«Se calza las espuelas el gallo / para el camino de la muerte”.
Igor Barreto.
Texto y fotos de Mario Tapia
Más de un centenar de poetas de sesenta países, junto a una gran cantidad de bardos nicaragüenses, participaron en el recién pasado “VIII Festival Internacional de la Poesía de Granada 2012”, dedicada a nuestro gran Carlos Martínez Rivas. Esta actividad cultural, por su valor ilustrativo, ha sido propuesta al “Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2012”. A este último recital poético asistió del 12 al 17 de febrero por Venezuela el escritor, poeta y gallero Igor Barreto (*), quien nos concedió una entrevista donde nos abrió una ventana, en la cual externa su visión de poeta sobre lo mágico y la filosofía de las peleas de gallos y de los gallos. Aquí la entrevista con este destacado gallero y poeta venezolano:
¿Cuántos años de vida, poeta?
59 años, casi los 60, yo diría entrando a la última curva, o la penúltima o antepenúltima.
¿Dónde naciste?
Nací en la zona sur de Venezuela, en la ciudad de San Fernando, un mundo campesino; mi familia llegó al Estado de Apure en el siglo XVIII, a finales del 700, siempre fueron pequeños ganaderos.
Ellos se educaron en Las Antillas, y eran abogados, fueron abogados de la compañía inglesa, fueron albaceas de la compañía que tenían grandes territorios y comerciaban con carne y llevaban carne a Inglaterra en barco en ese momento.
También todo el comercio de la pluma de garza que fue muy importante en el siglo XIX y sobre todo en el XX, fue importante la pluma de garza, sobre todo la piel de caimán, las curtiembres de pieles para uso artesanal.
¿Cómo se llamaban tus padres?
Mi padre fue médico, César Barreto Ravel, y mi mamá Haydée Sanoja Mayol: los apellidos Sanoja y Barreto son canarios.
Realmente, la influencia canaria en Venezuela es muy importante, y hablando de gallística, nuestro gallo tiene un peso canario definitivamente grande.
Hay un peso del gallo ibérico, pero el fenotipo del animal es una estructura del gallo canario, un gallo de más alzada, menos largo, un gallo un poco más fuerte.
¿Y mucho gallo-gallina, me imagino también?
Tal como en España, en Venezuela hay un gran cariño por el gallo-gallina, y el gallo jiro es un gallo bien estimado; a mí me gustan mucho los gallos jiro.
¿Quién era el más antiguo gallero en tu familia, Igor?
Bueno, creo que mi abuelo fue gallero, trabajaba para una casa, para los Blond, que organizaba partidas para buscar sarrapias en la selva.
Como usted sabe, la sarrapia se usaba como base para los perfumes, es una excelente base para el perfume, porque sostiene el aroma del mismo durante mucho tiempo, y la sarrapia tenía un precio muy alto.
Mi abuelo se dedicaba a traer la sarrapia de la selva y tenía sus gallos, tenía una pequeña “cuerda” en ciudad Bolívar, en Angostura.
Una vez que se casa con mi abuela se va a San Fernando, que es el lugar donde nací, y mi afición por los gallos tendrá algún componente genético.
Se sabe tan poco de la genética, pero es una fuerza oculta que está en todos. Pero de todas maneras, el mundo llanero, la cultura llanera, que es una cultura inmaterial, tiene un peso muy grande en la tradición gallística, y es muy importante.
Igor Barreto Sanoja
Y entre los hermanos de tus abuelos, ¿hay otros galleros?
No, que yo sepa.
Y su papá, ¿fue gallero?
No, mi papá no, no era gallero; habrá ido a alguna gallera, como todos.
¿Sus hermanos?
Tampoco. A mí, los gallos me vienen de mi madre. Las mujeres no van mucho a las galleras, pero hay buenas mujeres galleras en Venezuela.
¿Tu mamá, se llama…?
Haydée Sanoja Mayol. Los Sanoja son icono de los vinos, y los Mayol son de origen italiano.
Hablando de sus hermanos, ¿hay otro gallero?
No, realmente. Yo me dedico a los gallos, y desde los 10 años lo he hecho; a los 11 años yo iba con los gallos, y tengo buenos animales, lo digo sin modestia alguna.
Reunía todo el dinero que mi padrino o mi papá me regalaban, lo iba reuniendo y llevaba a las peleas de gallos con 1000 dólares. Un muchacho de 11 años que jugaba gallos. Un muchacho de 12 años que jugaba un gallo con mil dólares.
¿Qué edad tenía Igor cuando jugó su primer gallo?
A los 11 años en una gallera de San Fernando de Apure. Era una gallera en una pequeña población que está muy cerca de San Fernando, y se llama Biguaca; se veía un caño que la bordeaba, un caño donde la gente le gustaba bañarse mucho a pesar de que había muchos tembladores y muchas anguilas eléctricas.
Era una gallera muy cálida y maravillosa, como son esas galleras de pueblo. A pesar de que se han puesto de moda estos coliseos, que son muy cómodos para ir a ellos; realmente, yo disfruto mucho más ir a una partida campesina.
Las partidas campesinas me gustan por varias razones: creo que en las partidas campesinas está la esencia de lo que es ese ritual popular de la pelea de gallos, del combate de gallos.
¿Por qué es así?, Bueno, porque están presentes en su máxima expresión todas las cosas: primero, hay, que como en todo ritual, en todo momento se hace presente la máscara.
Yo creo que no hay un ritual contemporáneo donde se produzca una mutación sicológica y de conducta como ocurre en los gallos de pelea.
Si uno va a una pelea campesina que desconoce, al rato, en un momento, uno ve a un personaje muy apacible. Y comienza la pelea, y esa persona se transmuta, se transforma, se convierte en otro, o sea aparece la máscara.
A eso me refiero cuando hablo de la máscara: convertirse en otro y ese convertirse en otro; viene de ese intenso vínculo que se establece con el animal que combate.
El que apuesta a su gallo, porque la apuesta es muy importante, porque está ese vínculo con el animal que combate, porque si el animal pierde la vida, algo tenemos que perder nosotros.
No hay un lugar donde ese vínculo, ese cambio, como en una gallera campesina. La gente toma el lugar del animal, casi se podría decir, en el combate y el animal toma el lugar del hombre también.
Es el momento cuando se da ese intercambio de emociones y de identidades, porque un buen gallero ve el mundo como un gallo, quiere ser gallo y un buen gallo quiere ser gallero también.
¿Qué es lo que más le ha gustado en su vida gallera a Igor, castar, apostar o criar?
A mí, sin duda, me gusta ver el combate y procuro llevar a todos los animales que voy a padrear, llevarlos a combatir. Me gusta básicamente la cría de gallos, criar los animales.
Le pongo mucha pasión a esto de los cruces, de tratar de buscar padrotes que den animales más ventajosos. Creo que hay una diferencia muy importante en un criador, porque un criador debe tener en cuenta que es importante tener animales de casta, pero en la pelea quien decide la pelea es el animal que combate, no siempre es el animal de casta.
Uno puede tener un animal de casta que sea perdedor, un gallo perdedor; entonces, creo que un criador debe tratar de acercar sus animales de casta que son muy necesarios, porque tienen la sangre esa que les permite no huir en la pelea, o mantener ciertas características que son necesarias, como es dar con las espuelas.
Pero la posición de la pelea en el animal, lo aguerrido del animal, la pelea con fiereza, eso lo tiene un animal de combate.
Hay que cruzar animales de casta con animales de combate; ese es el consejo que yo daría.
¿De dónde vienen sus gallos, cómo consiguió sus primeras crías, o ha sido un eslabón mantenido, preparado, seleccionado durante 40, 50 años?
Bueno, he ido acercándome a otros amigos criadores. Mario González, por ejemplo, Luis Fernando Ríos. Un amigo reciente, Adrián Castro, que tiene animales de finas espuelas.
Creo que esa ha sido una experiencia muy grandiosa la de los gallos, porque ello tiene mucho que ver con la amistad masculina, y yo me he beneficiado de eso.
También está el otro aspecto muy importante, como me dijo en algún momento un criador español: a veces, la mejor gallina es la cartera, y el que no está dispuesto a pagar por un animal lo que están pidiendo, pues nunca va a tener buenos gallos de pelea en su criadero.
Una panorámica de los asistentes al “VIII Festival Internacional de la Poesía de Granada 2012”
¿Cómo está la gallería venezolana, quiénes son los galleros más destacados, brillantes y quiénes son los más galleros de Venezuela?
En Venezuela creo que se juega gallos en casi todo el país, pero sin duda que la zona de Barquisimeto, Maracaibo y la zona de Orienta hacia Maturín, San Félix, son zonas donde se pelea mucho gallos.
Sin duda alguna, en el llano también, pero en esos lugares que te he mencionado son lugares donde llegan gallos de afuera, a pesar de que en este momento sufrimos una prohibición de importación de gallos por lo del tema de la gripe aviar que nos ha afectado mucho.
Es injusto seguir manteniendo esa veda de importación de gallos de España y del Caribe; pero, misteriosamente, los gallos siguen llegando, no se sabe cómo, no se sabe si vuelan, pero llegan, no se sabe cómo hacen.
Galleros importantes, bueno, realmente hay muchos. Vamos a ver si mi memoria me lo permite. Hay un emblema en Venezuela, que es el capitán Molina Villegas, quien vive en la ciudad de Carupa; tiene 82 y tantos años, entrañable, un gran ejemplo.
Es un hombre a carta cabal, generoso. Es imposible que usted visite su casa sin que salga con un gallo en la mano, el animal que le guste, si usted le dice que le gusta se lo da.
¿Y ha habido intelectuales, políticos y militares galleros?
Sí, bueno, ha habido gente, básicamente militares. El siglo XIX, con la Independencia, fue un siglo de galleros.
Recuerdo una anécdota del general Cedeño, quien fue uno de los lugartenientes de Simón Bolívar: estaba en una gallera en Valencia, en Carabobo, sitiada por Monteverde, un realista español y estaba amolándole las espuelas a su gallo, y llegó un edecán y le dijo:
–“General, general…
–¿Qué pasa?, le dice…
-Que Monteverde nos tiene sitiados, la ciudad está sitiada…
Él seguía amolándole las espuelas al gallo…
— General, no sé si usted me ha escuchado, me disculpa, Monteverde nos tienen sitiados…
El general Cedeño se volteó y le dijo: — ¿Usted no se da cuenta que estoy haciendo algo importante?
¿Intelectuales, poetas, escritores?
No he visto a los poetas muy cercanos en el mundo de los gallos. Miguel Otero Silva, tiene un poema dedicado a los gallos de pelea y se llama Mi gallo Sambo. Hombre muy cercano, con un oído muy cercano a lo popular.
Después Arturo Uslar Prieto, tiene un cuento dedicado a los gallos de combate. Pero así, decir, qué bueno, muchos escritores, no. He escuchado que siempre hay curiosidad; pintores, como Mario Abreu, tiene un cuadro famoso dedicado a los gallos de pelea.
También hay otro pintor, Narváez, tiene un cuadro maravilloso pintado en la época de la dictadura del general Gómez.
Por cierto, era un cuadro encargado por el general Gómez, quien tenía una hacienda en Aragua y quería tener tres cuadros que significaran los tres acontecimientos más importantes, las aficiones populares más importantes en Venezuela.
Narváez eligió las bolas criollas, el juego de bolas criollas; el otro fue El Joropo, nuestro baile nacional, y la pelea nacional de gallos que es cuadro muy impresionante, porque es una gallera vista desde una posición cenital.
Es una gallera vista desde arriba, y entonces se ve una serie de anillos, porque la gallera es un anillo sobre otro anillo, una grada sobre otra grada, como la estructura del Coliseo romano.
Todos los personajes del cuadro señalan al centro del cuadro donde está el redondel y los dos animales pelean.
A mí me interesó mucho ese cuadro, ese hecho de que todos los asistentes a la gallera señalaran la pelea como que si allí ocurriese un misterio, un enigma cultural que debía ser descifrado, y creo que debe ser descifrado por todos nosotros.
Lo que ocurre en una pelea de gallo es complejo desde el punto de vista sicológico, antropológico, filosófico, emocional. Creo que es uno de los pocos rituales populares, yo diría es un ritual del solsticio de verano, una de las manifestaciones del solsticio de verano.
Es un ritual de carácter solar, mucho más solar que la corrida de toros que se da en ese momento de tránsito de la luz a la tarde, mientras que la pelea de gallos puede ser un combate en la noche, que se prolongue, pero básicamente, fue hecho para que ocurriese durante el día.
Mario Tapia y el poeta Igor Barreto Sanoja, en Granada, Nicaragua.
¿Cómo está la protección de las peleas, hay luchas contra los llamados Protectores de los Animales en Venezuela, en qué situación están los galleros?
Bueno, ha habido varios intentos en la Asamblea Nacional por tratar de condenar las peleas de gallos. Me perdona un poco el calificativo, pero me parece un poco falsa la actitud de estas asociaciones de los animales, porque si alguien defiende a un animal es un gallero.
Yo he visto gallos de 7, 8 años que reciben un cuido que quisiera un pollo de estos de cría para ser luego sacrificado y enviado a un matadero; quisiera ser tratado con los mismos favores humanos, con la misma generosidad con que es tratado un gallo de pelea.
Realmente, me parece sumamente injusto que se hable de la crueldad con el trato a los gallos de combates. Los galleros tratan a los gallos como seres como sus pares.
¡Es una doble moral!
Una doble moral, porque ellos no dicen nada en relación con los abusos del mundo moderno y de la técnica moderna con los animales, la experiencia en laboratorio con los animales, la manera cómo se sacrifican en los mismos mataderos.
O con los mismos seres humanos, Igor…
Bueno, y con los mismos seres humanos, la pobreza. Yo le voy a decir algo sinceramente: hay un concepto en América Latina desde el punto de vista político, se habla de los desaparecidos.
Hablamos siempre del desaparecido político; luego, está el régimen, tal dictadura puso preso y tuvo tantos desaparecidos.
Todos nos horrorizamos, están las madres en la Plaza de Mayo, pero le voy a decir una cosa: que la sociedad no toma en cuenta como desaparecida a esas personas que se extravían en la pobreza o la demencia en sus calles, en las calles de las ciudades de América Latina.
Nadie asume el costo político de esos desaparecidos que son desaparecidos tan importantes como los desaparecidos políticos.
Igor, estás en Nicaragua, con una cantidad de poetas del mundo, ¿qué te parece Nicaragua?
Bueno, realmente no tengo una opinión, veo a un país mucho más organizado que lo que vivimos hoy día en Venezuela.
Me duele un poco ver escenas de prostitución en la calle, o jóvenes pidiendo dinero; no sé qué opinar y cómo leer eso contexto político, porque no tengo los elementos de juicio.
Sí, creo que se trata de una deuda social que sin dudas todavía está pendiente y que debe ser resuelta lo más pronto posible.
Igor: como poeta, ¿ha escrito además de libros, poemas dedicados a gallos?
Sí, como no, claro. He escrito poemas sobre gallos. Tengo varios poemas sobre gallos, tengo un poema largo donde cuento la historia de mi pueblo natal a través de una serie de muertes que se van encadenando, que ocurrieron en ese pueblo.
Al final de ese texto bien largo, de unas 40 páginas, al final del poema, ocurre un eclipse y el eclipse ocurre al momento que estoy en una gallera, y ese eclipse paraliza la vida.
Es mi temor de que desaparezca la cultura popular, de que desaparezca ese legado profundo, que es a la cultura popular latinoamericana.
¿Los gallos son mágicos?
Los gallos son magos.
¿Igor cree en los colores?
Como no, claro que hay un componente de suerte, la Luna, hay un componente del gallo con la Luna; el gallo es un animal que está a medio camino, que está entre la sombra y la luz.
Es como el Ángel Gabriel, un ángel es un ave que combate la sombra, el mal para que la luz perviva. Un gallo de combate puede insuflar en un individuo abatido el deseo de vivir.
Yo conozco a muchos ancianos que sus familiares les han quitado a sus gallitos, su afición a los gallos, su afición de ir a las galleras y se han muerto en semanas.
Conozco a otros que han tenido una larga vida asistiendo a los gallos de combate y viviendo esa fiesta popular, que sin dudas, asegura una vida eterna.
La última pregunta, Igor: ¿cuántos hijos tiene, son galleros algunos, Igor va a morir con las espuelas puestas?
Bueno, voy a morir con las espuelas puestas; tengo solo hijas, pero mis hijas respetan mucho lo que le gusta a su papá. Yo recuerdo haber llevado a mis niñas a una pelea de gallos recién nacida. Hay una imagen que nunca olvido de mi primera niña; mi esposa quería salir con unas amigas, y yo estaba en una de esas partidas campesinas; aquella multitud de gente que se abraza, que es una cosa bellísima cuando la gente se abraza cuando ocurre la pelea.
Llegó ella, yo estaba abajo, sentado en la barrera, y me gritó: “Igor, ¿con quién dejo a Carmen Amelia?, mi primera niña: y le digo: mándamela, y todos los campesinos me la pasaron de mano en mano, otro y otro, hasta que la bebé llegó a los brazos de su papá. Nunca pensé que se podía caer en el camino. Es un mundo mágico, entrañable el de los gallos.
(*) El respetado Poeta Venezolano, Igor Barreto, es profesor de Letras de la Universidad Central de Venezuela y tiene una vasta obra literaria publicadas entre ellos: poemas, ensayos, guiones de arte dramático entre los que se destacan Morrocoy, Tierra Negra, El Árbol de Mango, La Muerte de un Caimán, Carmelitas, Estas Garzas, Reminiscencias, Nocturno, Celebración del Color Negro, Vuelvo al Médano de Cabellare, Naturaleza del Exilio, El Burdel, Crónicas Llanas, Soy el Muchacho Mas Hermoso de esta Ciudad, Carama y una rica y bella poesía. Agradecimiento: Quiero agradecer la colaboración y concertación para esta entrevista con el poeta Igor Barreto, del recordado amigo y escritor Francisco Gutiérrez Barreto “Pancho Mambo”.
Foto de portada: El poeta venezolano, Igor Barreto Sanoja, en el Hotel Granada, de Granada, Nicaragua.
Articulo publicado en la edición Septiembre-Octubre 2012