Texto de Lina M.F. Younes
Corresponsal EL VOCERO
WASHINGTON, DC.- El comercio de Estados Unidos prohibió el comercio interestatal de los gallos de pelea como parte de la Legislación Agrícola que el presidente George W. Bush firmó el 13 de mayo del 2006. La Ley Pública 107-171 que entró en vigor en mayo pasado, establece una multa de $15,000 a las personas que “a sabiendas compren, vendan, entreguen, transporten o reciban en comercio interestatal o extranjero (a un ave) para fines de participar en una actividad de pelea”.
Curiosamente, la disposición sobre la pelea de gallos se discutió en la Comisión de Agricultura de la cual el Comisionado Residente Aníbal Acevedo Vilá es miembro, y en varias ocasiones en la Cámara de Representantes Federal. Según el récord de transcripciones congresional, el Comisionado Residente de Puerto Rico no salió en defensa del deporte de las Peleas de Gallos en la Isla.
Como se evidencia de Testimonios Congresionales, en la actualidad la pelea de gallos es ilegal en 47 Estados y hay una presión a nivel nacional de prohibir el deporte. Según una fuente de la Comisión de Agricultura que pidió permanecer en el anonimato, “hay interés de prohibir dichas peleas porque se percibe como crueldad hacia los animales.
Donnie Mullins en su criadero en Kentucky.
Por el momento, el Congreso decidió actuar en el área que le compete y que tiene bajo jurisdicción el comercio interestatal”. El congresista Earl Blumenauer, que auspició el Proyecto de los Osos Polares en Puerto Rico, un defensor de los animales, es uno de los líderes congresionales en la lucha en contra de las peleas de gallos.
El director de la Oficina de Asuntos Gallísticos del Departamento de Recreación y Deportes, Carlos Quiñónes, declaró a EL VOCERO, “que la legislación tendría efectos nefastos para la Industria Gallística en Puerto Rico, particularmente en el Coliseo Gallístico de Isla Verde, porque allí traen gallos de Miami a pelear, y en el caso de los gallos sementales que son traídos o llevados fuera de Puerto Rico”.
Brad Cutter en su criadero en Waco, Texas
Según explico Quiñónes, la Industria Gallística genera más de siete mil espectáculos anualmente, y mueve “unos $40 millones anuales en postas”. La cantidad es apuestas es millonaria, añadió. Conforme la Ley 98 de 1954, hay 110 galleras operando legalmente en Puerto Rico. “El genera más de 50,000 mil empleos directos e indirectos”, señaló Quiñónes. Entre los empleos figuran los de los Operadores, Jueces, Auxiliares, Taquilleros y los negocios satélites como comedores, barra y promoción.
“El comisionado Residente Aníbal Acevedo Vilá había quedado en que iba a proteger la industria, y actuar para que no se aprobara ninguna Legislación en detrimento del deporte de la Pelea de Gallos”, sostuvo Carlos Quiñónes. Además, el Director de la Oficina de Asuntos Gallísticos índico que si el Congreso tomara acción para prohibir este deporte en Puerto Rico, “fomentaría las jugadas clandestinas no legalizadas”.
EL VOCERO solicitó una reacción de Acevedo Vilá, pero este se encontraba en tránsito de Puerto Rico a Washington, D.C. Precisamente hoy el Departamento de Recreación y Deportes (DRD) realizará una audiencia pública sobre las enmiendas que se harán al Reglamento de este deporte.
El nicaraguense José Neira y el norteamericano Brad Cutter.
Mientras, el portavoz de la minoría novoprogresista en el Senado, Kenneth McClintock, manifestó que solicitará la celebración de vistas públicas sobre el tema para pedirle explicaciones Acevedo Vilá. “Yo voy a solicitar al Senado de Puerto Rico que inicie una investigación inmediata y que se invite a comparecer al Comisionado Residente para que explique.
Yo sé que el senador José Luis Dalmau es un gran aficionado de las peleas de gallos, y espero que conjuntamente podamos reclamar para que se realice una investigación”, anticipó.
Foto de portada: Gallo giro del criadero Jhonnie Jumper.
Nota: La nueva Ley entró en vigor el pasado mes de mayo. La anterior es un duro golpe a los galleros norteamericanos y latinos que residen en Estados Unidos. El anterior artículo fue publicado el año pasado en California.