Lombrices de las aves

Por el Médico Veterinario Mario Nakano Sao Paulo, Brasil

Si bien es cierto que las lombrices no provocan una alta mortalidad en un cierto tiempo, como sucede con otras enfermedades infecciosas que atacan a las aves, éstas sí acarrean graves daños a las crías infectadas No sólo por las muertes que pueden ocasionar, sino también por los perjuicios relacionados al mal desarrollo de las aves, retardando y disminuyendo la postura, así como predisponiéndolas a varias enfermedades, inclusive las avitaminosis.

Tipo de Vermes

Los vermes que más frecuentemente infestan a las aves son los nemátodos, los céstodos y los tremátodos.

Nemátodos

Son lombrices blancas, redondas y afiladas en sus extremidades. Los más frecuentes en las aves de corral son: Ascaridias, Heterakis, Acuario, Tetrámeros, Capilarias y Singamus. Las dimensiones de los nemátodos varían mucho en cuanto a que las Ascaridias pueden llegar a tener 10 centímetros y los Tetrámeros miden aproximadamente dos milímetros.

Las capilarias pueden pasar inadvertidas por ser extremadamente finas como cabellos.

Los nemátodos que son los vermes más comunes en nuestros criaderos de aves, pueden estar localizados en varios órganos. Las ascaridias en el intestino delgado, los heterakis en los ciegos, las acuarios en el proventrículo y/o molleja, los tetrámeros en el proventrículo, las capilarias en el esófago, buche e intestino, la oxyspirura en los ojos y el singamus en la tráquea.

Céstodos

Son vermes planos, largos y presentan un cuerpo dividido en tres partes, la cabeza en donde tienen las ventosas o ganchos, por medio de las cuales se fijan a las paredes del intestino. El pescuezo, que constituye la parte contigua a la cabeza y finalmente una parte constituida por una serie de segmentos o anillos, muchas veces encontramos un solo segmento, no obstante es más común la existencia de varios.
Son diversas las especies de céstodos que atacan a las aves. Normalmente se encuentran en el intestino delgado y excepcionalmente en otros órganos, lo cual acontece cuando hay perforaciones intestinales. El tamaño de los céstodos es muy variable, ya que unos son muy largos y otros difícilmente se pueden ver por el ojo humano.

Tremátodos

Son menos frecuentes que los otros dos tipos, los tremátodos son vermes cortos y largos, su aspecto es como de hoja de árbol. Los tremátodos pueden infestar los intestinos, vías respiratorias, piel, ojos, riñones y el oviducto de las aves. Para los avicultores los más importantes son los que atacan el oviducto, pues ahí están localizados provocando inflamación en el órgano, lo cual produce huevos defectuosos, sin cascarón o mal conformados y en muchas ocasiones provocan peritonitis, debido a que las yemas de los huevos se quedan en la cavidad abdominal.

¿Cómo evitar las verminosis?

La solución del problema de las parasitosis está más relacionada con la prevención que con la curación, por lo cual los avicultores deberán siempre evitar que los parásitos surjan en sus criaderos y no esperar a que aparezcan para atacarlos.

Para que los criadores tengan éxito en la prevención contra las parasitosis, deberán observar con rigor los siguientes puntos:

1. Aves infectadas

Considerando que hay aves infectadas por vermes, difícilmente se podía estar libre de ellos, ya que constituyen un medio óptimo para la propagación de las parasitosis, en virtud de que los huevecillos de los vermes serán expulsados junto con las heces de las aves parasitadas.
Los avicultores deberán tener mucha precaución en esas aves infestadas, pues en caso de que sean colocadas junto a aves exentas de vermes, éstas fatalmente serán contagiadas.

La introducción de aves nuevas en un criadero debe ser objeto de máxima atención por parte de los criadores, que deberán adquirir aves solamente de galleras de reconocido estado de buena salud y someterlas a un examen previo de laboratorio, antes de tener contacto con las existentes en el criadero.

Por otro lado, nunca deberán ser mezcladas aves de edades diferentes y principalmente pollitos con aves adultas. Tampoco es conveniente criar gallinas de guinea o pavos junto con aves de pelea.

2. Se requieren dos terrenos

El terreno destinado a criar aves de pelea debe ser aislado, seco y con una inclinación suficiente que evite la formación de charcos de agua.

Los terrenos requieren ser empastados, más no deben presentar vegetación elevada a fin de evitar humedades en el suelo. Deberán existir árboles para protección de las aves de los rayos del sol. No obstante, los árboles no deberán ser muy numerosos ni muy copados, con el fin de evitar humedades en los terrenos.

La tendencia de los criadores en general es favorecer pequeñas áreas para cría. Esta práctica es de graves consecuencias, pues la aglomeración de aves en un terreno reducido favorece la propagación de parásitos.

Si se dispone de suficiente terreno, lo indicado es el usar dos terrenos empastados con suficiente superficie que garantice una capa vegetal. Esto se consigue asignando cuatro metros cuadrados de pasto por ave en cada terreno. De este modo, mientras se usa un terreno, el otro puede ser removido y reempastado.

Siendo escaso el terreno y no habiendo posibilidades de empastes en áreas suficientes, nunca deberán aglomerarse las aves en espacio reducido, pues nunca habrá pasto y la tierra quedará estéril y compactada. En este caso es más aconsejable el usar piso de cemento con un pequeño declive frente al gallinero y en un área igual al de la caseta.

3. Gallineros

La aglomeración excesiva de aves en los gallineros también facilita la propagación de parasitosis. El área asignada deberá ser calculada de acuerdo a la raza. Tratándose de aves ligeras pueden colocarse 5 por metro cuadrado, y en caso de aves pesadas 3 por metro cuadrado.
Los pisos de los gallineros preferentemente deberán ser de cemento, a fin de evitar humedades. No importando de qué material sea el piso, deberá estar cubierto con una cama de paja, viruta, aserrín, que pueden ser substituidos cuando presentan cualquier humedad.
En los gallineros, además de impedir la existencia de cualquier humedad, se debe tener cuidado para evitar que las aves ingieran heces.

Los bebederos y comederos deberán ser hechos y colocados de manera que se les impida a las aves que entren a los mismos, o bien que se posen en ellos utilizándolos como perchas, lo cual evita que tanto el agua como el alimento sean contaminados.

Los nidos deben tener paja o viruta de madera, a fin de evitar que los huevos se quiebren durante la noche; además, deberán mantenerse cerrados a fin de que las gallinas no pernocten en ellos.

Las perchas deberán tener tela de alambre abajo y a los lados para evitar que las aves estén en contacto con las heces y las ingieran.
La introducción de un nuevo lote de aves a un gallinero anteriormente utilizado, deberá ser posterior a una limpieza completa. La limpieza de los gallineros consiste el incluir barrerlos y raparlos antes de lavarlos, lo cual deberá ser solamente en un día seco y soleado.

4. Huéspedes Intermedios

Finalmente, deben ser combatidos los huéspedes intermediarios, tales como moscas, escarabajos, cucarachas, moluscos, etc.

Tratamiento de la Parasitosis

Conforme a lo explicado, el combate a los parásitos es más efectivo a través de medidas preventivas que curativas.

En virtud de que lo más probable es que las aves ya estén infectadas, es natural tomar inicialmente medidas curativas, si bien no exterminar los parásitos, si disminuir a un mínimo el número de parásitos y enseguida tomar las medidas preventivas antes descritas. El uso del vermífugo será de acuerdo a la infestación. En caso de no conocerla es recomendable un vermífugo de amplio espectro.

De nada valdrá el uso indiscriminado de un vermífugo, se requiere de un plan con base científica. En un criadero sin medidas profilácticas no se pueden eliminar los parásitos. En un criadero infectado, al permanecer llas aves en el mismo local, ingieren nuevos huevecillos produciendo nuevas lombrices.

Por lo tanto, es recomendable el desparasitar los galios de pelea antes de su preparación para el combate.

Foto de portada:  Raillietina es un género de tenias (cestodos) que parasita el intestino de aves de todo el planeta.

Articulo publicado en la edición Noviembre – Diciembre 2013