente expone es el consumo de droga, la falta de seguridad ciudadana y los abusos de los moto-taxeros que corren a alta velocidad. La violencia intrafamiliar o violencia doméstica, la cual es difícil prevenir, y es difícil para policía combatirla, pues se da dentro del seno de la familia. Aquí tenemos tres faltas y dos delitos de violencia familiar. Sin temor a equivocarnos, a pesar de todo, es San Juan de Oriente el municipio más seguro de Masaya. El hecho de que la gente trabaja el barro o la artesanía en su casa, hace que no exista tanto delito en el pueblo; su casas están seguras y cuidadas por ellos mismos. Esta delegación provisional de la Policia se fundó el 24 de agosto de 2008; está funcionando con el apoyo y alquiler de la Alcaldía. Tenemos necesidad de más policías y medios para movilizarnos, por lo menos necesitamos ocho o diez policías para dar mayor respuesta y seguridad ciudadana”.

Henry López Vega
Henry López Vega

Don Gregorio Bracamonte, señala que: “hay necesidad de buscar mayor promoción de nuestro trabajo y productos; en este momento, la venta de cerámica está fracasada. Gracias a Dios, la delincuencia en el pueblo es mínima. Pero tenemos que seguir trabajando con dignidad, pues no hay mejor bocado que el ganado honradamente”.

Elio Gutiérrez, afirma que: “El Ministerio de Cultura tiene abandonado el trabajo de los artesanos, pareciera que solamente toman en cuenta a los artistas de Managua, sobre todo, a los que cantan, bailan o pintan; no existe un encargado o delegado que atienda y apoye a los artesanos. Muchas veces no podemos participar en ferias o certámenes internacionales por falta de apoyo. Por otro lado, existen muchos intermediarios y la importación de artesanía salvadoreña nos está haciendo mucho daño a los artesanos de San Juan; los negociantes se han apoderado de los módulos que están a la entrada del pueblo y ofrecen la artesanía salvadoreña, aunque es ordinaria, ya pintadita se ve bonita. En estos últimos años habíamos tenido un mercado fluido hacia Estados Unidos y Europa; ahora está muy baja la importación. Aquí vienen comerciantes ticos, se llevan la cerámica de San Juan de Oriente y la venden como costarricense”.


Teodoro Gutiérrez, artesano de la piedra.

Heriberto Cano, trabaja el barro desde los siete años, y afirma: “Mi familia son los Bracamonte, y trabajan el barro desde toda la vida. Mis chavalas están plagiando artesanía salvadoreña y las hacen mejores que las que traen, porque el barro de aquí es más solido y el salvadoreño con un medio golpecito se quiebra. El problema es para los ceramistas que trabajan fino, pues les limita el mercado. La artesanía salvadoreña está matando la cerámica fina”.

Doña Petrona Marcelina Potosme Bracamonte, asegura que: “ahora es imposible producir y trabajar; los bancos están viendo la oportunidad de quitarle su propiedad. Ahora usted se enferma y se muere si no tiene para pagar el médico; antes, no usábamos médicos, sólo íbamos al curandero. Yo iba a otro lugar, a Masatepe adonde un señor Larios. Un problema es el consumo de droga, de alcohol, la prostitución. Las niñas chiquititas, ¡Dios mío, mi lindo! Yo no lo acepto, será porque tal vez yo estoy tan vieja. A los jóvenes usted los quiere corregir y no aceptan. Con jóvenes así, el futuro de Nicaragua yo no lo veo bien. Lo veo negro. El pueblo era muy pobre, al terminar los ranchos de paja también terminaron las pulgas y niguas. ¿Antes la gente no se aseaba porque aseándose?


La mayoría de los sanjuaneños se ha olvidado del cultivo de la tierra.

La licenciada Rosa Nancy Zamora, juez local de San Juan de Oriente, afirma que: “Los casos que más llegan al juzgados por la vía penal son las injurias y calumnias; la violencia intrafamiliar ha incidido bastante a inicios de este año. Parece que las mujeres están más abiertas a denunciar los casos de violencia intrafamiliar, que es un delito que se calla entre las paredes, especialmente en los pueblos donde las mujeres por costumbre han vivido subordinadas a los hombres; otro delito es el incumplimiento de los deberes alimentarios. Lo que es la pensión de alimento, es donde yo puedo sí darle continuidad de oficio sin que la parte me lo pida. Hay una necesidad de crear centros de recreación para los jóvenes. Aquí, los promotores del Bufete Jurídico “Boris Vega”, ha dado y hecho un gran trabajo, dando charlas en las diferentes comunidades. Un problema que veo, es la falta de agua potable y eso lleva a la insalubridad en los hogares”.

Rosa Nancy Zamora
Rosa Nancy Zamora

José Reyes Martínez Bracamonte, tiene 46 años, de ellos 15 trabajando en el barro; él asevera que: “El trabajo en barro está en cero. San Juan de Oriente, siendo el 95 por ciento artesanal, no tiene entradas por ningún lado. Yo trabaja con dos personas extrajeras, norteamericanas, incluso ellos han dejado de comprar. En la vida estamos en situaciones de altibajos. Era de esperar la mayoría de las personas estaban echándole mucha carga a la cerámica; aquí, todo mundo se dirige a cerámica; alguien se casa y va para el barro, y deja de estudiar. Teníamos que haber visto otros ángulos, otras fuentes de trabajo, y nos olvidamos de la agricultura, no producimos lo que necesitamos comer, producir los frijoles, los pipianes, las legumbres ¿Qué vamos a comer? La globalización nos obliga a buscar diferentes fuentes de ingreso. Si quieres producir sería bueno. Hoy la cerámica no da para pagar el agua, luz, medicina, vestuario, el arroz y los frijoles. Sin embargo, si trabajáramos la tierra pudiéramos enfrentar mejor lo que ahora estamos pasando. No tener ingresos. La cerámica es una alternativa, pero hay que estudiar, hay tiempo para todo. Hay que estudiar, trabajar la tierra, trabajar en la cerámica y todo lo que esté a nuestro alcance”.

José Reyes Martínez
José Reyes Martínez

Elías Boza, afirma que: “El pueblo de San Juan de Oriente, es bastante escurridizo en eso de pagar sus impuestos. A mucha gente del pueblo sólo le gusta que le den y no aportan nada. Y más cuando ve que el alcalde no hace nada, peor que paguen. A través del Catastro fue que se llegó a recaudar más plata. Los bajos de la laguna en donde están las mejores quintas, todos sus dueños se iban a pagar a Catarina, porque ahí había oficina del Catastro”.

Elías Boza
Elías Boza

¿Cómo gustaría que fuera San Juan de Oriente?

A José Aníbal Gallegos, le gustaría: “Que hubiera más progreso en San Juan y que todas sus calles se adoquinaran. Me gustaría que los ceramistas que ganan bien invirtieran más en el pueblo. Ojalá todos fuésemos progresistas como el padre Gerardo Rodríguez Pérez, quien reconstruyó la iglesia rápidamente después del terremoto. Él ha sido el mejor cura que hemos tenido en el pueblo. Me gustaría que hubiesen más profesionales y que se quedaran aquí, trabajando para desarrollar el pueblo”.

 

Elio Gutiérrez, expresa que: “Me hubiera gustado que mi pueblo conservara su humildad, con sus casitas de zacate. Desgraciadamente, el terremoto del 2000 afectó el municipio y todo cambió, ojalá no siga cambiando. Me gustaría que la población mantuviera el calor humano; el progreso no se puede parar, pero deseo que mi pueblo sea más solidario y humilde. La verdad es que ha cambiado bastante el municipio”.

Doña Sara Balmaceda Gallegos, tiene cinco hijos y cuatro son profesionales, uno es ingeniero, otra es economista, otra licenciada en Relaciones Internacionales, otro estudia en los Estados Unidos; dos viven en el exterior y otros dos aquí. Ella, expresa que: “Quisiera volver a tener 19 ó 20 años y volver a vivir la vida. La gente era más humilde, menos envidiosa, menos egoísta -no sé si estoy equivocada-, pero parece que la gente con los logros e ingresos de la cerámica y que muchos han viajado o exportado y ganando tanto dinero, como que a la gente las cambió. Antes nuestra gente era más humilde, iba a traer el agua a las pilas e iba a lavar a la laguna; la novedad de la llegada de la luz eléctrica, el agua potable es parte del desarrollo, pero el progreso no debe dividirnos. Yo veo en Catarina, la gente allí es bien unida y se ha levantado, igual tenemos que hacer nosotros. Hace muchos años había mucha rivalidad entre Catarina y San Juan, ya que los catarineños querían apropiarse hasta de la iglesia de San Juan, los sanjuaneños salían hasta con machetes a defender su territorio”.

Sara Balmaceda
Sara Balmaceda

No hay tales pueblos blancos

José Aníbal Gallegos Borgen (82), historiador de San Juan de Oriente, afirma que: “No sé dónde han sacado esto de los pueblos blancos. Fue la italiana Ingrid de Dubón, quien se tuvo la idea de pintar las casas de San Juan de Oriente, después de hospedarse en el pueblo y ver la hospitalidad y sencillez de sus habitantes. Fue en el año 1978, solamente se pudieron pintar diez casas con carburo e hisopos de cabuya. Actividad que se realizó con el apoyo del Alcalde don Juan Salazar y mío. Con los primeros disparos de la insurrección se fue doña Ingrid y no volvió. No hay tales pueblos blancos. Ni casas blancas, ni gente blanca”.

Salud y educación

San Juan de Oriente tiene un Centro de Salud Público, que funciona donde antes fue el taller-escuela de cerámica. Por otro lado, en el aspecto educativo, el pueblo consta con un Instituto Municipal, dos escuelas Bautistas, El Alfarero y El Faro de Luz; además de la escuela República Alemana y la escuela Jesús el Buen Maestro. Muchos de sus hijos que se han profesionalizado se han marchado del pueblo en busca de mejores horizontes; sin embargo, un buen número de ellos viven aún en el pueblo.

Un pueblo de artesanos y la cerámica

José Ortiz, afirma que: “fue mi madre, doña Teresa Bracamonte, quien me inició en lo que es el barro. Crecí, desde mi niñez, en un ambiente de barro, mi abuela y mis antepasados también trabajaban el barro, como escribió alguien -mi mamá me amamantó con el barro-, yo comencé a trabajar una alfarería de uso doméstico. En 1986, comencé a hacer una nueva propuesta de cerámica, porque todo lo miraba muy repetitivo. Me daba miedo, porque eso significaba pasar encima de las tradiciones y de legados históricos, ya establecidos en el municipio. Era como una profanación, porque estoy claro de que aquí había un alto respeto por mantener la tradición. Yo parto de 1990 y rompo el velo histórico. Lo que para mí es el antes y el después de 1990, cuando incorporo mis propias ideas, que hoy veo hacia atrás y lo veo un poco tímido. El enfoque del mercado me tiene sin cuidado. Para empezar, yo estoy satisfecho conmigo mismo y lo que mi trabajo me ha dado, los amigos que tengo. Mi propuesta me ha llevado a exponer en toda Centroamérica, Estados Unidos, México, Finlandia, Suecia y España, que fue la primera vez que me tocó montarme en un avión y salir de San Juan de Oriente. Mis exposiciones han sido de cuarenta piezas generalmente y soy mi propio curador. He mandado piezas a exposiciones adonde yo no he podido ir, pero sí mis obras. En 1997, tuve una experiencia muy agradable en la Universidad de Oklahoma, que es donde me terminé de afianzar, porque pasar por una universidad, propiamente la facultad de Bellas Artes, donde pasó por crítica de fuego mi trabajo. Y pasé con buenas notas. Más grato fue cuando vi que dos familias se estaban peleando por adquirir mi trabajo. Tengo nueve hijos, en diferentes medidas y tamaños, espero que el barro los atraiga”. No es para menos, José Ortiz, es posiblemente el mejor exponente de arte libre en cerámica del país, la pintura de su cerámica tiene influencia marcada del Maestro Leoncio Sáenz. En su humilde casa de San Juan de Oriente, tiene una pequeña galería con sus obras. José Ortiz, concluye enfático: “Yo diría que soy discípulo de Leoncio”.


José Ortíz

Recuerdo que en los años setenta, quien escribe, iba de vez en cuando al pueblo de San Juan de los Platos o San Juan de Oriente, con el objeto de comprar o dar a hacer comederos y bebederos para mis gallos; todavía en esos años, casi todas casas eran ranchitos de paja. Hoy, uno solo he visto. Ahora la mayoría de sus casas son de concreto y muchas de dos pisos.

A José Aníbal Gallegos, lo conocí en los años setenta, en Managua, vendiendo cerámica. Él nos comenta que: “Fue el doctor Roberto Incer Barquero, en 1976, quien trajo el proyecto de poner un taller de cerámica en el pueblo de San Juan. Él habló con la Junta Comunitaria del pueblo, de la cual yo era entonces presidente de la junta directiva. El taller revolucionó el trabajo del barro en San Juan de Oriente. Don Roberto trajo un ceramista de México; después vino un italiano; luego vino un alemán con técnicas de pintura y el último fue un español. Hoy, el noventa por ciento de los pobladores son ceramistas. Ya nadie siembra la tierra. Cuando yo me crié, mucha gente trabajaba en la agricultura, hoy no. Yo nunca toqué el barro, sólo lo vendía”.

Don Gregorio Bracamonte Nicoya, es posiblemente el artesano de arte precolombino más brillante de Nicaragua. Él narra su trayectoria: “Aprendí a trabajar el barro viendo a mis padres. Mi papá trabajaba la brava piedra y mi mamá la cerámica. Yo dividí mi tiempo entre el campo, la piedra y la cerámica. Fueros mis padres, Pedro Joaquín Bracamonte Nicaragua, y mi madre, de los puro Nicoya de aquí, mis mayores maestros. Sin embargo, fue el doctor Roberto Incer, quien llegó a San Juan con el objeto de rescatar el trabajo de la cerámica; yo agarro esa influencia desde 1979, y la trabajo hasta hoy. Se formó el taller, y logramos salir entre 30 ó 60 graduados. Yo salí con mayores conocimientos y mayor calidad. Nuestro primer profesor fue el mejicano Pedro Tecalleua; después, vinieron otros maestros mejicanos. Luego vino un alemán, que era químico. Ese alemán nos enseñó a hacer las fórmulas de los colores, el vidriado, que se daba antes a los vasos cerveceros y a la cerámica utilitaria. Más tarde, vino el español Arturo Margallot. Ellos nos enseñaron a hacer vajillas utilitarias en el hogar, como elaborar y usar un horno; cómo hornear las piezas, cuándo el barro se rompe al secarse o al quemarse. Aprendimos el asunto del esmalte y muchas técnicas. Hoy, veo la diferencia entre el trabajo del artesano de antes, y lo que hoy hacemos horneado. Hoy, 95 por ciento de la población se dedica a la cerámica; también cada artesano tiene su propio dominio, su propia línea; yo, por ejemplo, me dedico a las réplicas precolombinas. Otros se dieron a la tarea de seguir lo geométrico o una línea especial y libre. Es un trabajo artístico y hay quienes lo hacen muy bien. Ahora hemos tenido un decaimiento en la venta de nuestras piezas, por las medidas implementadas por el Instituto Nicaragüense de Cultura, que señala que toda pieza comprada tiene que pasar por el Ministerio de Cultura. Eso es producto de que muchos compradores “bandidos” compraban una piezas nuevas y entre ellas se llevaban piezas antiguas. Hay un gran atraso ahora. Muchos clientes se han ido. Los compradores empezaban a venir en enero, para llevárselas en abril o mayo. Y ahorita nadie, nadie llegó. No me arrepiento de no haber estudiado, digamos, ese sacrificio que hice, dejar algo tan bueno como es el estudio para dedicarme a un trabajo en que sí me especialicé, me ha dado frutos como si fuera un profesional”.

Elio Gutiérrez, es un artesano joven de 43 años, posiblemente el alumno más aventajado de don Gregorio Bracamonte Nicoya. Con sus trabajos de artesanía libre, ha expuesto en muchas ciudades de Estados Unidos, entre ellas: Denver, Miami, Washington, Carolina del Norte y en el Museo Sonia del Indio Americano. Hace diez años, en 1999, ganó el primer lugar del premio para América Latina y el Caribe, que organiza la UNESCO anualmente, con la obra “El Hombre Pez”. La pieza pasó a formar parte del museo de la UNESCO, y él recibió un premio de cinco mil dólares. También ganó el premio “Artesano Internacional” en Puerto Rico, en el 2000, y el primero para Jóvenes Creadores Iberoamericanos en Madrid, España, en 1998. También ganó el cuarto lugar en Croacia, representando a Nicaragua. Elio Gutiérrez, asegura que los artesanos más sobresalientes de San Juan de Oriente son: “Gregorio Bracamonte Nicoya, José Ortiz Bracamonte, Vladimir Norori, Teódulo Potosme, Cornelio Bracamonte; hay muchos, pero éstos son los mejores”.

Elio Gutiérrez
Elio Gutiérrez

Miguel Ángel Calero, Alcalde de San Juan de Oriente, opina que: “La crisis está golpeando grandemente en el pueblo artesano. Aquí hay siete o diez talleres grandes, que manejaban 20 trabajadores; hoy, muchos tienen la mitad de sus trabajadores o menos. Por eso, mucha gente me dice que el proyecto del mercado de artesanía es un “elefante blanco”, porque nadie llega. Los artesanos tienen miedo de ubicarse allí, porque está muy distante y no se hizo un buen estudio de factibilidad. Tenemos que buscar nuevas alternativas para sobrevivir a la tempestad”.

Miguel Calero
Miguel Calero

Doña Sara Balmaceda Gallegos, asevera que: “Es un disparate traer cerámica de El Salvador y Honduras. La pobre gente que vive del barro, no sé cómo hará. Es gente sin escrúpulo, yo digo que son “matamamas”, que están matando nuestra historia y la artesanía de San Juan de Oriente. ¿Por qué vamos a hacerle la bolsa a un salvadoreño a extranjero? ¿Y la gente que vive del barro de qué va a comer? Mi vecino cerró hace un mes su taller; otro que tenía quince trabajadores, también ya cerró. Es nuestro pueblo trabajador del barro. No me molesta que me digan que soy de San Juan de los Platos. A mucha honra digo yo, aunque ahora no se hagan platos”.

Elías Boza, fungió como alcalde en los cuatro años anteriores, y también nos da su opinión: “Los buenos tiempos de los años 70, 80 y 90, ya quedaron en la historia. Hoy, la globalización y la recesión económica ha venido a golpear a Nicaragua y no digamos a los ceramistas. Muchas veces, durante fui alcalde, se lo hice ver a la población. Este año la recesión económica ha venido a golpear un poco profundo las raíces culturales de este municipio, que es la artesanía. Sobre todo, porque no ha diversificado sus productos. San Juan es un pueblo nato en la producción de cerámica, la precolombina, la creativa y la utilitaria; la globalización nos obliga a diversificarnos más”.

Muchos artesanos nos expresaron que el alcalde no supo defender la tradición cultural de San Juan de Oriente. Sin embargo, él afirma: “La globalización nos obliga a no tener los módulos llenos exclusivamente de mercadería de San Juan de Oriente, la gente busca otras cosas; usted va a Masaya, y se cayó el tiempo en que sólo producto nacional se vendía. Hoy se vende productos de toda Centroamérica. ¿Y por qué dieron luz verde? Porque el turista anda buscando otras cosas. Esa es mi experiencia. La artesanía salvadoreña, guatemalteca y mexicana, sus costos son bastante bajos comparados con los nuestros. Tal vez no debieran tener tanta mercadería salvadoreña, guatemalteca o mejicana, sino productos de Mozonte, de Ocotal, de La Paz Centro, cerámica negra de Matagalpa, de Loma Panda. Que sé yo. Tenemos que volver los ojos al campo, volvernos más hospitalarios, volvernos más respetuosos de nosotros mismos y mas responsables.”

La esposa del ex alcalde Elías Boza, es la mayor importadora de artesanía salvadoreña de San Juan de Oriente. El Arquitecto Luis Morales Alonso, Director del Instituto Nicaragüense de Cultura, nos dijo que: “El alcalde y la vice alcaldesa son artesanos ambos y conocen el medio y todo el movimiento que tiene la artesanía; necesitamos reactivar el mercado que se hizo, porque quedó en una ubicación demasiado escondido y la gente no llega allí. Además, en la región lo más cercano que tenemos es el mercado de artesanía de Masaya; además de las vías de la artesanía de Catarina, que una es para los artesanos de San Juan de Oriente y la otra de Catarina; se está construyendo un mercado en Niquinohomo. Entonces, no podemos seguir construyendo más mercados de artesanía, porque si no vamos a tener más mercados que compradores. Vamos a trabajar junto con las autoridades de San Juan de Oriente para promocionar el MUSEO NACIONAL DE LA CERÁMICA; estamos trabajando ya con el Museo Nacional para hacer una revisión de toda la estructura que existe ahorita para conservar una parte, como módulos de venta de los artesanos; y la otra parte, la del patio central; vamos a hacer un rediseño allí y algunos módulos para instalar el Museo Nacional de la Cerámica. Esto se va plantear en un proyecto que va a incluir piezas originales del Museo Nacional comparativas con piezas que hacen actualmente ellos, como la herencia cultural que tenemos de los antepasados. La idea es promover exposiciones temporales de cerámica de todo el país; digamos que un mes promovamos la cerámica negra de Matagalpa, otro mes promovemos la cerámica de Loma Panda, otro mes la de Mozonte, otro mes la de la Paz Centro. Con productos de sus artesanos, más conferencias de especialistas sobre el tema. Y paralelo al museo, en el mismo lugar, en el mismo mercado, en esa misma construcción que fue diseñada para el mercado, vamos a instalar una escuela nacional de cerámica, en donde es el escenario exactamente. Porque es absurdo que un escenario esté toda la semana sin ocuparse y que sólo se ocupe en fin de semana. Entonces, vamos a rediseñar de gran manera que ese gran espacio, el escenario, pueda ser utilizado como aula de clases. Esta escuela va a dar asistencia a universidades, a público interesados que quieran hacer cerámica, y artesanos de la región y de otras partes del país. Queremos promover este centro no como mercado de artesanía, sino como el Museo Nacional de la Cerámica. Todo San Juan de Oriente es alfarero ahora”, asevero el ministro Morales.

Luis Morales
Luis Morales

Sus metas y sueños

El Instituto Nicaragüense de Cultura, con el objeto de proteger nuestro patrimonio nacional y arte nacional, lo estará implementando a partir de los próximos meses. Luis Morales Alonso, afirma: “Las piezas arqueológicas, aunque sean copias o réplicas, están siendo registradas por el Ministerio de Cultura. Hay una regulación de protección al tráfico ilícito de bienes culturales; dentro de ellos las piezas arqueológicas, cerámica, piedra y demás bienes arqueológicos. Actualmente, se estila y se regula, es que las personas que adquieren estas piezas, aunque sean cerámica actual, artesanía actual, tienen que sacar un permiso en el Instituto de Cultura. Pero pronto vamos a implementar un nuevo mecanismo que estamos trabajando con la alcaldía de San Juan de Oriente, lo cual implicaría que a cada taller se le va asignar un código, un número y un cuño (un sello). Ese sello llevará el escudo de San Juan de Oriente, el número del taller que lo elaboró, como se enumeren consecutivamente, y llevará la palabra “San Juan de Oriente, Nicaragua”, para evitar que nuestra artesanía sea vulnerable a otros mercados, como el de Costa Rica y Panamá. Comerciantes se las llevan de aquí y le ponen “hecho en Costa Rica, o “hecho en Panamá”, y de una manera burda, se lo tallan. Los cuños los va a hacer la joyería Garzón, porque son cosas muy finas para luego tatuar las piezas antes de entrar al horno. Sobre todo, para proteger la cerámica y réplicas precolombinas que se hacen en San Juan de Oriente”.


Hay un proyecto para hacer del mercado de artesanía de San Juan de Oriente un Museo Nacional de la Cerámica el cual está madurando en el Instituto Nicaragense de Cultura.

El Alcalde Miguel Ángel Calero, afirma: “Una de las primeras tareas que tenemos como autoridad de San Juan de Oriente, es construir nuestro mirador en el borde de la laguna, en el barrio Buena Vista, en donde se promueva el turismo, la artesanía y cerámica del pueblo. Ya firmamos un convenio con el rector de la UNI, para que levanten el estudio topográfico y un hijo del pueblo, que es buen arquitecto, hará el diseño. Los diputados Juan José Jiménez y Agustín Jarquin Anaya, nos están apoyando para buscar algunos hermanamientos para echar andar el proyecto y otras necesidades.”

El ingeniero Agustín Jarquín Anaya, Presidente de la Comisión de Municipios y Desarrollo y Población de la Asamblea Nacional de Nicaragua, nos aseguró: “Estamos impulsando la metodología de que los municipios se unan para resolver retos, problemas o satisfacer necesidades que sus pobladores tienen y hacerlo de manera conjunta, me refiero a la figura de la mancomunidad. En este caso, San Juan de Oriente, liderando esta mancomunidad con sus colegas municipales de Catarina y Niquinohomo, trabajando la idea con apoyo de unos consultores excelentes para que, conforme a la Ley 40, Ley de Municipios y sus Reformas, conformar esta mancomunidad. Para atender, por lo menos, cinco aspectos que se traduzcan en una mejoría de la calidad de vida de sus habitantes, entre ellos: el abastecimiento humano, pero también el agua para riego de los diferentes siembros, flores y plantas ornamentales, que es una actividad grande. Un problema serio es el de las aguas servidas, porque actualmente hay una infraestructura muy precaria que además es contaminante. Hay que buscarle una solución a las aguas jabonosas de Caterina, que pasan y se depositan cerca de San Juan; hay que buscarle una solución. Otro es el desarrollo de la madera, desarrollo turístico, para que juntos tengan un desarrollo común, compartiendo los beneficios y responsabilidades, y el último es el aspecto fiscal, para que sea más eficiente, efectivo y justo”.

Agustin Jarquín
Agustin Jarquín

Sus personajes

Según José Aníbal Gallegos, la gente más sobresaliente que tuvo en pasado San Juan de Oriente fueron: Augusto Bracamonte, José de la Cruz Gallegos, Horacio Potosme, Castro Gallegos, Felipe y José Bracamonte, Raymundo Salazar, Narciso Amador y Herminio Gutiérrez, el padre Máximo Gutiérrez Gallegos. Hoy existen una buena cantidad de ciudadanos que están dando brillo con su trabajo y artesanía honor a San Juan entre ellos: Gregorio Bracamonte Nicoya, José Ortiz Bracamonte, Vladimir Norori, Teódulo Potosme, Cornelio Bracamente, José Ortiz Bracamonte (Orden Independencia Cultural Rubén Darío”, Elio Gutiérrez y el mismo José Aníbal Gallegos.

José Aníbal Gallegos
José Aníbal Gallegos

Fuentes: AMUNIC; Alcaldía Municipal de San Juan de Oriente; Monografía de Masaya, de Julián N. Guerrero; “Un bosquejo de la dinámica de la población de Nicaragua 1548-1685”, de Patrick S. Werner; Informe del Obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz y Nombre Geográficos de Nicaragua del Ingeniero Alfonso Valle.

Articulo publicado en la Edición Mayo – Junio del 2009