Cartas al director

En los 100 números de la «Revista Gente de Gallos»

Msc. Ligia Madrigal Mendieta
Tesorera AGHN

En la vida hay números que son significativos para los seres humanos. Por eso aún se celebra, por ejemplo, el momento de la vida en que la niña llega a los 15 años. Pero esta vez nuestro amigo, Mario Tapia, celebra el número 100 de su revista “Gente de Gallos” que ha logrado mantener en publicación con tesón.

La primera vez que escuché de la Revista no me imaginaba los temas que pudiera tratar pasada la primera impresión, pensé que serían temas relativos a la Cultura Gallera que en Nicaragua empezó a echar raíces desde el momento mismo de la Conquista Española en 1522. Al día de hoy esa Cultura lleva 500 años, y se ha convertido en una tradición que sostuvieron en otros tiempos españoles, criollos, entre los cuales podrían contarse conquistadores conocidos, funcionarios reales, sacerdotes, etc.


Ligia Madrigal Mendieta y Mario Jose Tapia

Años después, en el periodo del Siglo XIX se pueden reconocer productores mestizos, religiosos de pueblos encargados de alguna parroquia o iglesia del interior que resultaban activos galleros y criadores de gallos en la Región del Pacífico. La gallera, asimismo, fue incorporada tempranamente en ese siglo al muy corto Sistema Tributario local a cargo de las Prefecturas.

Ello explicaría la extensión y regularidad que el juego de gallo había alcanzado para ese momento en Nicaragua, cuando ya era capaz de generar ingresos a los Gobiernos Locales. Se abría una gallera y el acto debía notificarse inmediatamente a las autoridades para su debida regulación; igual se notificaban públicamente las peleas de gallos. Esto indica que la Cultura Gallera en Nicaragua tiene una experiencia histórica valiosa que debe ser tomada en cuenta para el estudio del pasado.

Nicaragua ha sido un país históricamente agrícola, lo que obliga a la relación de domesticación de algunas especies animales: ganado vacuno, caballar, porcino, aves de diferentes especies, entre otras. De manera que esta relación ha terminado de construir, como en cualquier otro país un Sistema de Comercio y Tributario basado en la crianza y reproducción de aquellas especies animales que generarían el tributo correspondiente o el producto necesario para el intercambio.

En ese sentido es que el nicaragüense campesino ha estado en la obligación de garantizar la reproducción y la vida de estas especies que le representan la base de la economía y su supervivencia. En el gallero ese acto de reproducción se ha vuelto parte de la Cultura Gallera, orientado al propósito de mejorar la raza de los gallos de pelea.

De manera que en este tema nuestro amigo Mario Tapia ha tenido un filón de información importante que tratar en las páginas de la Revista. Al respecto podría valorarse el aporte casi permanente del Profesor Roger Matus Lazo, escribiendo acerca de la pluma del idioma español y la evolución que experimenta en la vivencia diaria del nicaragüense.

Igualmente es importante notar que a esta misma Revista ha agregado temas de la Historia de Nicaragua, especialmente relacionadas con las historias locales y de los municipios o departamentos que se han conocido, y transforman a la revista “Gente de Gallos” en una consulta obligada para quienes buscan este tipo de información. Se conocen ya en las páginas de la Revista los casos de Nandasmo; Dolores, Carazo; Santa Teresa, Carazo; La Conquista, Carazo. La Paz, Cárdenas, Rivas, Potosí, San Juan del Sur, Isla de Ometepe, Tola, Villa El Carmen, San Rafael del Sur, Santo Domingo, El Coral, San Juan de Oriente y otras localidades.

Los artículos de Historia Local incluyen, generalmente documentos coloniales relevantes que importan a la comprensión de la historia de cada localidad, y que don Mario pone a la mano de los interesados. Más que una Revista dedicada a la Cultura Gallera que incluye temas relativos a las peleas de gallos, se ha convertido en una Revista de Consulta Histórica.

Felicitamos a don Mario Tapia por su tesón en la publicación de esta Revista que lo ha llevado a llenar 100 números de la misma. No todas las publicaciones regulares pueden decir lo mismo en este caso, y ese es el mayor mérito del señor Tapia: ¡Es único!