Texto de Edgar Barberena y fotos de Mario Tapia
Descendiente de galleros, fue tipógrafo, su primer patrón fue un ex Presidente de la República, pero el destino lo colocó en medios de comunicación internacionales, que lo llevaron a ampliar su nivel cultural hasta convertirse en miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.
Mario Tapia cubriendo una conferencia del presidente Jimmy Carter.
Nos referimos al masatepino Mario Tapia, recopilador de los perfiles históricos de una gran cantidad de municipios del país, los que publica en su revista “Gente de gallos” que ya lleva 13 años de mantenerse circulando, una verdadera hazaña en las revistas de Nicaragua.
Nació el 13 de agosto de 1951. Comenzó a estudiar publicidad en la UPOLI a inicio de los años 70, una carrera técnica, y a impartir charlas de fotomecánica, ya que había aprendido a conocer la tipografía y litografía.
Mario Tapia con el presidente Shimon Peres de Israel, después de una entrevista en Santiago de Chile en 1989.
Su primer trabajo fue de tipógrafo
Comenzó a trabajar en la empresa Serigráfica propiedad del ingeniero Enrique Bolaños, quien fue su primer jefe, trabajando con él de 1969 a 1972, año en que ocurrió el terremoto de 1972.
El terremoto que destruyó a la capital lo sorprendió en Managua, ya que él vivía frente al Instituto Nacional Central Ramírez Goyena.
Mario Tapia con con el lider palestino Yasser Arafat, despues de una entrevista realizada en Managua en 1980.
En Managua, también trabajó en Texto Centro hasta la época de la guerra. En la tipografía conoció a personajes de esa profesión, entre ellos, al comandante Carlos Núñez Téllez.
Después del derrocamiento de Somoza en julio de 1979, el destino puso a Mario en el naciente Diario “Barricada”, que apareció en la Colonia Mántica, donde se editaba el Diario “Novedades”, de Somoza. Comenzó a trabajar –en los últimos días de julio de 1979– en el departamento técnico, especialmente en lo tipográfico. Allí llegó a través de Leonel Vanegas y Walter Ferreti.
Mario Tapia en Capernaum, Israel.
Jamás había tenido una cámara fotográfica y ni soñaba ser fotógrafo, “pero como en esa época hacíamos de todo, una vez había la necesidad de ir a trabajar a la Costa Atlántica (a Musawás) y no había quien fuera, entonces me facilitaron una cámara y me fui con un miskito que trabajaba en “Barricada”.
Fuimos a cubrir la fundación de Misurasata. Ahí estaban, William Ramírez, que era el delegado del FSLN en el Atlántico, Brooklyn Rivera, y Hazel Law, entre otros.
El presidente Daniel Ortega conversando con el General del ejercito vietnamita Võ Nguyên Giáp en Managua.
La cámara que utilizó se la facilitó Raquel Fernández Gago; “fue una Pentax con la que hice las primeras fotos de mi vida”.
Luego se metió al trabajo diario y cobertura de cantidad de eventos y en “Barricada” solamente había dos vehículos, entre ellos un Mercedes Benz.
Recuerda que algunos periodistas que comenzaron a laborar en “Barricada” andaban barbudos como William Fonseca Moya, Juan José Lacayo, y a veces “nos pasaban cosas chistosas porque la gente comenzaba a gritarle a esos periodistas: ¡comandante!, porque llegaban barbudos y en un carro Mercedes Benz, color negro.
“En ese trajín fui aprendiendo empíricamente la fotografía, y llegué a convertirme en el reportero gráfico oficial de las actividades de la Dirección Nacional del FSLN”.
Para el Primer Aniversario de la Revolución, cubrió los eventos más importantes, como la llegada de Yasser Arafat y Fidel Castro.
La guerra y sus experiencias
Las circunstancias convirtieron a Mario en un reportero de guerra. Recibió preparación militar donde obtuvo el grado de subteniente. “Pasé siete navidades con el Ejército”, recuerda.
El equipo de periodistas de la agencia Reuters en el Doradito, Nicaragua. En la gráfica con miembros de la contra revolución.
Cuando el Papa Juan Pablo II visitó Nicaragua en marzo de 1983, fui asignado como reportero gráfico de su Santidad y cubrí desde su arribo hasta su despedida.
Fue Mario, quien tomó la fotografía en el Aeropuerto de Managua, cuando el entonces máximo jefe de la Iglesia Católica del mundo regañó al padre Ernesto Cardenal.
Pero como nada es “color de rosa” ni es para siempre, llegó un momento en que aparecieron las primeras contradicciones dentro del diario oficial del partido de gobierno, y se vio obligado a renunciar en “Barricada” a finales de 1988.
Le llovieron ofertas de trabajo de varias agencias de noticias, pero al final aceptó trabajar con Associated Press, AP.
Trabajando para esa agencia le tocó cubrir la llegada al país de Kirkpatrick, otra experiencia rica en el aspecto profesional, ya que en esa época había una competencia feroz. Para los años 80 en Nicaragua estaban acreditados unos 700 periodistas de medios extranjeros.
La paranoia con la CIA
Trabajó 2 años en la AP, lo que le mereció que fanáticos del FSLN lo tildaran de “Agente de la CIA”. AP lo invitó a conocer sus oficinas principales en Nueva York para tecnificarse en el manejo de la fotografía.
Mario Tapia en New York saliendo de las oficinas centrales de la Associated Press en 1988.
Después pasó a trabajar dos años con The New York Times; además, hizo trabajos especiales para otros diarios como Los Angeles Times, Chicago Tribune, Miami Herald.
Hizo viajes a diversas partes del mundo. Le tocó cubrir la invasión norteamericana a Panamá, aunque antes había viajado a ese país a realizar trabajos periodísticos de la AP.
Mark A. Uhlig corresponsal de el The New York Times en Managua, Nicaragua con Mario Tapia.
Recuerda que los panameños miraban a los marines como los salvadores de su situación política y económica.
“Realmente los batallones de la dignidad de Noriega eran vagos, y por eso al ruido de los caites se corrieron”, dice Tapia.
Le tocó cubrir los terremotos de Guatemala y México. Trabajando para The New York Times. Viajó a Cuba con el corresponsal Mark Uhlig para cubrir el proceso legal que antecedió al fusilamiento del general cubano Arnaldo Ochoa.
Le tocó transmitir a ese diario imágenes de Ochoa en el jurado, “pero nunca las pude hacer llegar porque siempre que la fotografía iba por la mitad de la transmisión me cortaban las llamadas”. Ese corte lo hicieron las autoridades cubanas que controlan las telecomunicaciones en ese país.
Mario había conocido al general Ochoa en Nicaragua en una base militar de Chontales: “Era un hombre como de 6 pies de estatura, piel morena, narizón”. También tuvo otra experiencia profesional en Cuba en la cobertura de unos juegos Panamericanos. Esta vez llegó a trabajar con Richard Brudox, quien era el corresponsal en Nicaragua de Los Angeles Times.
Gaseosas lo convirtieron en diabético
Después de laborar con The New York Times pasó a la agencia Reuter por siete años. Fue invitado a Washington a la oficina regional de esa agencia noticiosa, “pero ese trabajo cotidiano y pesado tuvo efectos en mi salud, porque el modo de vida que llevaba de medio comer, también me hizo tener un hábito de tomarme diariamente 12 Coca Colas, lo que me desarrolló la diabetes”.
“Me percaté que padecía de esa enfermedad cuando tenía problemas de la vista; además que también me habían afectado los químicos que se utilizaban en el revelado de las películas”, dice Mario.
Trabajando para la Reuter lo hacía también para la cadena de televisión norteamericana CNN, donde “hice varios trabajos en Centroamérica, entre ellos el proceso de paz que se produjo en la región”.
Para esa ocasión hizo un equipo que lo integraron Juan Mairena, Gilmar Miranda y Ricardo Salgado.
Cómo nace la idea de la revista
Hubo un momento en que Mario se retiró de los medios, y se le ocurrió irse a EU., para buscar vida, “pero uno de mis mejores amigos Eduardo Urcuyo Llanez me dice: –qué vas a ir a hacer a los Estados Unidos, a cocinar como yo lo hice, quedate mejor trabajando aquí en Nicaragua– porque aquí sos Mario Tapia, aunque sea haciendo una revista de gallos”.
Así nació la idea de la revista en 1998, “Gente de Gallos”, que ya tiene 13 años. “Esta revista se la hemos dedicado a 70 municipios de Nicaragua, y ha mantenido su formato desde que nació con la misma cantidad de páginas, a pesar de las dificultades de publicidad en los diferentes gobiernos que han desfilado en el país.
La revista tiene como objetivo el rescatar valores culturales, folclóricos, costumbres y la historia, a “tal punto que en los últimos años me catapultó para ingresar a la Academia de Historia y Geografía de Nicaragua”.
A pesar de que cuando la puso a circular -–en tiempo del gobierno de Arnoldo Alemán– lo tenían en la lista negra de periodista, su amigo Eduardo Urcuyo, donde estuvo como funcionario le ayudó con publicidad.
Con el gobierno de Enrique Bolaños, quien “fue mi primer patrón en la vida, fue otro tipo de relación, se me tomó en cuenta en la publicidad: en la Lotería, el IDR y el mismo gobierno, e incluso él (Bolaños) valoró la revista como un gran trabajo y me lo ha externado personalmente”.
Del gobierno actual no ha recibido apoyo publicitario, pero muchas empresas lo han apoyado por la responsabilidad que sienten tener con esta revista, al tiempo que aclaró que “Gente de Gallos” no la edita para hacerse millonario como periodista, porque la revista es hecha en el terreno y muy costosa, a la cual le he volcado toda mi experiencia”, dijo.
Mario aprovechó END para hacer referencia al hecho de que quieren tildar de “criminales” a los galleros, los que están impulsando una Ley de Protección de los Animales en la Asamblea Nacional.
“Aquí se ha querido satanizar eso, cuando realmente la ley va a perjudicar a todos los nicaragüenses, no solamente a los galleros”, dice.
“Hay una doble moral de muchas instituciones financieras y empresariales que tienen de moda hablar del medioambiente y ser defensores de los animales. Realmente las costumbres y tradiciones no se inventan ni nacen en un año, sino en centenares de años”, dice Tapia, quien también es un gallero de tradición.
Foto de portada: Mario Tapia y periodistas de la oficina central en Whashington en 1990.
Articulo publicado en El Nuevo Diario 25 Septiembre 2010