Recordando a los viejos Galleros de Rivas

Henry Urcuyo, Francisco Urcuyo y Agusto Colegial.
Henry Urcuyo, Francisco Urcuyo y Agusto Colegial.

Canto a los gallos
Se ven caras conocidas
discutiendo en el palenque
allí están los de Managua
másayas y de occidente,
desde todo Nicaragua
llegan gallos a montón,
RIVAS tiene de «tapada»
los fieras de Chú Pelón.

Dr. Francisco Urcuyo Maliaño

Texto y Fotos de
Mario Tapia

«Pesé mi gallo. Un gallero salvadoreño que estaba en la pesa, me dijo: ¡tengo novia para su gallo, nada más que es caro! Remarcó. ¿Con cuánto? Le pregunté. ¡Caro! volvió a contestar. Llamé a Raúl Gómez y le dije: «un gallero salvadoreño anda un gallo para el nuestro, pero dice que lo casa caro». ¿Con cuánto lo echa?, preguntó Raúl. Caro, dijo el salvadoreño otra vez. ¿Cuánto es lo caro? Preguntó Raúl. ¡25 mil! dijo el salvadoreño. ¿Y eso es caro? Se preguntó Raúl. ¡Amarre 50 mil, o si quiere 100 mil! le dijo Raúl. La pelea fue, la ganamos y todavía apostó más dinero por fuera. Fue en la gallera de Loma Linda, de Manuel «Manuelillo» Castillo. Raúl Gómez Urcuyo, éste rivense era brutal como apostador», recuerda Francisco «Chicho» Tapia.

El departamento de Rivas es uno de los más maravillosos de Nicaragua, sus tierras son un Edén, es raro un patio, una finca, una hacienda en dónde no exista un árbol de mango, níspero, papayales, frutas por doquier o plátanos plantados y por supuesto en donde no haya cantado un gallo fino. Rivas es un pueblo de galleros. Familias enteras han sido galleras por generaciones: los Urcuyo, López, Barrios, Torres, Herrera, Castillo, Arguello y los Cabeza. Todos coinciden en señalar a don Isidoro López, como el más grande gallero rivense.

Una tragedia

«Se oyeron cinco disparos en la gallera. El gran cuerpo de Julio Pataky yacía en el suelo, bañado en sangre. Tres balas habían impactado en su brazo derecho, uno atravesó el techo y la otra bala se le introdujo en la 12a. vértebra de la columna. De pronto yo estaba en medio de una tragedia, salté la barda de la gallera para atender a mi amigo Julio y el hechor Carlos Argüello Montiel, amigo también. De repente, no había nadie en la gallera se habían ido hasta el Juez, Pablito Leiva y el Comandante de la Policía. Me tocó auxiliar a Julio y venir sosteniendo desde Rivas, en la ambulancia, la bolsa de sangre para mantenerlo con vida, pues la ambulancia no tenía donde colocar el plasma. Nos fuimos directo al hospital Bautista en donde lo atendió el Dr. Debayle, el plasma. Nos fuimos directo al hospital Bautista en donde lo atendió el Dr. Debayle.

Al día siguiente su hermano Lazlo Pataky se apareció con una orden de Somoza para trasladarlo en avión a Miami. Julio murió con la bala en la columna, nunca fue operado. Otra tragedia que tuve que atender, fue cuando un gallo bravo le disparo y le corto el hígado a mi hermano y amigo Isidoro López, aquí en Rivas», recuerda Francisco Urcuyo Maliaño.

Un intento de abuso como soltador de gallos de Julio Pataky, provocó un instante de cólera para que Carlos Arguello Montiel, dispara su pistola 22, sobre la humanidad de Julio. «Hildebrando Blandino Aguilera, se interpuso entre el herido y el arma de Arguello para evitar que la tragedia fuese mayor. Blandino le quitó el arma. Don Carlos Argüello después de esa desgracia se refugió en la hacienda del diputado Delgadillo Colé y se retiró para toda la vida de los gallos. Le regaló todos sus gallos a Hildebrando en agradecimiento, el cual llegó al día siguiente con un camión a llevarse jaulas, casillas, gallos y gallinas». Fue una desgracia para la afición gallera de Rivas y Nicaragua en ese momento», señala Fermín Bustos, cuidador de los gallos de Carlos Argüello Montiel por más una de una generación.

Dos apostadores feroces

Dos galleros y apostadores grandes hubo en éste fin de siglo en Nicaragua: Julio Pataky, quien era atropellador y Raúl Gómez que era impredecible. Según algunos galleros viejos, Julio era muy impulsivo con las emociones de sus gallos y en otras ocasiones llegó hasta lanzar en el rostro su gallo ennavajado. Uno de esos casos fue contra nuestro miembro del Consejo Editorial, Francisco Dolores «Lolo» Sánchez, a quien Pataky le lanzó un gallo y que por suerte no lo cortó. El origen de la tragedia de Julio y Carlos Argüello, tuvo inicio en un ademán de Pataky de querer lanzar su gallo a Carlos Argüello. Raúl era otro tipo de gallero, no era alguien ofensivo, mucho menos lanzó gallo alguno a otro gallero, pero como apostador era increíble: «Recójanse todos», les dijo a los galleros en la gallera de Nandaime. Y apostó tres camiones de ganado que andaba. Y les ganó a todos», recuerda Joaquín «El Negro» Zavala.

La tragedia que involucró a Pataky y  Carlos Argüello hasta hoy es motivo de comentario en las galleras de parte de viejos galleros y curiosidad de los nuevos. Sin embargo el hecho tuvo una gran repercusión en la afición nacional por la calidad de los involucrados en su momento.

Era la época de ORO de los gallos de navaja larga en Nicaragua. Rivas tenía en esa época uno de los más grandes y fuertes equipo de gallos de Nicaragua, el cual lo conformaban Ernesto, Francisco, Rolando y Henry Urcuyo Maliaño, su ennavajador estrella Augusto Colegial Martínez y Joaquinillo Barrios «El Caballero de los Gallos». Equipo que más luego tuvo sociedad con Heber y Sucre Herrera de Tola. El equipo de los Urcuyos fue muy fuerte y tremendo importador de gallos de los mejores criaderos de los Estados Unidos, especialmente de Mister Rolling de Luisiana.

Rolando Urcuyo
Rolando Urcuyo.

Henry y Eduardo Urcuyo picando gallos.
Henry y Eduardo Urcuyo picando gallos.

Gallos famosos

«Hubo muchos gallos famosos en Rivas, sin embargo recuerdo dos que hicieron historia: un gallo gallina de Raúl Gómez y sacado de Ernesto Urcuyo, llamado «La Victoriana», lo ganamos 2 veces cada fin de semana durante un mes. Y el otro fue «el Rulo», sacado de Rolando Urcuyo que lo ganamos 14 veces», recuerda don Augusto Colegial Martínez. «El Rulo, lo perdimos porque el Dr. Edmundo Picado nos hizo trampa en la gallera de Másaya, un 16 de Marzo. Los másayas hasta lanzaron cohetes de alegría porque nos ganaron el gallo. Era brutal el gallo», recuerda don Rolando Urcuyo.

Época de oro de los gallos

La historia de Nicaragua siempre estuvo y ha estado ligada de una u otra manera a la cría de gallos combate. Sin embargo los años 60 del siglo que termina, para la mayoría de los galleros de vieja data fue la época de oro de los gallos en Nicaragua. Las jugadas se suscitaban a montones en todos los rincones del país. Los torneos eran enfrentamiento entre la crema y nata de lo mejor en gallo tanto en cuido, casta, navaja y apuestas. A ellos asistían galleros de todo Centro América e incluso de México y Norteamérica. Fue a finales de 60 y comienzo de los 70, que se realizaron grandes jugadas entre ellas la de La Calera, para auspiciar el Hospital del Niño, montado por la Hope Portocarrero y que duró dos días.

«En La Calera jugó el Dayán, gallo tuerto de Julio Pataky y que luego de ganárselo a don Rodolfo Rojas de Guatemala, en una pelea memorable fue regalado por Julio a los hermanos Urcuyo. La pelea fue casada con 20 mil dólares», recuerda Henry.

Rivas tierra de galleros

«Nunca me he retirado de los gallos, ni me voy a retirar, siempre saco mis gallos, pero como antes ya no. Llegué a tener 70 y 80 gallos en cuidos, cuando tenía sociedad con Henry y Chico Urcuyo en los años 60 y 70, andábamos por todo el país. En esos años traje un gallo que compre en Huston, Texas, que nos dio unos hijos fenomenales, como el «Carbolina». Pero lo que más me han dado los gallos son amigos», recuerda Heber Herrera. Decir Herrera en Rivas, es sinónimo de galleros. Gatah Samara (Juan Herrera) de origen árabe era gallero y se casó con doña Lucila Solís, de Tola, Rivas. La pasión por los gallos la heredó a sus hijos Sucre y Heber Herrera, quienes hicieron famosos su cría de gallos gallinas, que dieron de qué hablar durante muchos años.

Don Heber Herrera,con uno de sus famosos Gallo Gallina, en Tola Rivas.
Don Heber Herrera,con uno de sus famosos Gallo Gallina, en Tola Rivas.

«El hombre que más conoce de gallos que yo conocí en Nicaragua fue Paquito Godínez y después de él, Ofilio «Cachorro» Pérez de Másaya El arte de los gallos está primero en una buena cría, buena comida y especial esmero en los últimos tres días de cuido de un gallo, los cuales son vitales para la pelea», afirma Francisco Midence, rivense por afinidad y quien ya está sacando sus primeros pollos en Rivas.

Francisco Midence, con uno de sus gallo en Belén, Rivas.
Francisco Midence, con uno de sus gallo en Belén, Rivas.

Los argüello

Los Argüello, todos son la misma familia en Rivas y son descendientes directos de don Juan Argüello, primer Jefe de Estado de Nicaragua, que la historia recoge como el más apasionado gallero en su momento. En una carta dirigida al Jefe de Gobierno, de Guatemala, textualmente expresa:

  1. Pedro Molina.

León, Diciembre 8 de 1823.

LE SUPLICO ME CONSIGA UN GALLO DE SUPERIOR CALIDAD, O GUATA, FINO DE DEFENSA, O DE LOS QUE NOMBRAN O SON MEJICANOS PARA HACER DE EL CRIAS, Y LE ESTIMARE SE INTERESE EN CONSEGUIRLO, DISPENSADO LA MOLESTIA. VALE.-ARGÜELLO.

(Archivo del Dr. A. Castellón).

Pero los Argüello rivenses tienen otras cosas en común, sus propiedades miden la misma extensión, producen lo mismo (plátanos) y en todos cantan gallos de raza. En San Cayetano del Ing. Alberto Argüello, hay gallos finos y en la de propiedad de José Argüello Báez, hay más de 200 animales de excelente calidad.

Nuestro director Mario Tapia y José "Chepe" Arguello ""
Nuestro director Mario Tapia y José «Chepe» Arguello.

Sin embargo, la herencia y pasión de los gallos ha estado más definida por el lado, de Carlos Argüello Montiel, su hijo Carlos «Carluchín» Argüello, fue gallero hasta su muerte en los años 80, su hija Vicky Arguello, es sin temor a equivocamos la mujer que más sabe de gallos en Nicaragua. La Vicky es toda una dama de los gallos de Nicaragua, muchos aseguran que sabe más de aves de combate que su esposo, Francisco «Chico» Midence.

Los martillos de oro

«Mi abuelo José Jerez Aranda, mi tío «El Tuerto» Jerez y mi papá José Castillo Jerez, eran galleros», expresa Francisco Castillo Peralta el gran «Martillo de Oro». «Uno de los mejores ennavajadores de la historia de Rivas, fue Salvador «Boloy» Castillo, sin embargo en la navaja pequeña, no tuvo los mismos resultados», dice Augusto Colegial Martínez.

Nuevos galleros

Las tierras de Cárdenas, son verdaderos paraísos terrenales por su belleza, y para la cría de gallos de combate un jardín.

 «Tenemos cinco años de estar metidos en los gallos, pero este año le entramos con todo. Queremos hacer nuestros propios criaderos y tener nuestros propios gallos y definir nuestra línea», afirma Pedrito Pérez, quien junto con sus hermanos Moisés y Julio César, tiene varios centenares de pollos en desarrollo.

Galleros rivenses en la Gallera de Peñas Blancas, de Manuel de Jesús Marchena. La gallera es buena y tiene gran asistencia de galleros ticos y rivenses.
Galleros rivenses en la Gallera de Peñas Blancas, de Manuel de Jesús Marchena. La gallera es buena y tiene gran asistencia de galleros ticos y rivenses.

El Ing. José Arguello, nuevo gallero rivense.
El Ing. José Arguello, nuevo gallero rivense.

Conocimos los patios de los Pérez en Cárdenas, son envidiables, (a propósito de los hermanos Pérez, desde estas páginas nos solidarizamos con ellos por la muerte inesperada de su padre Don José Pérez Paisano, al cual conocimos en Cárdenas y sufrió un paro cardíaco, el pasado lunes 20 de noviembre).

Otro nuevo gallero que está metido de lleno en cría de gallos de navaja larga es Ing. Roberto Miranda.

Mujeres galleras rivenses

Las mujeres rivenses se han destacado por ser de trabajo y gallos tomar. En el pueblo de Belén la dueña de la gallera es una mujer, y en San Juan del Sur, otra dama de gallos tomar, es la dueña (7 años) de la mejor y más bonita gallera de Rivas: doña Laureana de Los Angeles Cascante, quien junto con su esposo el Ing. Carlos Talavera, nandaimeño de origen, son los más representativos galleros de San Juan del Sur, en donde, en su bonita propiedad tienen varias crías para gallos de diferentes navaja, tanto larga como corta.

«En una ocasión una persona me quiso faltar el respeto en la gallera, pero ahí nomás lo pare en treinta, el hecho, de que yo ande en los gallos no quiere decir que soy una cualquiera. Mire amigo, yo cuido, entreno, les doy de comer, peso y caso mis gallos, y en varias ocasiones también he soltado mis gallos en el redondel.

Después de ese incidente jamás he vuelto a tener problemas en una gallera. Al contrario, los galleros me estiman y respetan», expresa doña Laureana de los Angeles Cascante de Talavera.

Galleros ticos y nicaragüenses pesan sus gallos en la Gallera de Peñas Blancas, Rivas.
Galleros ticos y nicaragüenses pesan sus gallos en la Gallera de Peñas Blancas, Rivas.

«Un 6 de diciembre escogí dos testigos y le dije a mi novia Brunilda Novoa, vamos a la Iglesia de San Francisco para que nos case el cura. No había llegado a la puerta de mi casa, y mi papá ya tenía listo un motetito con mis dos pantalones y mis calzoncillos sucios. Felicitó a mi esposa, me dio la mano y me dijo: Yo tenía un camino para Ud., pero Ud. escogió ese. ¡Hágalo! Hoy le agradezco ese momento, porque tuve que enfrentar lo duro y la realidad de la vida y darme cuenta lo que cuesta. Él quería que yo fuera abogado. Para salir adelante tuve constar con la ayuda de amigos deportistas y galleros.

Juegué béisbol en el Boer y Cinco Estrellas. Mi padre era medio gallero, pero su carácter, era de gallero entero. Fuerte. Tres años después, llegué a ver a mi padre con primer hijo. Me preguntó: ¿la cuchara con que comes es tuya? ¡Sí! le dije. Me felicitó», recuerda Pedro Denis Morales, quien hoy a sus 66 años vive en su «Quinta Lastenia», de San Jorge. Rivas, de su jubilación ganada en los Estados Unidos de Norteamérica, tras 22 años de duro trabajo.

«En mis manos tuve excelentes padrotes, entre ellos «El Cadete», de Oscar Morales Soto mayor, «Moralitos». Los gallos son parte de mi familia, ellos alegran mis mañanas, prolongan mi vida y me han dado numerosos amigos de toda índole. Soy más feliz cuando canta un gallo en mi casa. Son mi hobby», señala Pedro Denis Morales, gallero de toda una vida. En su Quinta Lastenia, Pedro Denis tiene entre 150 y 200 gallos y gallinas finos, hijos de gallos de importados de raza portorriqueños y españoles que trajo cargando por tierra desde California. Gallos que él mismo entrena, cuida, alimenta, para llenar sus alegrías y tiempos libres en compañía de su señora esposa Doña Lastenia Campbell de Morales.

«Mi papá era médico de Popoyoapa, Rivas. En 1940 se estableció aquí en Pica Pica y murió de 90 años en 1985. Los 54 domingos del año jugaba gallos. Yo nací aquí en Pica Pica y según recuerda mi madre la finca Santa Teodora, ya estaba llena de gallos. Mi padre el médico de la comarca y hacia equipo con ellos, jugaba gallos como parte de su vida social cotidiana», nos expresa el Ing. Humberto Bejarano, quien como herencia familia también hoy él y su hermano y sus hijos crían y cuidan gallos de combate. Bejarano como gran entusiasta gallero, el próximo 3 de diciembre encabeza combate. Bejaraño como gran entusiasta gallero, el próximo 3 de diciembre encabeza una jugada en reconocimiento a las viejas glorias gallísticas de Rivas, entre los que se encuentran, Augusto Colegial Martínez, Henry Urcuyo, de Rivas, Luis Bartolo Quintanilla Molina, de Pueblo Nuevo y don Pedro Pablo Almanza Cordero, de Pica Pica.

Luis Bartolo Quintanilla
Don Luis Bartolo Quintanilla, de Pueblo Nuevo, Rivas. La foto dice toda de su pasión por los gallos.

«He visto miles de peleas, pero hay una que no olvido y fue una de un gallo de Joaquinillo Barrios, al cual a su gallo le cortaron la pata con todo y navaja, era la época de la navaja larga», expresa Don Luis Bartolo Quintanilla. Por otro lado don Pedro Pablo Almanza. Recuerda sus tiempones, cuando los galleros de Pica Pica se enfrentaban a los mejores galleros de Rivas: «Nuestro equipo era duro y bueno, lo conformaban don Toño y Paco Gutiérrez Gutiérrez, quienes vivían en la hacienda «Pénjamo», de don Carlos Gutiérrez Gutiérrez en los años 60, don Mauricio Cerda y el Dr. Humberto Bejarano. Eran tiempos hermosos», afirma Almanza.

El Ing. Humberto Bejarano, don Pedro Pablo Almanza y su hijo Luis Almanza Morales, de Pica Pica, Rivas.
El Ing. Humberto Bejarano, don Pedro Pablo Almanza y su hijo Luis Almanza Morales, de Pica Pica, Rivas.

Galleros rivenses

Los pueblos de Nicaragua tienen historia galleríl, Rivas no es la excepción. Queremos mencionar algunos que hoy están descansando en la paz del señor, y otros que sobreviven y que su pasión de los gallos se mantiene, entre ellos: Isidoro López, el Rosario, Carlos Argüello Montiel y su hijo Carlos «Carluchín» Argüello, de Belén, Francisco e Indalesio Urcuyo Hurtado, Ernesto y su esposa doña Ana Abarca, Eduardo «Gallina Cumba» Urcuyo Maliaño, Pancho Marenco y Pablo «Bramam», de Pueblo Nuevo, Felipe Salinas, Carlos Barrios (de quien dice que jugaba a la mosca y padre de doña Violeta Barrios), Adolfo Navarrete, Navarrete Marín, Adolfo Alvarado, Juan Cordón, Rosendo Jiménez, Gatah Samara (Juan Herrera), Sucre y Heber Herrera, Vicente y Alfonso Pérez, Humberto Camacho, Tomás Ruiz, Alfonso Falcón, Francisco Fariña, Emilio Mora, Carlos Quintana, Alfonso Solís, Juan Carlos Fariña y Adán Marenco, de Tola, Francisco Salomé Ruiz Ulloa «Paquito», dueño de la gallera La Puebla, Pedro Pablo Almanza, Luis Almanza, Enrique y Humberto Bejarano, de Pica Pica, Armando y Julio Hernández, Pedro Denis Morales, de San Jorge, Max Zeledón, Bayardo Páramo, José Víctor Muñiz, Carlos Andrés Martínez, José y presente y gran cantidad de galleros de la Alberto Argüello, Alfonso Muñiz, Alberto Díaz, grupo «Los Cabros» de Belén, Julio Cesar, Moisés y Pedro Pérez, Juan Pablo Bonilla, Armando y Donaldo Urbina, Miguel Cerda de Cárdenas, Henry y Rolando Urcuyo, Augusto Colegial, Enrique «Carne de Gallo» Grijalba. Miguel Mora «Charillón», Salvador «Boloy» Castillo, Francisco «Martillo de Oro» Castillo, Manuel de Jesús Marchena dueño de la gallera, de Peñas Blanca y sobrino del famoso Jesús Marchena, de Pedro Joaquín Chamorro, Hum Marcos González, Carlos Manuel Mendoza, José Angel Bustos, Félix Amador, Gerónimo Bustos, Manuel Cerda, Secundino Bustos, Antonio García Mariena, de Sapoá, Jorge Vilchez, Roberto Jiménez, «El Chanchero», de Peñas Blanca. Mario Martínez, de Isla de Ometepe, los Quintana de Las Salinas, los galleros de Nancimí, Adán Morales, de Apompoá, Matute y Chombo Bustos, de Pueblo Nuevo, Paco Iglesia y Octavio Avilés, de San Jorge. Manuel de Jesús Marchena, de Sapoá. Armando Grillo, Melisandro Chavarría y Luis Campos, de Rivas. Y recordamos a los amigos que hoy viven en el exterior Pablito y César Mora en Canadá y Jesús Antonio Mendoza Sacasa, quien está criando gallos en Miami. Florida.

Los hermanos Pedro, Moisés y Julio César Pérez, de Cárdenas, Rivas.
Los hermanos Pedro, Moisés y Julio César Pérez, de Cárdenas, Rivas.

Francisco “Martillo de Oro” Castillo, de Rivas.
Francisco “Martillo de Oro” Castillo, de Rivas.

Don Jesús Antonio Mendoza Sacasa, en su casa en la ciudad de Miami, Florida, U.S.A.
Don Jesús Antonio Mendoza Sacasa, en su casa en la ciudad de Miami, Florida, U.S.A.

Francisco “ Paquito” Salomé Ruiz Ulloa, en su gallera La Puebla, Rivas.
Francisco “ Paquito” Salomé Ruiz Ulloa, en su gallera La Puebla, Rivas.

La gallera de Peñas Blancas

A pocos metros de la guardarraya se encuentra la nueva gallera de Peñas Blancas, de Manuel de Jesús Marchena, la cual es amplia y de buena construcción y con perspectivas de mejorarse según palabras de su dueño. En la última jugada estuvimos zona fronteriza, de Costa Rica en donde estuvieron los aficionados: Freddy González, Carlos Martínez, Iván Zamora. Javier Monjarrez Méndez, de Guanacaste, Carlos Barrantes Gómez e Efraín Gerardo Alemán, de Liberia, Juan María Bermúdez Flores, de Las Vueltas, Maribel Cortés Sánchez, Maribel Bustos Cortés, Angélica Vado y Alfredo Ernesto Jiménez, de Santa Cecilia, Andrés Martínez Martínez, Doris Natalia Aguirre, Mérida Sánchez Rivas y Angel Arnaldo Rodríguez, de La Cruz, Francisco Meléndez Lara, Noel Bolaños, Gerardo Antonio Castro, José Guillermo Ruiz, Juan María Bermúdez, de Peñas Blancas, también asistieron numerosos aficionados, de Rivas entre ellos: Carlos Manuel Mendoza, Jesús Bolaños, Carlos Martínez, Salvador Castillo, Armengol Noguera, Alfredo Gutiérrez Vilchez, Pedro José Castillo Sánchez, Juan José Morales, Marvin Alí Bustos, María Angélica Méndez, los Chontaleños Juan José Campusano y Jorge Luis Sequeira, los sanjuaneños Ing. Carlos Talavera y su esposa doña Laureana Cascante, Pedro Denis Morales y doña Lastenia Campbel entro otros. Lo anterior es un reflejo que la pasión por los gallos de los nicaragüenses está lejos de apaciguarse.

Doña Laureana Cascante, de San Juan del Sur, Rivas.
Doña Laureana Cascante, de San Juan del Sur, Rivas.

 Al contrario, todos los días surgen nuevas e improvisadas galleras, para lidiar sus gallos en Rivas es igual. Y la gallera de Peñas Blancas es el mojón que separa a Costa Rica y Nicaragua es redondel que une en la pasión por los gallos a los ticos y nicaragüenses.