Tomado de internet
Están permitidos los combates para llevar a cabo la selección genética
El Círculo Liceo de Castro del Río ha concluido el ciclo de conferencias organizadas con motivo de su primer centenario, con la intervención de Antonio Calvo Romero, especialista en el mundo de los gallos de pelea, que disertó sobre La evolución histórica del gallo combatiente español, un tema sobre el que existe en Castro del Río una enorme afición.
El orador fue presentado por Basilio Angulo Guerrero, presidente de la Federación Andaluza de Defensores del Gallo Combatiente Español.
Previamente, Juan Manuel Luque, presidente del Círculo, señaló que Castro del Río tiene un reñidero con un singular coso, con capacidad para 300 personas, donde antes se habilitaban algunas familias en el ala derecha y otras en la izquierda, como costumbre, aunque nada tiene que ver esta ubicación con la tradicional del hemiciclo revolucionario francés que dio lugar a los términos políticos de izquierdas y derechas.
Basilio Angulo definió al orador como “un renacentista del gallo, como Leonardo, porque en el mundo gallístico ha sido de todo hasta llegar a ser un maestro”.
Por su parte, Calvo Romero dijo que según cuenta Edsel J. Bixler, sobre el juego de gallos y el gallo español de combate, la domesticación del gallo tiene más de 6.000 años antes de Cristo y existe la teoría de que la idea de domesticarlos surgió cuando el hombre presenció un combate entre dos gallos salvajes, que luchaban, bien por una hembra o por el dominio de su territorio y es donde nace el gusto por éste espectáculo.
Calvo Romero realizó un recorrido histórico por el mundo gallero, por el periodo romano, aunque las peleas de gallos se conocen con anterioridad, “ya que fueron instaurados por los fenicios”, hasta la actualidad, pasando por la legalidad y defendiendo este tipo de espectáculo contra los detractores que lo consideran violento. El conferenciante dijo que históricamente siempre ha estado ligado a actividades benéficas, hecho que documentó históricamente desde el Siglo XVIII.
Por último, hizo un repaso a la legalidad vigente que permite las peleas de gallos para llevar a cabo la selección genética.