Los nuevos reyes de la casta

Tomado de «Vamos  a Gallos»
Revista Peruana
Edición No.19-20
Por C.A. Finsterbush.

Fotos del Criadero Los Tapia,
Masatepe, Nicaragua

Actualmente conseguir un buen padrillo no es tan difícil. Existen criadores que importan y venden gallos “españolados” es decir: cubanos, colombianos, portorriqueños o dominicanos, importantes líneas en aves de combate. Por eso, nuestro colaborador, el ingeniero Guillermo Filomeno, traduce este artículo sobre el origen, tipo, cruzamiento, crianza, condicionamiento, preparación, etc, del gallo de moda en los galpones del Perú y gran parte de América. El texto complementa al capítulo “La casta española”, de Fernando Orozco Piñán, publicado en Vamos a Gallos.

El origen de las aves de pelea españolas es ignorado hasta donde existen evidencias históricas. Nosotros señalamos que probablemente los fenicios introdujeron las aves de pelea en el Oeste de Europa. No existe la menor duda de que ellos conocieron España perfectamente al haber establecido colonias a lo largo de la costa del mediterráneo. Pero si introdujeron aves de pelea en épocas muy tempranas, o si posteriormente fueron desperdigadas a lo largo del mediterráneo por otros medios, es difícil de asegurar.

Muchos vestigios apuntan a los españoles como originalmente descendientes de aves persas y relacionadas a las aves griegas, romanas e inglesas de pelea. Probablemente antiguos navegantes, errantes y colonos que vivieron al Este trajeron aves y es evidente que, cuando antiguas naciones entraron en contacto con los fenicios, empezaron a cultivar aves del tipo persa o bankivoide.

El español de pelea es un tolerablemente puro bankivoide y posiblemente es la única estirpe moderna cuyas características fundamentales son cercanas a las antiguas aves persas. Tanto en tipo como en calidad de pleito, la española es una excelente estirpe de pelea.

Más bien chico y liviano, desde 3.4 a 4 libras es un perfecto volador con grandes alas y con profundo pecho. Son armados con espuelas naturales y se crían tan fuertes que pueden definir una pelea con gran determinación, con sus propios espolones. Siendo fundamentalmente un ideal peleador con arma de acero, el español tiene una fuente pegada que le permite con suficiente seguridad ganar con sus espolones.

Dentro de las aves españolas se conocen dos variedades de gran importancia, uno completamente emplumado o gallo real y el “gallo gallino”. Algunas extravagancias son reconocidas como los papujos, que en Inglaterra muestran mayor evidencia de su origen común y los “gallos réculos” conocidos en Cuba y colonias como “Bolos” o “Boleros”. Los últimos no están tan dispersos y lo común es generalmente el gallo real o el “gallino”.

Muchos escritores han acreditado a Andalucía como el mayor productor de aves de pelea, pero esto no es así. Se crían en gran cantidad y de las más alta calidad en Bilbao, Gijón, Oviedo, Santander, Palma de Mallorca, Barcelona, Madrid y especialmente en Valencia.

Por alguna u otra razón los gallos de pelea españoles eran llamados “gallos ingleses” de pelea. Sin embargo, el escritor don Pedro Saborde Boir, por muchos años editor de “España Avícola”, justamente protestó por el mal llamado, probando con evidencia que el nombre de “Combatientes Españoles” es único y es su real denominación.

Las aves de pelea españolas han sido cuidadosamente seleccionadas con un buen e inteligente estándar de eficiencia compitiendo durante décadas y en la presente realidad es un ave del más alto orden. Pelea casi en toda España y se estima que entre cinco y seis mil son consumidos por año en las canchas. Gran cantidad son exportados a Cuba, México y muchas partes del mundo, así que podemos hablar de una verdadera industria de crianza.

De acuerdo a su edad las aves se clasifican en pollos y los gallos (jacas). Aparentemente la palabra jaca se relaciona con el inglés “Hack” Los nuevos reyes de la casta que es la denominación de los pequeños caballos llamados pony. Pollón es todo macho hasta 1 año y máximo año y medio como limite; relacionándose con el tamaño de la espuela. Todo por encima de los 20 milímetros es un gallo. Pollón y gallos pueden cotejarse pero de acuerdo a lo pactado, al gallo puede rebajársele espuela. Por otro lado el pollón puede ser armado con espuelas artificiales de otro gallo la cual le es amarrada con perfecta habilidad. A esta operación se le llama “Montaje”. Anteriormente eran usados “Zapatones”, una espuela de gallo con una base de metal que abrazaba la pata, pero actualmente no se usa por estar prohibido en la mayoría de coliseos.

Las navajas eran usadas en Andalucía, pero actualmente y en forma definitiva se ha dejado de lado toda espuela artificial hecha de metal. Los gallos son requeridos para pelear con espuelas naturales y a pesar de ser naturalmente voladores, hacen su trabajo con remarcable acierto.

Cruzamiento y crianza

La gallería española de pelea es muy pequeña y liviana con apariencia de elegante Bankiva. Dos o tres son generalmente cruzados con un gallo ganador, mientras ellos a su vez seleccionados con extremo cuidado. Hermanas enteras o madres de machos superiores son sólo usadas y no se tiene mucho reparo dispensando pontaje en color o apariencia. La principal preocupación es el desempeño del gallo. El criador promedio es conciente de la importancia de la gallina en la cría y una buena gallería no será vendida y reservada a cualquier precio. El cruzamiento abierto es la regla pero en el caso de una gallina superior esté envejeciendo, se le cruza con su hijo o nieto y las pollas, producto de este cruzamiento son guardadas para cría. Esta operación es denominada “requisitos” gallerías mayores de edad son cruzadas con pollones y las pollas con gallos adultos.

La excelencia del gallo español aparece como un factor en favor del cruzamiento abierto pero si tomamos en consideración la antigüedad de la estirpe debemos admitir que las aves de cualquier localidad estar relacionadas unas a otras y gallos son raramente introducidos. Por lo tanto un estricto cruzamiento abierto no es practicado.

Las gallinas españolas ponen 1 ó 2 grupos de huevos y encluecan no necesitando mayor cuidado; fuera de comida, agua y un espacio de tierra suelta para revolcarse.

Crianza

Los huevos de las españolas son pequeños, blancos o de color rosado ligero. La yema es bien larga y consecuentemente la clara pequeña. Los polluelos se deslizan y aparentemente son débiles para supervivir, pequeños y sensibles. Vienen largas alas y colas. Si se les deja vagar por el campo la madre es excelente cuidándolos. Se les permite comer insectos y lombrices que encuentran no prosperando sin un buen suplemento de verdes. Después de unos días se les da comida de canarios, especialmente “mijó” (el de más pequeño tamaño) que resulta siendo el mejor grano provechoso para los polluelos. Pronto se ponen fuertes y empiezan a pelear entre ellos.

A los 3 meses de edad son separados de acuerdo al sexo y los machos quedan libres. Ellos se conservan en buena salud, en orden y no presentan problema alguno si es que no se les excita a pelear por la presencia o proximidad de un elemento femenino. Estos espacios donde queda la población suelta, creciendo los pollos es lo que se llama “criadero”.

A tiempo apropiado (un año) son descrestados, como es costumbre. Los criadores españoles les dejan una pequeña prominencia en la base del pico que se supone sirve para reforzarla. Esta peculiaridad les da una expresión facial parecida al cóndor, que posteriormente el marcado por una severa esquilada del cuello, previo al acondicionamiento.

Corte o pelado de los pollos

Ningún ave pasa por tan severa pelada como el gallo español. La cabeza es tuzada completamente quedando calva y el cuello igual. Los muslos son parcialmente tuzados al igual que el abdomen y gran parte de los caireles. Les cortan todas las plumas de la cola con excepción de las largas y rectas. La idea de esquilarlo o pelarlos, es tener a las aves más ligeras y frías y para chequear el vuelo excesivo las puntas de las alas son raramente cortadas. Se cree que esta práctica de pelar las aves fue adoptada después de la introducción de los gallos ingleses durante la guerra peninsular más de cien años atrás, ya que los ingleses la practicaban forzados por la alta temperatura. Por otro lado hay indicios que la esquila, se practicaba en España antes del Descubrimiento de América. Así mismo la expresión “El gallo pelado” fue utilizada para denotar pobreza o robo en las cortes coloniales allá por el año 1500.

Hemos establecido que las aves españolas, en su gran mayoría, son tolerablemente puros Bankiva ya que viendo fotografías del gallo salvaje de la jungla y un pollón español se prestan a confusión. Conforme avanza en edad el español desarrolla una abundancia de plumas que es raramente vista en especies salvajes. En algún momento hemos aludido a las estirpes aves negras que siempre fueron encontradas en la antigua Persia, Arabia, Grecia, Italia y finalmente en Mallorca. Nosotros suponemos que estas estirpes negras eran diferentes al ordinario Bankiva y probablemente relacionadas a las aves negras de pelea de la antigüedad. Esto se refuerza con el factor de que dichas estirpes lograron una antigua fama por espíritu salvaje y combatividad a muerte, que van cercana al color y salud del plumaje.

El Bankiva tiene una cresta simple y recta. No existe razón para crestas extravagantes mientras el aparato sexual este funcionando correctamente. El español generalmente posee cresta simple; sin embargo múltiples crestas pueden aparecer y a estos especímenes se les llama “crestellados”. Debemos mencionar que tales “crestellados” generalmente poseen largas espuelas y son pegadores al cuerpo. Esta es una cualidad intrínseca a las aves de pelea y negras (sumatra). Fuera de estas excepciones, los españoles son verdaderos Bankivoides y como tales plenos representantes del promedio del tipo de pelea.

Colores Vienen en varios colores: ajisecos prietos, ajisecos, giros dorados y plateados ala de pato, cenizos, negros, etc.

Se cree que los antiguos criadores acostumbraron pelar o esquilar a sus gallos con el objeto de presentarlos más pequeños ante el adversario y, al mismo tiempo, hacer el color indiscernible para que los gallos vistos de cierto color no fueran reconocidos en las canchas de juegos.

Muda

Cuando la estación de verano empieza, las peleas son descontinuadas. Aparte de que el clima sofoca a los gallos. Estos empiezan a perder pluma y como es el caso de las aves muy plumosas entristecen y a veces enferman. La mayor debilidad es agravada porque los gallos son severamente pelados y se zafan de la cola con dificultad.

Existen dos métodos en España para menguar este período crítico

1.- Los gallos son puestos en grandes corredores en el campo, se les deja caminar a voluntad y pasan la muda con facilidad. Por otro lado, muchos se pierden por falta de atención y caen víctimas de la existencia de depredadores tanto humanos como animales. Pero después que se les recoge y pasada la crisis regresan más fuertes y necesitan entrenamiento y acondicionamiento.

2.- Se les mantiene encasillados. Necesitan mucho más cuidado. Al terminar la prolongada muda, necesitan mucho acondicionamiento y trabajo antes de estar listos para ir a jugar.

Acondicionamiento

Los gallos son acondicionados en lugares adecuados preparados expresamente con ese fin. A dicho lugar se le conoce con el nombre de “La gallera” y estará a cargo de un hábil y reputado “gallero” o preparador.

“La gallera” tiene diferentes divisiones. Una primera tiene docenas de jaulas de madera, de 2 x 2 pies, usadas para solear y para que las aves se den baños de tierra suelta. Estas jaulas estar en la parte exterior de la gallera. También hay una sala dentro de la gallera, bien ventilada y con casillas en fila a lo largo de la pared, llamadas “taquillas”, donde los gallos no se puedan ver. Nunca se usa el metal. El piso es cubierto con aserrín, cáscara de arroz o esterilla de caña.

La comida y el agua van en envases de madera o arcilla. Si se usa el vidrio permite controlar el agua consumida.

También hay pequeños corrales dentro de la casa o en sus inmediaciones con suficiente espacioso para utilizarse como cuarto de ejercicios. Dichos corralitos son llamados “estiros” y se emplean para escarbar y revolcarse.

Se usan caponeras cubiertas de lona para transporte y otros completamente cerrados para tener los gallos enfermos y heridos. El principal instrumento es la balanza que consiste en una viga con una aguja al centro. En un extremo cuelgan una jaula cilíndrica con puerta para meter el gallo y en el otro extremo un plato para las pesas. Los gallos son pesados casi diario y el preparador deberá conocer el peso de cada gallo. Toda “gallera” tiene un “tentadero” donde se topan los gallos y se observa su performance. El “tentadero” está colocado de tal manera que el resto de gallos no puedan oír ni ver.

Gallos enfermos y heridos son mantenidos en jaulas bien abrigadas; por supuesto deberá mantenerse una caja de medicinas o botiquín con remedios adecuados e instrumental para realizar cualquier operación; como jugo de limón, agua y brandy. Los heridos se mejoran rápido no dependiendo del tratamiento.

Al terminar la muda, los gallos son recogidos de los corrales y corredores. Son puestos en sus respectivas casillas ordenadamente de acuerdo a su categoría, capacidad y condición natural. Es de gran importancia el orden y va en relación con la experiencia del criador.

A los pollones se los recoge y pone en jaulas al exterior y se los coge varias veces en el día para que vayan perdiendo su timidez natural y se acostumbren a la mano. Muy pronto, se quedarán quietos en la mano y cuanto más dóciles y domesticados, se le verá más hermosos. Los pollones serán descrestados y después de esta operación, si se les suelta, ya no se reconocerán entre hermanos ni al líder del lote. Esto es natural ya que un Bankiva y un español se orientan entre ellos por la vista y no por el oído como es el caso de los orientales.

Tan pronto como los pollones y gallos están en peso sea por los corredores o por acondicionamiento, se les tusa. Los espolones deberán limpiarse bien y lustrarse, se les afila el pico a un largo requerido ya que por falta de atención, el pico superior suele crecer demasiado y puede quebrarse en la pelea.

Algunos criadores prefieren pelear sus gallos sin nada de grasa y otros con algo de grasa. En cualquiera de los dos casos, el punto del gallo se obtiene durante el período de acondicionamiento o postura y un gallero conocedor sabe exactamente cuando su gallo ha llegado al punto más alto. A los gallos españoles se les exige que sean muy rápidos con sus espuelas naturales. Los métodos usados para preparar o acondicionar los gallos según don Pedro Laborde son muy fáciles de descubrir y muy dificultosos de explicar. Lo primero que se hace en la mañana es ventilar el cuarto sin crear corrientes de aire ya que los gallos fácilmente se resfrían, luego el asistente limpia y arregla las jaulas mientras el gallero examina cada ave para ver cómo ha amanecido luego de su última comida. El estado general de la salud se ve reflejado en las defecaciones. Luego a los gallos se les lava.

Al mediodía los gallos reciben su ración de trigo y agua observándose si el apetito de todos es satisfactorio. En caso contrario el trigo se reemplaza por maíz o mijo, raramente pan remojado y 5 hojas de lechuga. Esto último es un remedio para los gallos que empiezan a calentar o picarse, las vitaminas en la lechuga rápidamente los alivia, no hay una regla fija concerniente a la bebida de agua, mientras algunos les permiten que tomen a voluntad, otros les miden la cantidad de agua y otros se la quitan por completo. A la vez se les pesa antes de comer.

1. Topada.- Llamada “la tienta”, en la cual se pone a los gallos botainas o botanas y se les deja ejercitarse por algunos minutos. Luego se les lava y al guardarlos la única comida que se les da es pan remojado en leche o agua. Hay que taparlos 1 ó 2 veces durante el acondicionamiento pero no conviene abusar de este método.

2. Asolear.- Después del lavado natural los gallos son soleados en sus respectivas jaulas para que pierdan peso, mejoren su salud o la mantengan.

3. Baños de polvo.- Se les permite cuando es necesario. En la mayoría de los casos es muy importante que revuelquen en tierra suelta. Aprovechan de uno de estos baños después de un tope y luego de una pelea mientras se curan sus heridas.

4. Ejercicios.- Los realizan escarbando o revolcándose en sus jaulas o estiros. No se les alimenta en sus jaulas. Hay que obligarlos a escarbar y picotear en sus “estiros” en busca de comida.

5. Caminatas.- Denominados “paseos”. Depende del criterio del gallero si el gallo mejora o no con estas caminatas. Al gallo se lo suelta en un espacio especial y se le permite caminar, correr, cantar y aletear. También se le puede hacer correr con un gallo llevado en la mano dentro del “tentadero” o haciéndolo correr asustándolo con un trapo.

6. Las peleas.- Las peleas se llevan a cabo en una pista adecuada que es universalmente redonda reforzada interiormente por las “batayolas” y circundadas por una balaustrada metálica, El piso es sólo tierra o puede estar cubierto por una alfombrilla.

En el centro se cuelga la balanza con altura regulable. Las puertas llevan a la chancha. Los sitios se colocan alrededor y a buena altura para no perderse detalle alguno.

Los gallos son cotejados de acuerdo a peso. Un juez presidirá la contienda. Cada gallero presentará una lista de sus gallos con sus pesos respectivos para que el juez pacte las peleas. Alternamente los galleros pueden desafiarse gritando sus pesos. Después de algunas discusiones las parejas se establecen y pelean. Al momento de la coteja se nombra la apuesta que acordaron.

Los pollones tienen pesos parecidos e igual largo de espuela, que es medida por un instrumento llamado “Escantillón”.

En los días de peleas, los que las presiden regulan los procedimientos y obligan a los galleros a presentar los gallos cotejados de acuerdo a lista. Los que presiden son autoridades absolutas con las reglas y la decisión final. Si un gallo pesa más que lo estipulado en la lista pierde la pelea en ese momento, ¡nada de engaños! Los gallos son lavados con una solución de brandy y las espuelas son clavadas en un limón. Los pollones son medidos y las espuelas igualadas.

Al iniciar la pelea se sueltan los gallos y los soltadores se colocan detrás de las puertas y son los únicos que pueden opinar durante la pelea. Sus observaciones son respondidas de inmediato por quien preside y tiene la decisión final.

Durante la pelea los espectadores muestran su entusiasmo gritando sus apuestas formando un bullicioso coro.

En medio de la gritería las apuestas son tomadas con una simple inclinación de cabeza. Terminada la pelea y con la decisión final de quien preside las apuestas son pagadas. Es de resaltar que cualquier acuerdo tomado durante la pelea es pagado sin protesta alguna, estando ausente cualquier picardía. Los galleros son gente honesta y correcta en la mayoría del mundo.

Las peleas se ganan o se pierden por

a) Muerte directa

b) Por prolongado knock out. En algunas localidades al minuto que un gallo no se levanta, pierde la pelea.

c) Si el gallo corre. La última es considerada como una aberrante desgracia y esos gallos son sacrifi cados inmediatamente así como su descendencia. Por el alto estándar de calidad de los modernos gallos españoles criados actualmente el correr se ha vuelto un muy raro accidente.

Cuando los 2 gallos están caídos por 2 minutos y no hacen nada por la pelea, se decreta el empate. Cuando ambos soltadores estimen que sus gallos se han golpeado lo suficiente y ninguno ha obtenido ventaja, pueden acordar el empate. No se permite que se agarren o acomoden a los gallos. El juez o Presidente es el único que declara el final de la pelea quién gana, pierde o empata; siendo su decisión final.

Influencia española en el exterior

Los gallos españoles se repartieron a lo largo y ancho en forma natural especialmente en el orgulloso dominio del reinado de Castilla.

El promedio de gallos de América del Sur y Central son descendientes de gallos españoles. También, los del Oeste de las Indias, Filipinas, etc. Por supuesto, que muchos han sido cruzados con variables resultados, pero el gallo promedio es español. Ha sido materia de especulación cuando los primeros gallos fueron importados, pero antigua documentación permite indicar que las aves de pelea debieron ser importadas en los albores del régimen colonial.

Creemos que en cuanto los españoles se establecieron en Sudamérica, importaron aves de pelea de la madre Patria. Así lo hicieron en México y Perú, mientras que en Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, se introdujeron con posterioridad.

Las aves españolas fueron introducidas en los Estados Unidos y contribuyeron a la producción de muchas estirpes americanas. Los conquistadores españoles llevaban sus aves a bordo, mientras viajaban en busca de oro y tierras.

En todo lugar donde fundaron sus colonias implantaron sus conocidas aficiones: ¡Los toros y los gallos! Con ellos erigieron un monumento de su propio espíritu que se ha inmortalizado por más de 400 años.