Recordando a los viejos galleros de Diriá y Diriomo

Texto y Fotos
de Mario Tapia

El Domingo 12 de enero de 1947, el Guardia Nacional Raúl Sánchez disparó su arma de reglamento un Garanda en contra de la humanidad de Manuel Ruiz, atravesando el largo proyectil su pecho, destrozando sus pulmones y paralizando su corazón.

La gallera, que estaba atestada de aficionados a 50 metros del trágico suceso, pasó en un instante de escenario de gigantes emociones, a sepulcral recinto de condena, pesares y lamentos. No era para menos. Don Manuel Ruiz, era uno de los más estimados hijos del Diriá, gallero apasionado y amigo de todo el mundo.

«Manuel pasaba por casualidad por donde discutían dos amigos suyos del Diría, los cuales se disponían a batirse a tiros por razones políticas. Ellos eran Manuel Rivas, conservador y Carlos Espinosa, liberal. Él les dijo: ¡si son mis amigos, denme esas armas! Los dos las entregaron a Manuel y cuando se dirigía a depositar las pistolas al Comando de Diriomo, se encontró con el tereseño y Guardia Nacional Raúl Sánchez, quien nervioso le pidió las armas, a lo cual Manuel respondió que las entregaría en el cuartel, por lo que el guardia respondió matándolo», recuerda como si fuera hoy el otrora gallero diriomeño Marcos Orlando Tapia Aragón (75), quien se encontraba ese día en la jugada dominguera.

Cuentan que el entierro de Don Manuel Ruiz ha sido hasta hoy el más grande que se ha realizado en la historia de Diría y Diriomo. Algo digno de la muerte de un gran gallero querido por ambos pueblos.

El departamento de Granada y sus tres municipios Diría, Diriomo y Nandaime han sido pueblos de tradición gallera. Para muchos aficionados jóvenes de hoy los nombres de Manuel, Carlos y Francisco Ruiz, Alberto Sándigo Ruiz, Rogerio Ortega, Abraham Ruiz del Diría o Aquilino Fong, Emilio Echaverry, Valentín Cortes, Marcial Alfaro, Pancho Salinas, Leonardo y Flavio Fernández, José Esteban Vasconcelos, Carlos Reyes, Terencio Marqués y Pancho Carcache de Diriomo, no les son familiares.

Los anteriores nombres si son muy bien recordados entre los viejos galleros y sólo son una parte de esa gran cadena que han hecho de la cría y deporte de los gallos, una gran pasión. «Ganarle a Aquilino Fong era cosa seria. Él tenía un cuartel de gallos de primera calidad y los masatepinos, siempre que nos enfrentábamos a él, nos ganaba», recuerda Donald Barquero, gallero de vieja data.

«De esas viejas leyendas de galleros y criadores sólo quedan Orlando Tapia, Justo Reyes y Reynaldo Rugama en Diriomo», afirma don Luis Menocal, para quien hoy a sus 85 años y casi ciego, los gallos son parte importante de su vida.

Don Luis Menocal y el Profesor Guillermo Díaz, galleros de Diriomo
Don Luis Menocal y el Profesor Guillermo Díaz, galleros de Diriomo

Don Luis Menocal cuida en su cuartel de gallos de su casa más de 20 gallos suyos y de sus amigos, como don Róger Fuentes, técnico en refrigeración y nóvel gallero diriomeño. Luis, a falta de visión, hoy todos sus gallos que mantiene en las casillas o rejones, están con su traba para hacer más fácil su manejo.

«Fui gallero desde niño y dueño de gallera por 40 años. Cuando compré el derecho en la década de los 50, pagué 70 córdobas de impuesto. Me retiré de los gallos desde que me dieron a jugar un GALLAZO en la ciudad de Granada hace unos 20 años», afirma Orlando Tapia.

Hay que recuperar el honor en los gallos

«Realmente mucho del honor y la gallardía que han hecho de los galleros y las peleas de gallos un MITO, se ha perdido hoy en Nicaragua, valores que deben aceleradamente recuperarse. Las apuestas en los gallos, de la cantidad que sean, se pagan, y la palabra es de honor. Los insultos y vulgaridades nunca antes existieron. Es hora de comenzar a recuperar todo lo perdido por el bien y el futuro del deporte», señala Orlando Tapia.

Tapia, quien hoy está retirado en su pequeña finca a orillas de Diriomo, siempre cría gallos, los cuales lo acompañan y ayudan a prolongar su vejez, afirma Orlando, estimulado por el Ing. César Ruiz, hijo de Don Manuel Ruiz y aficionado de los gallos.

César Ruiz, Orlando Tapia y nuestro Director Mario Tapia en el criadero de Orlando en el pueblo de Díriomo.
César Ruiz, Orlando Tapia y nuestro Director Mario Tapia en el criadero de Orlando en el pueblo de Díriomo.

Otros veteranos galleros hoy están retirados por enfermedades, vejez o los «gallazos». En Diría muchos galleros han muerto, otros están retirados, sin embargo en sus casas siempre cantan los gallos. «Recuerdo un 20 de enero de 1952, en una fiesta de San Sebastián, cuando el dirialeño don Abel Franco Gousser le ganó una pelea al Gral. Anastasio Somoza García. ¡Jodido! La gallera casi nos cae encima, fue una pelea fenomenal -recuerda Alejandro Sándigo Pérez-. No es para menos, los Somoza tuvieron buenos gallos, sobre todo Julio y Luis Somoza, ganarles era todo un acontecimiento».

Muchos dirialeños como Augusto (ya fallecido) o don Alejandro y Alberto Sándigo Pérez, están retirados. Alejandro por enfermedad cardíaca y prescripción médica, sus últimos gallos se los regaló a quien escribe hace varios años. Wilfredo Sándigo vive en Miami y Víctor Hernández, Rolando Abdalah “El Turco” y Guillermo Selva Ruiz, ahora son como los cometas en los gallos, que se aparecen una vez al año, los dos de Febrero, sin embargo en sus casas siempre papaletea un gallo. Los anteriores fueron galleros y apostadores a muerte, que formaron equipos que hacían de los gallos un deporte y diversión sana. «Nosotros jugábamos gallos, no vivíamos de los gallos», afirma Alejandro Sándigo.

Don Alejandro Sándigo, en vida con un gallo de pelea de Rolando “ El Turco" Abdalah, en su casa de habitación, en el Diriá una semana antes de su muerte, el 29 de Enero del corriente.
Don Alejandro Sándigo, en vida con un gallo de pelea de Rolando “ El Turco» Abdalah, en su casa de habitación, en el Diriá una semana antes de su muerte, el 29 de Enero del corriente.

Guillermo Selva
Don Guillermo Selva Ruiz, viejo gallero y de tradición familiar en la pasión por los gallos del Diriá.

Don Víctor Hernández y Rolando “El Turco” Abdalah, viejos apostadores y galleros del Diriá.
Don Víctor Hernández y Rolando “El Turco” Abdalah, viejos apostadores y galleros del Diriá.

La gallera del litigio

Desde que Orlando Tapia desarmó su gallera y se retiró de los gallos, a comienzos de los años 80, Justo Reyes construyó la actual gallera, que ha generado una disputa que parece trágica y otras veces cómica, pues el Alcalde de Diriomo, Francisco Campos, afirma que la gallera está en su municipio y la Vice-Alcaldesa de Diriá, Margarita Echaverry, afirma lo mismo.

Justo Reyes
Don Justo Pastor Reyes Arauz con su padrote «El Baby».

«Yo no le pago impuesto a ninguna de las alcaldías -afirma Justo Reyes, dueño de la gallera-, lo que pasa es que esos terrenos fueron “piñateados” y no sólo nosotros los reclamamos, sino también hasta una señora de apellido Gutiérrez de Managua, que dice haberla comprado», señala don Francisco Campos Carcache Alcalde de Diriomo.

Independientemente de a quién pertenezca, el territorio en donde se construyó la gallera, la verdad es que tiene buen diseño para los aficionados y buena arena para los gallos, pero creemos debe mejorar sus servicios, baños y casillas para prestar mejor atención a los aficionados. Aunque este problema de litigio está en el tapete, para los galleros eso no importa, pues en la misma confluyen dirialeños y diriomeños a ver y jugar sus gallos.

«Los gallos sólo amistades me han dado, cuando yo crecí era muy difícil estudiar, lo poco que aprendí lo recibí del Prof. Humberto Tiffer, me dedico al transporte y a la agricultura, siembro maíz amarillo para mis gallos. Hoy mi mayor orgullo es haber sido seleccionado como uno de los cien galleros más destacados del Siglo», afirma Justo Reyes. Actualmente es Justo Reyes el criador de gallos que más juega y que más gallos finos de navaja pequeña tiene en el pueblo. Su hijo y nieto Lenín Reyes es quien lo acompaña en las jugadas, donde asiste y su infaltable cuidador Carlos «El Zurdo» González.

Lenín Reyes en primer plano y Carlos González entrenando sus gallos.
Lenín Reyes en primer plano y Carlos González entrenando sus gallos.

Don Carlos Reyes Aráuz, hermano mayor de Justo, importó muchos gallos de navaja larga. Sin embargo, en 1985, su yerno Ramón Delgado trajo 16 gallos de Puerto Rico. Gallos que según Justo costaron 300 dólares cada uno, entre ellos vinieron algunos excelentes. «En el pasado hubo gallos famosos en Diriomo como «El Miope», de José Estaban Vasconcelos, «El Duende», de Jacobo Guevara, «El Polvorita», de Emilio Echaverry. Pero en los últimos años ha sido «El Baby», traído de Puerto Rico y que ha dado excelentes hijos», afirma Justo.

1.	Lenin Reyes, Justo Reyes y Carlos Gonzales
Lenin Reyes, Justo Reyes y Carlos Gonzales.

Un criador

«Aunque yo no vivo de los gallos, los gallos son mi pasión y parte de mi vida. Con ellos me distraigo y me entretengo. Creo en la raza y la buena selección para conseguir la calidad y buenos resultados. Prueba de ello es el gallo «El Fenómeno», que jugó y ganó contra un gallo del Dr. Orlando Acevedo aquí en Diriomo e hicieran uno de las mejores peleas que se han visto en los últimos tiempos en Nicaragua. Incluso las imágenes de la pelea las publicó varias veces el programa mundial «OCURRIÓ ASÍ», señala orgullo Don Reynaldo Rugama, uno de los más exigentes criadores de gallos finos de Diriomo y Nicaragua.

Reynaldo Rugama y Mario Tapia
Don Reynaldo Rugama Meneses y Mario Tapia.

«El panadero»

No sé si será igual en otras partes del mundo en donde se practica el deporte de los gallos, pero en Nicaragua es raro el pueblo en donde no exista un panadero, un zapatero o un barbero aficionado a los gallos. Es casi una regla, en Diriomo también.

«Soy hijo del Brujo Mayor de Diriomo, pero yo no uso la botánica en los gallos», nos dice sonriente José Jesús Castellón, panadero y gallero hijo de don Luis Castellón, el más famoso «Brujo» de la tierra de Diriomo.

Don José Jesús Castellón “El Panadero” gallero de Diriomo
Don José Jesús Castellón “El Panadero” gallero de Diriomo

«Yo no le tengo miedo a nadie con mis gallos, le he echado gallo a todo el mundo, sólo me falta ganarle a Chico y Pastor Midence y los Kontorovsky de Estelí. Pero el día que se pongan a la altura de mis apuestas, les echo gallo», afirma «El Panadero».

«El hombre más agresivo en los gallos de Diriomo es El Panadero», coinciden en señalar don Luis Menocal y el Prof. Guillermo Díaz, último que ha ganado muchas peleas, menos la primera: que su mujer le acepte la amistad con los galleros.

«Dios me libre El Panadero con dinero, sería feroz, tiene suerte de brujo», dice Joaquín Ortiz.

Muchos diriomeños aseguran que «El Panadero» es tan apasionado a sus gallos que es capaz de empeñar cualquier cosa para apostar a sus gallos, aunque en los últimos días no lo ha acompañado la «Brujería».

«Aprendí mucho de gallos de Rolando Caballero, pero más de Félix y Tomas Gutiérrez. Juan Clímaco González, mi abuelo, y mi padre Camilo González fue y es gallero», señala José Eliezer González «Chepe Camilo», quien cuida más de 25 gallos en su cuartel de gallos en «La Raya», división imaginaria que divide a Diriá y Diriomo. Chepe, quien es de oficio albañil, hoy vive de la ayuda que le mandan sus hijos que viven en Costa Rica y de la cría y cuido de sus gallos.

Don José Eliezer González “Chepe Camilo” y su hijo Xavier Enrique, galleros de Diriomo.
Don José Eliezer González “Chepe Camilo” y su hijo Xavier Enrique, galleros de Diriomo.

Otro gallero y apostador de gallos destacado de Diriomo es Salvador Delgado, quien divide su afición a los gallos y el hipismo con su trabajo en la Alcaldía de Managua y su recolección y compra de todos los lomos de costillas del pueblo y de la zona para luego revenderlos, abasteciendo los restaurantes «La Plancha» de Managua.

Salvador, tiene y ha tenido gallos finos, logrados con su cercana amistad con los hermanos Kontorovsky.

Los Jirones

«Muchos galleros me dicen «Mandador», sin embargo yo nunca he sido mandador de nadie, tengo 50 manzanas aquí en Los Huérfanos en donde crío mis vacas y mis gallos», afirma Francisco Adán Jirón Jirón, quien a pesar de vivir en «Los Huérfanos», jurisdicción de Niquinohomo, se siente más granadino pues nació en Los Jirones, comarca del Diriá.

Francisco Adán Jirón Jirón con su esposa Maura Jirón Y Angel Ronaldo Jirón Jirón en su finca de "Los Huérfanos".
Francisco Adán Jirón Jirón con su esposa Maura Jirón Y Angel Ronaldo Jirón Jirón en su finca de «Los Huérfanos».

Adán, como se le conoce en el mundo de los gallos, es una persona humilde de extracción campesina, nacido en la comarca de Los Jirones, y es su familia la precursora del nombre de la comunidad. En su finca cría más de 200 animales, en donde sólo necesita vacunarlos contra la viruela, nos asegura.

«Mi papá, Marcos Jirón Jirón, trajo gallos de Rivas de don Isidoro López, desde que nací había gallos en mi casa. Tengo 15 años de no beber, ni fumar, los gallos son mi entretenimiento y cuando estoy trabajando mi mujer Maura Jirón Jirón, los cuida. Es bonito cuando uno gana un gallo o lo pierde y la gente te felicita por la calidad del gallo», nos dice Adán.

Sin embargo, cuando producto de un manotazo de un caballo murió uno de sus pequeños hijos, Adán estuvo a punto de retirarse de los gallos. «Yo me confesé con el sacerdote y él me dijo que ser gallero era un deporte y que no era malo y regresara a los gallos», afirma Adán.

Galleros de Diriomo

Es muy difícil hacer una lista de todos los galleros del Diría y Diriomo, pues muchos de ellos fallecieron hace muchos años, otros están retirado o en el extranjero y muchos son aficionados nuevos. Sin embargo, queremos hacer mención de los siguientes: Don Pancho Salinas, Emilio y Leonardo Fernández, Valentín Cortes, José Esteban Vasconcelos, Marcial Alfaro, Don Manuel Ruiz, Rogerio Ortega, Francisco Ruiz, Reynaldo Rugama, Alejandro, Alberto y Augusto Sándigo, Domingo Arévalo, Guillermo Selva Ruiz, Medardo Delgado, Ramón Delgado, Salvador Delgado, Justo, Manuel, David, Carlos, Guillermo Adolfo, Lenín Reyes, Don Aquilino Fong, Iván Salvador Madriz, Jacobo, Octaviano, Lalo, Pedro y Ramón Guevara, Emilio Echaverry, Juan Clímaco, Emilio Carlos, Xavier Enrique y José González, Rolando Abdalah, Víctor Hernández, Francisco Adán Jirón Jirón y todos sus hijos, Emilio Vega, Domingo Rivas, Wilfredo Sándigo, Oscar Selva, Hernán Selva, Carlos Eduardo Echaverry, Luis González, Adolfo Barberena, Los Hnos. Estrada, los Briones, los Jirones, Constantino Rivas, Róger Fuentes, Cesar Ruiz, Guillermo, José y Francisco Campos, Augusto Aruaz, Don Luis Menocal, el Prof. Guillermo Díaz y tantos otros aficionados que abarrotan la gallera de Diriomo cada 2 de febrero.

Don Salvador Delgado de Diriomo.
Don Salvador Delgado de Diriomo.

Don Roger Fuentes, nóbel gallero de Diriomo
Don Roger Fuentes, nóbel gallero de Diriomo.

Xavier Enrique.
Xavier Enrique.

«Yo fui apostador, no gallero, un año fui dueño de gallera y la tenía en donde es hoy, Los Rincones de Candelaria. Mi primer gallo me lo regaló el masatepino don José Méndez Gutiérrez y el día que lo jugué nadie quiso apostar un centavo a mi gallo. Tuve que poner yo toda la plata y todavía cogí en cantidad, mi gallo ganó e hizo una gran pelea», recuerda don Augusto Aráuz, padre del héroe sandinista Pedro Aráuz Palacios y de quien expresa: «Pedro, fue gallo fino… y si no, porrón que se hizo bueno».

Y es que en Diriomo han existido buenos y finos galleros, lo cual ha provocado que aún existan gallos y galleros de casta.

La jugada tradicional del 2 de febrero es una muestra de ello, la cual se ha mantenido como una de las mejores de Nicaragua.

«Hubo una ocasión, Mario, que había tanto gallero y gallos en la jugada del 2 de febrero que le dije a Víctor Pavón: hermano, llévese una gente para Masatepe y juegue allá, y se la llevó. Aquí hubo 72 peleas y en Masatepe 30, eso era jugada pariente», recuerda orgulloso como si fuese ahora Orlando Tapia.

A pesar del litigio de los Alcaldes de Diría y Diriomo sobre el derecho municipal de la gallera, la amistad, los gallos pueden más que los decretos de INITER y los intereses políticos para evitar inhibiciones.

Unen más los gallos.