Texto y Foto Mario Tapia
Conozco a Jacobo Cadena, desde hace más de treinta años, y ahora no recuerdo en que gallera lo conocí. Su padre, don Ramón Kontorovsky, y todos sus hermanos, son amantes de las peleas de gallos durante toda la vida. Jacobo nació en Santo Tomás del Norte, Chinandega, en 1952 y llegó a Matiguás un 2 de noviembre de 1968, a la edad de 17 años. Ha vivido en el pueblo desde esa época, donde llegó a trabajar como telegrafista con su pequeña valija de madera. Hoy, Cadena tiene cinco hijos profesionales y es uno de los más fuertes ganaderos de Matiguás, pues repasta más de mil cabezas de ganado. Enseguida, la entrevista con este gallero y hombre de trabajo ejemplar:
Don Jacobo Cadena, un personaje del trabajo en Matiguás.
¿Cuántos años de vida, Jacobo?
64 años.
¿En dónde naciste, Jacobo?
En Santo Tomás del Norte, departamento de Chinandega.
¿Cómo viniste a parar a Matiguás, en qué año, y por qué?
Bueno, vine un 2 de noviembre de 1969, como telegrafista.
¿Y cuándo llegaste aquí? ¿Llegaste en bus o a caballo?
En una camioneta de Matagalpa a Río Viejo, estaban comenzando a construir el puente de Río Viejo.
¿Y qué traías?
Una valijita nada más. Y después, de allí me pasé en un bote y pague 2 córdobas, de Río Viejo para aquí a Matiguás.
¿Quién te mandó?
Bueno, las circunstancias de la vida. Yo me gradué, hice el curso de telegrafista en Telcor, Managua, y después nos mandaron para donde vivíamos nosotros, y nos dijeron que cuando hubiera una oportunidad nos iban a llamar. El primer trabajo que tuve fue en carretera por La Dalia, allí estuve como 6 meses, y después me trasladaron para Matiguás, donde vivo.
¿De qué edad llegaste aquí?
Tengo 64 años y vine en el 69, creo que vine de 17, 18 años, por ahí.
¿Cómo era el pueblo?
Este pueblo era pequeñísimo, pero emprendedor, y los habitantes aquí muy trabajadores, y yo fui agarrándolo como ellos; estuve de telegrafista 3 años, después me dediqué a comprar ganado con personas que sabían de ganado, y nosotros como por herencia por parte de mi padre, era ganadero también mi papá, nada más que él vivía en Estelí. Yo no me crié con ellos, pero teníamos comunicación entre nosotros.
Vos, como telegrafista, te diste cuenta de muchas cosas. ¿De qué te acordás? ¿Qué noticias importantes se transmitieron en esos años?
Bueno, cuando se quemó un camión “Kamaz”, frente a la casa de don Víctor Blandón, allí había un campamento de carretera, y alguien de los trabajadores para encender un cigarrillo, encendió un cerillo y explotó la chochada, pues había gasolina y se quemó; creo que hubo 13 o 14 quemados. Fue una tragedia.
¿Eso en qué año fue?
Eso fue como en 1980, porque yo llegué en el 69, pero exactamente la fecha no recuerdo ahora, eso fue hace mucho tiempo.
Cuando alguien se moría, venía un telegrama de urgencia (Despacho Urgente se llamaba el telegrama 22); entonces el telegrafista que estaba de turno, tenía que irle a tocar la puerta a la persona, para entregarle el mensaje.
¿Cuántas veces hiciste eso?
Que yo me acuerde 4 o 5 veces, y el mensajero tenía que ir a tocar a la 1, 2 de la mañana; tal vez era que se había muerto alguien en un accidente; así era aquí.
¿Quiénes eran las familias más destacadas en esa época?
La de don Orlando Blandón (Que en Paz Descanse), la familia Blandón Meza; la de los señores Tinoco, don Dámaso Tinoco y sus hijos (don José ya murió también) y muchas más. Don Joaquín Reyes Gadea, que también vivió aquí, murió antes de la guerra, era gente prominente. Don Domingo Calero Samper, que es la gente que yo conocí.
Esos tres años de trabajo como telegrafista, ¿te dieron el pie para meterte al negocio de la ganadería aquí?
Sí yo comencé comprando ganado aquí.
¿Cuantas cabezas de ganado compraste la primera vez?
Bueno, yo viajaba a la montaña con un señor, don Nayo Palacios, ya murió; íbamos a la montaña y talvez traíamos 20, 30 reses, en ese tiempo eran baratas.
¿Cuánto valían?
Una vaca costaba 500 córdobas, 400 pesos; un novillo valía 300 pesos en esos tiempos. Ahora no, es bien caro todo.
¿Te casaste aquí?
Yo me casé a los 27 años con Emilce Montenegro, una profesora que vino de Estelí, y aquí nos conocimos y procreamos 5 hijos, 2 mujeres que son las mayores y 3 varones.
¿Qué son ellas, están estudiando?
Ya son profesionales. Karen es médico; Raquel, licenciada en Administración de Empresas; Moisés, licenciado en Administración de Empresas; Israel, Ingeniero Industrial y Mario licenciado en Administración en asuntos de Ganadería, que lo mandé a la UTN de Costa Rica, a hacer unos Cursos de Ganadería
¿Cómo se siente Jacobo Cadena, después de bregar con tantas dificultades, porque tu infancia como fue de muchas limitaciones?
Bueno, de trabajo, porque yo me crié con mi madre, yo no me crié con mi papá.
¿A qué edad te pusiste los primeros zapatos?
Bueno, estrenaba zapatos los 14 de Septiembre. Andábamos ahí, y nos fuimos superando.
¿A qué se dedica hoy, Jacobo?
La vida le enseña mucho a uno; tengo unas fincas aquí en Matiguás, tengo 6 fincas.
¿Cuántas manzanas de tierra, Jacobo?
Tengo exactamente 2,200 manzanas.
Tengo lecherías y engordo ganado y compro ganado también.
¿Qué cantidad de hato ganadero tiene Jacobo, hoy?
Actualmente tengo unas 300 paridas, todas en mi finca, pero las presto y ordeño como 180 paridas.
Y ganado de repasto, ¿cuántas tenés hoy Jacobo?
Puedo tener unas mil cabezas de ganado; saco diario 20, 25 pichingas de leche.
¿Qué es lo que más te ha enseñado la vida?
Bueno, saberla vivir, ser una persona honesta, ser una persona dedicada a su trabajo; aquí me mantengo solo trabajando; salgo porque me gustan los gallos, me gustan los toros de monta, tengo toros de monta para andar paseando. A mis hijos le gusta también eso y yo lo apoyo a ellos.
¿Tus hijos todos viven aquí?
Dos hijos andan ahorita en Estelí; Moisés anda arreglando y preparando algunas cosas (acerca de) cómo vamos a salir para la montaña, anda arreglando unas cosas para dejarlas listas para mañana.
¿Qué consejos le daría a la gente pobre que quiere salir adelante en la vida?
Bueno, ponerse las pilas a trabajar, y ahorrar para después disfrutar lo que uno trabaja.
Si no fueses ganadero, ¿qué te hubiera gustado ser después de haber sido telegrafista?
Comerciante, figúrate; lo traigo en la sangre por mi padre, él era comerciante también; era ganadero compraba y vendía ganado.
¿Tu madre existe todavía?
Sí existe todavía.
¿Dónde vive tu mamá?
Vivía en Chinandega y me la traje para acá, le hice una casa, no quería vivir conmigo, ella vive allí, le pago una empleada para que esté allí, y la visito casi diario; tiene 79 años.
¿Qué más deseas de la vida, ahora?
Disfrutarla y seguir trabajando hasta donde podamos.
¿Cuál es tu mayor riqueza hoy?
Mis hijos, mi familia.